CAPÍTULO 30

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Para recordar un poco el capítulo anterior, nos quedamos donde iban al hospital porque Harry está a punto de tener a los cachorros, disfruten.

🚬🍷🚬🍷🚬


—Cálmate Louis o abrirás un agujero en el piso. —Liam habló con cariño.

—No me puedo calmar, esos idiotas no dicen nada, ha pasado mucho tiempo.

Niall se burló negando —Louis, literalmente han pasado como diez minutos, no es solo de abrirlo y ya.

—Eso es mucho tiempo, maldición. ¿Por qué no me dejaron pasar?

Las puertas se abrieron y uno de los enfermeros llegó hasta ellos —Necesita de usted señor Tomlinson, sígame por favor.

—¿Qué le sucede?

—La anestesia no surte efecto, eso no es nada bueno, no podemos administrarle más dosis o puede perjudicarle.

—Bien, ¿por qué diablos tardaron tanto en buscarme?

El alfa se quedó en completo silencio, a pesar de ser de la misma casta, la presencia de Louis lo doblegaba.

Desinfectaron y pusieron una bata especial, cubrieron su cabello, Louis se dejó guiar por la enfermera, antes de pasar ella se dirigió a él —Está muy nervioso, nosotros también, nunca tuvimos algo similar, así que por favor ayúdele a calmarse. Él lo necesita, podría ser riesgoso para los tres.

—Gracias, yo me encargo. —Louis entra y de inmediato llega a un lado de Harry.

—¿Amor? —llegó y tomó su mano, Harry parece querer llorar.

—Diablos, Louis, no creí que sería tan difícil. Alfa idiota, ¿por qué no habías entrado?

—Ya estoy aquí, ellos no me dejaban pasar, pero no te preocupes, todo saldrá bien.

—No me hables, la próxima vez yo follaré tu culo y verás lo complicado que es eso. —Harry se retorció un poco, era una contracción.

—Tranquilo, bebé, harás lo que quieras, ahora es momento de sacar a ese par de renacuajos.

—No me digas que me tranquilice, ¿te parece que estoy alterado? —pregunta y Louis disimula una pequeña sonrisa, su alfa estaba con el cabello alborotado.

Él comprendía, el embarazo era una de las cosas más maravillosas, pero complicadas.

—Vamos, cariño, tú puedes. El universo sabía que tú podrías con esto, no hay mejor alfa calificado para lo que tú harás. —Lo besa con cariño.

—Tengo miedo… —Su rostro se contrae, una punzada en su vientre bajo le quiere hacer retorcerse de dolor.

—¿Qué pasa?, ¿estás bien?

—Sí, es solo otra contracción.

El médico encargado se acercó —Si la anestesia de medio cuerpo no funciona tendremos que aplicarla general, hemos realizado los estudios correspondientes y todo parece ir bien con el paciente.

—No, yo no quiero eso. —Harry se aferró al brazo de su alfa—. Quiero estar despierto.

—Calma, concéntrate en mi voz, ¿sí? —Louis besó su marca.

—Quiero ver a mis bebés Louis, no permitas que me hagan esto, alfa. —Su tono se escuchaba preocupado y ansioso.

Louis observó a todos los médicos en sala —Denme un par de minutos.

El encargado se acercó negando —Pero, líder…

—Solo hagan lo que digo, solamente son un par de minutos y vuelven, maldición. —Al observar que todos hicieron lo dicho. Louis fijó completamente su atención en Harry. Dejó salir su aroma en pequeñas porciones para calmarlo.

Harry fija su vista sobre él —¿Por qué los sacaste?

—Necesitamos privacidad, cariño, ¿me dejas reabrir la marca? Creo que eso servirá un poco.

El ojiverde suspira y  ladea el rostro, Louis se ajusta a la curvatura y besa su piel causándole escalofríos.

—Solo escucha mi voz, Harry, todo estará bien, yo confío en ti. —mordisquea su piel para distraerlo de la incomodidad y reabre la marca de enlace. El ojiverde siente cómo su cuerpo está relajándose, parece tener algo de sueño.

