Louis y Harry, ambos alfas dominantes, uno territorial y el otro posesivo.
¿Serán capaces de dejar su orgullo para escuchar a su instinto?
¿Quién será el que ceda su dominio y aceptar su verdadero destino?
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Harry iba por la mansión de Louis, algunos trabajadores lo recibieron con alegría y otros con recelo, algunos con respeto y reverencia como lo merecía.
Debían arreglar algunos asuntos, así que fueron a la mansión para solucionar las cosas, el que la alfa haya despertado fue un alivio, más la actitud fue un poco desfavorable.
Porque no sabían exactamente el porqué de su reacción, así que el médico dijo que era bueno darle tiempo y cuando el efecto del sedante pasara fueran para hablar con ella.
Como tenían algunas horas en el despacho Harry dijo que iría a la cocina por algo de comida o bebida, amable saludó con algunos toques para pedir entrada. Algunos de ellos lo vieron con temor y otros con alegría le saludaron.
Harry escuchó las palabras “susurradas” de los trabajadores, suspiró y su olor se tornó amargo, se dio vuelta y preguntó —¿algún problema?
Uno de ellos se giró molesto —creo que por su culpa nuestro líder está yendo por el mal camino, vendrá un enorme castigo gracias a sus asquerosidades y nosotros pagaremos.
—Y yo opino que tú deberías seguir tu papel como sirviente y callar —respondió molesto, odiaba hablarles mal, pero ya estaba cansado.
El cocinero le vio asombrado —usted no me dirá que hacer, no es nuestra luna, es un alfa.
—Y tu el cocinero —giró tomando una manzana, los además lo veían con pena y vergüenza—. No tienes que opinar en lo que no te incumbe —mordió la fruta haciéndola crujir en su boca.
Ninguno se había dado cuenta, pero Louis estaba detrás de la puerta escuchando todo, como era puro, podía esconder su olor, negó decepcionado y entró como si nada.
Se acercó a Harry y lo besó posesivamente, el alfa abrió los ojos algo consternado por el acto —que bien sabes, y no me refiero a la manzana —picoteó sus labios analizando el rostro del empleado.
Louis se volteó con el rostro serio —por si eso no te deja en claro que soy alfa de mi alfa, te pido que tomes tus cosas y te largues.
—Pero… señor —el cocinero se aturdió.
—Fuera.
El beta se enfureció —esto traerá maldición y ustedes llevarán sobre sus hombros cada muerte —escupió con coraje.
—Y tú recibirás mi maldición si no te disculpas con mi pareja —su intensa mirada hizo doblegar al beta.
—Lo siento señor.
—Ahora largo —el beta salió, Louis se dirigió a todos—. Si alguien la osadía de darle una mala mirada será acusado como traidor y será despedido inmediatamente, no gozará de nada que tenga que ver con la manada.
—… Imagino que ya saben, pero siento que debo presentarlo, él es Harry, mi destinado, pido y exijo respeto para él.
