Louis y Harry, ambos alfas dominantes, uno territorial y el otro posesivo.
¿Serán capaces de dejar su orgullo para escuchar a su instinto?
¿Quién será el que ceda su dominio y aceptar su verdadero destino?
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Entonces… ¿No es el buen líder aquel que está dispuesto a dejar todo por el bien de su pueblo? ¿Incluso si se trata de su felicidad?
De regreso Harry sintió como si un gran misil atravesara su pecho, miles de pensamientos vinieron al recordar las palabras de los otros líderes, ¿qué pasaría si ellos tenían la razón?
Su interior tenía una fuerte lucha, su corazón y su mente debatían. Al despedirse lo único que deseaba era ir y abrazarlo, quería huir lejos de todo y que solo fueran ellos dos.
Porque ambos sabían que desde que eran cachorros, se juraron protegerse sobre aquella gran piedra donde jugaban a ser los reyes del mundo.
Fue entonces cuando volvió a recordar a Louis ahuyentando los mosquitos, porque odiaba que dejaran marcas en su alfa, asegurando que la única que llevaría sería la de su mordida.
Cuando lo tomaba de la cintura para cargarlo a bajar o subir algún peñasco, o ponerse frente a él cuándo estaban en su forma lobuna para protegerlo.
En otra ocasión corrían como lobos cerca de aquel lugar donde sus familias los llevaban, Louis había caído lastimándose el brazo y él corrió a curarle la herida, su alfa era fuerte, pero delante de él, lloró porque el golpe fue fuerte.
Sonrió al tener presentes los gruñidos de Louis para su madre, siempre diciendo que no trataba bien a su alfa y que él lo quería mucho y, por lo tanto, debía cuidarlo.
Y ese sentimiento solo fue incrementando con el paso de los años, a pesar de que se distanciaron cuando las voces fueron fuertes y en un punto lograron ser más grandes que ellos.
Se amaron con intensidad bajo odios disfrazados de impotencia y coraje, hubo dolor cuando su madre le llenaba de cosas la mente diciendo palabras que solo lograban herirlo, se juraba odiarlo y cuando lo veía y cruzaban miradas todos aquellas se derribaban.
El resentimiento creció cuando se presentaron omegas en sus manadas como posibles parejas, el enojo de no poder quitar a aquellos intrusos y tomar sus lugares los enfadaba y parecía que se odiaban más y más.
Y Louis era el amor de su vida, porque si desde que fue consciente en ese significado lo puso en su corazón, era el amor de su vida porque desde que lo vio por primera, vez algo cálido se alojó en su pecho.
Por otro lado, estaba su deber en la manada, su amor por su pueblo y todo lo que su padre hizo por ellos y si decide apostar por Louis, no podría con la culpa que todos estén muriendo por su causa, eso sería egoísta, no podía hacerlo.
Y ahora ese pobre alfa había muerto, ¿cuántos más? Y cada uno pesaba en sus hombros.
Siguió su camino y cuando estaba a punto de llegar recibió una llamada de Niall, informándole donde llevarían a la alfa. Su hermano se escuchaba serio y preocupado.