Cura la herida y deja un casto beso. —¿Cómo te sientes amor?

—Mejor, gracias. —Louis sonríe y busca sus labios para besarlo, acaricia su mejilla y peina su cabello con cariño.

Cumpliendo los minutos los médicos retornaron, Louis dio un asentimiento de rostro para que se acercaran. Harry estaba tranquilo y su alfa no dejaba de decir cosas lindas cerca de su oído para mantenerlo calmado.

El médico informó que la anestesia hizo efecto luego de hacer algunas pruebas—Muy bien, señores Tomlinson, daremos inicio.

Louis peleó un poco a modo de broma con Harry para distraerlo de la operación. —Estás muy guapo —halagó.

—Yo siempre lo estoy. —Harry sonríe aceptando el beso, Louis pasaba un paño para quitar las pringas de sudor en su frente.

—Eso es verdad.

—¿Cómo te encuentras, Lou?

El alfa sonríe y se deja envolver por el aroma a vino de su alfa, Harry a pesar de todo se asegura de hacerlo sentir protegido —Estoy bien, amor. —inspecciona su rostro y se recuesta sobre su pecho quedando muy cerca de su rostro.

—Te amo, cariño.

—Más te vale, Lou y más cuando tú tendrás que cambiar los pañales sucios.

Algunos minutos después los enfermeros se movieron con agilidad, un llanto irrumpió en la pequeña conversación que tenían.

—Tenemos al alfa —El doctor sonríe en su dirección, Louis besa la mejilla de Harry y este se queda asombrado.

Los enfermeros llevan al cachorro que llora muy fuerte a un sitio donde lo limpian, pesan y revisan antes de llevarlo con sus padres.

—¿Cariño, todo bien? —Louis pregunta, sus ojos se ven vidriosos, al igual que los de su alfa.

—Lo logramos, Louis, no puedo creerlo… —dice y el alfa lo besa, instantes después un nuevo llanto atraviesa la habitación.

—Aquí está el pequeño omega —El doctor muestra al cachorro quién llora muy fuerte.

Harry sonríe dejando caer la cabeza sobre la camilla —Pensé que nunca saldrían…

Louis se burla un poco y Harry intenta atraerlo para besarle.

Más tarde el doctor llega junto a los alfas llevando consigo a los pequeños bebés. Ambos sonríen y sus ojos se cristalizan. Sus lobos conectan y aúllan fuerte, esos son sus cachorros, ese es su linaje algo lindo que hicieron con el gran amor que se juraron.

Los sentimientos a través de sus marcas de unión van más allá de lo imaginado, orgullo, felicidad y paz.

Louis es el primero en tomar a uno de los cachorros para dejarlo sobre el pecho de Harry, luego se queda unos segundos antes con el otro antes de acomodarlo a su lado.

—Lo hiciste muy bien amor. —Louis besa su mejilla y admira con ternura a sus lindos hijos, están profundamente dormidos, envueltos en cobijas que Liam les obsequió.

Harry suspira sintiendo alivio, hay algo que inunda su corazón, tiene a sus cachorros, es un alfa que trajo vida, ama cada maldito segundo. No se siente débil, su alfa sigue igual dentro de él rugiendo territorial y dominante.

Pasan las horas, reciben un par de llamadas de sus hermanos, ambos sacando su naturaleza, se negaron a recibir visitas, eran solo ellos cuatro.

Harry estaba descansando en la camilla, sus cachorros muy cerca, la herida parecía ir muy bien, cicatrizaba rápidamente.

Louis cuidaba de ellos, arrullaba al pequeño alfa, el ojiazul podía sentir a su lobo apegado a su pecho dando calidez a su cachorro, el suave ronroneo era como un arrullo.

—Espero te parezcas a… —Louis frunce el ceño, camina lento, pensando si al final Harry desearía ser llamado madre o padre.

—Madre —escucha y voltea admirando a Harry que se incorpora.

