XV.

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La semana ha sido un completo caos para todo el mundo pero en ese preciso instante, Kim piensa que todo ha valido la pena. Todos los ahí reunidos parecen estar conteniendo el aliento mientras Porsche camina con un ramo de flores blancas en sus manos mientras viste lo que sin duda es el traje oscuro más caro del país y Kim cree recordar que Khun mencionó que el diseñador solo ha hecho dos trajes así durante toda su carrera.

Mientras Porsche camina hacia Kinn, cuya sonrisa es enorme y luce un traje parecido en elegancia y lujo al de su futuro esposo, todo el mundo parece estar quieto, incluso hasta el mundo exterior parece haberse congelado para poder regalarle a su hermano mayor ese momento de sublime belleza que parece estar metiéndose en el corazón de todos los invitados a esa boda, la más esperada, la más fastuosa, la boda de la que se hablará por años dentro de la sociedad.

Los ojos del mundo entero naturalmente están puestos sobre Porsche, quien está caminando del brazo de su madre y de Kinn, quien espera pacientemente al lado de Tankhun quien parece estar conteniendo las lágrimas porque no quiere arruinar ese momento para Khun.

Kim sonríe sin poder evitarlo pensando en que hace un par de años, fue Kinn quien acompañó a Khun durante ese momento y una vocecita en su mente se pregunta si los dos querrán romper la tradición de solo estar acompañado por el hombre mayor de la familia y los dos aceptarán estar ahí con él ese día en el que Porchay y él sean los novios de la boda.

Kim se ríe de él mismo internamente porque sabe que no es propio de los invitados de una boda pensar en la propia historia de amor aunque el amor de todas tus vida esté también ahí, sentando frente a un piano que parece producir una música preciosa que, unida a su voz, parece haber hechizado a todos los ahí presentes. Kim había escuchado a Chay cantar antes, eso es claro. Kim había disfrutado de la suavidad y la serena belleza de esa voz durante todos sus ensayos en el Conservatorio de música y recientemente en todos esos momentos que él y Chay suelen robar de sus apretadas agendas pero jamás había sido testigo del efecto mágico que la voz de Chay parece tener en cualquier auditorio porque es como si con el solo sonido de su voz, Chay estuviera haciendo que todo el mundo se sienta parte del mismo sueño de amor.

Chay canta acerca de que el amor es como una caída libre, que quien ama no piensa en el golpe que recibirá al tocar el suelo sino en el vuelo, en eso y en la esperanza de que la persona que amas te atrape en sus brazos al final. Las palabras que Chay escribió para su hermano tienen una belleza devastadora y todo el mundo parece sentirlo y todo el mundo parece volver a respirar cuando la madre de Chay pone la mano de su hijo mayor en la mano de Kinn.

—Cuida de él como yo no pude hacerlo— dice Namphueng con una sonrisa llena de felicidad pero también de una tristeza profunda que todo el mundo es capaz de notar—. Porsche es un hombre maravilloso y ahora lo dejo a tu cuidado, Nong Anakinn.

—Será un honor cuidar de él, madre— dice Kinn con tanto fervor que todos los invitados a la boda producen un suspiro colectivo—. Gracias por traer al amor de mi vida al mundo.

Namphueng sonríe y besa la frente de los novios claramente conmovida por las palabras de Kinn quien no suelta a Porsche ni un solo segundo. Es ahora el turno de Khun de acercarse a ellos y es un poco extraño para Kim ver tanta seriedad en el rostro del hermano mayor de los dos.

—Anakinn y Porsche, los dos han decidido traer honor y felicidad a la familia con la unión de sus vidas y por ello los bendigo— dice Khun de forma ceremonial—. Les deseo amor a manos llenas y complicidad para caminar por la vida sin soltarse de la mano. Que su amor sea su guía, que su unión los aleje de la soledad y del frío. Porsche, es un honor que a partir de hoy llevarás el apellido Theerapanyakul también. Cuida de mi hermano aunque el piense que no lo necesita ¿quieres?

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