—Amor, ten cuidado…

—Soy un alfa, Louis. —vira los ojos y toma al omega en brazos.

—Yo también soy un alfa, tu alfa.

—No me trates como si fuera débil. —habla admirando el tierno rostro de su cachorro y sonríe de inmediato. Louis se acerca.

—No es eso, es solo que llevaste durante nueve meses a nuestros hijos, solo quiero que tomes reposo, eres fuerte, lo sé, únicamente no puedo evitar preocuparme por ti.

—Lo sé, no te preocupes, soy un alfa puro que sobrevivió a todo esto… —Harry suspira y sonríe viendo a su alfa—. ¿Puedes creerlo? Se siente tan irreal.

Louis se sienta junto a él, ambos dejan salir sus olores y los charros hacen sonidos de bebés.

—Es que tú eres el fuerte de los dos, amor, creo que yo hubiese terminado loco.

—Supongo que tienes razón —declara orgulloso, Louis besa su frente y se quedan observando a sus cachorros.

A la mañana siguiente se dirigen a la mansión, Harry sale como si nada hubiera sucedido, está radiante. Con los trajes de alta costura que lo caracterizan, gafas de sol y sus joyas.

Louis le admira, su alfa es tan guapo.

Louis es quien conduce, deciden pasar los primeros días en la mansión. Durante el trayecto los cachorros durmieron profundamente en las sillas especiales para transportarlos.

Al llegar agradecen tener todo para ellos solos, necesitaban un tiempo a solas, Louis con su naturaleza debía verificar que todo fuera seguro para su familia y Harry se dedicó a verificar que su casa fuera un hogar apropiado para su alfa y sus cachorros.

Cuando estuvieron seguros de todo, fueron a la habitación que arreglaron durante el embarazo de Harry. Los primeros días los pequeños dormirían en su cama y con el pasar de los días los irían separando hasta llevarlos a la que prepararon especialmente para Tim y Devy.

Al final ambos estuvieron de acuerdo, Tim era el pequeño alfa y Devy el lindo omega.

Los primeros días fueron simples, no despertaban si no era para comer o cambio de pañales. Harry se burlaba de Louis en reiteradas ocasiones, ya que cualquier sonido emitido por los cachorros era una señal de alerta para él.

Se levantaba a supervisarlos y verificar que respiraran, que ninguna cosa fuera a estropear sus sueños o algo parecido.

Los gemelos dormían plácidamente sobre el pecho de ambos, siempre los turnaban para arrullarlos y pasar el tiempo merecido con cada uno.

Disfrutaban de cada mínimo cambio, sonido y gesto de los pequeños.

Habían pasado quince días desde el nacimiento, el siguiente todo volvería a la normalidad, los chicos regresarían y Louis empezaría con las rondas para verificar que todo marchara bien.

Desde que llegaron veían a Kity rondar por las afueras, daba un par de sonrisas cerciorándose de que todo se encontrara en orden con los alfas y los descendientes.

Al amanecer ambos escucharon ruidos, eran Niall junto a Lía intentando ser silenciosos, Louis suspira al percibir el olor de su hermano, Zayn y Valery. Niega sonriendo en dirección a su alfa que está en cama, Harry sonríe y Louis abre la puerta y una pila de personas caen dentro de la habitación.

El primero en rezongar es Niall —Louis, eres un tonto.

—¿Qué hacen aquí? —pregunta con algo de desesperación y seriedad, estaban dentro de la habitación un lugar sagrado para ellos.

—Venimos por mis sobrinos —chilla emocionado caminando hacia dentro, Louis lo detiene tomándolo por la parte de atrás del sudadero que llevaba puesto. Los demás están fuera de la habitación, el olor de alfa de Louis es fuerte y potente y al omega parece no importarle.

—Niall… —llama Lia, temiendo por su omega.

—Fuera —Louis espeta, su alfa es celoso con la intimidad, ese es el sitio donde su familia se encuentra.

Liam toma del brazo a Niall y lo hace retroceder, Harry se queda de pie sin decir nada, siente algo similar que su alfa, ese es su territorio.

—Vayan abajo, dentro de poco, vamos.

Todos bajan excepto Valery quién observa con atención a los alfas, sonríe con ternura y hace una reverencia, Louis vira los ojos.

—Entra mocosa. —dice y cierra la puerta.

Valery sonríe y da pasos vacilantes, Harry la llama y le pide acercarse con cuidado, la cachorra se recuesta en el brazo del ojiverde observando de lejos.

—Acércate, ahora están dormidos.

Valery voltea la vista hacia Louis pidiendo aprobación, ella también es un alfa puro y dentro de sí sabe el respeto que les debe a los líderes.

El ojiazul esboza una sonrisa —anda.

Ella sonríe y sube con ayuda de Harry, toma la mano de Devy quien está más cerca y sus ojos se abren en sorpresa cuando el pequeño omega resopla y luego viene un estornudo.

Sonríe en dirección a Harry, Louis se acerca tomando al pequeño y lo acerca para que ella lo aprecie mejor, de igual forma el ojiverde sujeta a Tim y ella se acerca pasando su índice por su rostro.

Valery sigue sin mencionar mucho, es una alfa de muy pocas palabras.

Minutos después llega al salón principal, ahora los chicos esperan a que ellos se acerquen y por fin puedan conocer a los gemelos.

Louis frunce el ceño, un par de toques se escuchan en la puerta, Harry va y mira a Kity, Drea y Niva, están algo lejos. Las cuatro hacen una reverencia mostrando su respeto.

Kity alza un poco la voz para que pueda escucharla —¿nos concedes el permiso de pasar?

Harry sonríe —Por supuesto, son bienvenidas.

Las cuatro mujeres caminan con bolsas en manos. Al entrar observan a Louis y de igual manera hacen una reverencia.

—Tu alfa nos concedió el pasar —Kity habla—, gracias por recibirnos.

—Está bien, no hay problema. 

Kity sonríe y cierra los ojos con un suspiro —Son bellas semillas estelares.

Los chicos se observan el rostro, la alfa camina tomando algo de su bolso, es un pequeño cuenco con algunos pétalos, mancha sus dedos y pone un poco de la mezcla en sus cabezas —El legado de las manadas tendrá un gran por venir, la chispa de los antiguos líderes yace en ellos, el poder y la sabiduría recorre sus venas.

Harry abraza a Louis observando a la alfa recitar palabras inaudibles, es la bendición del universo para sus cachorros.



—Se mueve mucho, bebé, ¿puedes estar un poco tranquilo, por favor? —Louis se quejaba mientras intentaba poner los pantalones a Devy—. Yo sé que te emociona pasar el rato junto a mi cariño, pero necesito ponerte esto o tu sexi madre me golpeara si vuelve a encontrarte en pañales.

Devy sonríe y hace sonidos moviendo con más fuerza sus piernas, es la forma de expresar su emoción.

Han pasado más de dos meses, tanto el cómo su alfa se turnan para verificar la manada y arreglar los asuntos.

Tim hace un sonido parecido al de un leve gruñido, es exigente —Tranquilo, cariño, aquí estoy —dice mientras da palmadas, Devy sigue moviendo sus manos y pies, el cachorro termina de zafarse los pequeños calcetines que Liam obsequió.

Louis suspira sintiéndose algo frustrado. Ahora que el tiempo ha pasado logra ver los rasgos de ambos en los cachorros, les dará un poco más de tiempo. Sonríe, pues la última “discusión” con su alfa fue al asegurar que sus cachorros se parecían al otro. Louis deseaba que fueran como Harry; Harry, que fueran Louis.

Ambos bebés se mueven frenéticos, Louis se deja caer en la cama, percibe a Harry subiendo las gradas.

El ojiverde pasa la puerta, se abstiene a reír al ver la escena, el mismo sabe que Devy es un pequeño remolino y su alfa siempre teme hacerle daño al cambiarlo o a la hora del baño.

—Hola, alfa. —saluda

—Hola, bebé, ¿cómo te fue?

Harry se acerca y se abraza al torso de su alfa, los bebes hacen sonidos llamando su atención —todo bien, ¿y a ti?

Louis deja escapar a Harry, el ojiverde toma a Devy para recostarlo sobre su pecho, Louis imita el acto con Tim, ambos bebés se acomodan y pestañean pesado.

—Devy no permite cambiarlo, ya sabes cómo es y Tim odia estar solo.

Harry observa como la respiración de los cachorros se calma con el olor de ambos.

—Son muy lindos —Harry acaricia la mejilla regordeta de Devy, con el pasar de los días ganan peso.

—Se parecen mucho a ti, amor.

—Tienes razón, son idénticos a su madre, son tan hermosos. —Louis sonríe y deja salir su aroma demostrando que su alfa está feliz.

Ha sido un poco difícil, han tenido que aprender a ser delicados y cuidar muy bien de sus cachorros.

La puesta de pañal fue una tortura, además que Louis ponía una pinza de ropa en su nariz para no percibir el olor. Harry se burlaba y el ojiazul se esforzaba por no vomitar.

A la hora de dormir estaban listos para ponerles los pijamas, ambos odiaban vestirlos igual pensaban que cada uno tenía su propia personalidad. Tim era un alfa algo gruñón, con las únicas personas que le gustaba estar eran sus padres, Kity y obviamente su hermano, por su parte Devy agradecía que cualquiera lo tuviera en brazos.

Ahora Louis volvía a la batalla de lograr poner la pijama a su pequeño omega, Harry alzó a Tim con una de oso, lucia tan tierno con las orejas y la colita y Devy como un conejo.

Harry dio el biberón a Tim y Louis a Devy, cada uno estaba sentado en una mecedora mientras intentaban hacerlos dormir.

Cuando al final pudieron lograrlo los llevaron cada uno a su cuna, y ellos fueron a su habitación.

Para su mala suerte media hora después el llanto de los bebés los despertaron, los dormían, acostaban y volvían a despertar. Fue una noche dura, los pañales estaban limpios, les dieron de comer, se aseguraron de sacar los gases, los desvistieron y volvieron a vestir.

Hicieron de todo, llamaron al médico pidiendo ayuda, no había rastros de algún tipo de gripe o fiebre.

El reloj marcaba las cinco, los cachorros no lograban conciliar el sueño, estaban a punto de salir porque hacía casi quince minutos que no dejaban de llorar. Justo en la puerta se encontraron con Kity.

—Líderes… —saluda con una reverencia.

—Ahora no, debemos ir al doctor, ellos no dejan de llorar y…

La alfa se acercó —Lloran porque los han separado —dice simple.

—¿Disculpa? —Harry inquiere.

—Vamos adentro.

—Pero… —Louis niega con arrullando al cachorro, observa a Harry, su alfa acongojado, sigue a la Kity.

Ambos van dentro de la mansión, ella pide que dejen a los niños en el sofá, los cachorros gimotean, sus rostros están rojos y no han dejado de llorar.

Kity les sonríe, voltea a los líderes —No pueden separarlos, sus cachorros se necesitan el uno al otro.

—¿Perdona, a qué te refieres con eso? —Louis se acerca cuando ella toma a Devy para acercarlo a Tim. Al instante ambos empiezan a calmarse, la alfa se asegura de dejarlos de frente, el pequeño omega lleva la mano de su hermano a su boca y la usa como chupete.

—Oh por el universo, ¿eso era todo? —Louis deja salir su olor ya más tranquilo y relajado.

—Eso era todo —La alfa sonríe.

Tanto Harry como Louis suspiran aliviados, el ojiazul se las arregla para llevar a ambos a la habitación, mientras Kity se queda junto a Harry dejándose caer en el sofá.

—Creí que me iba a volver loco, ¿cómo supiste?

—Ellos venían en la misma bolsa, se formaron juntos, serán inseparables, ¿en dónde duermen?

Harry se frota el rostro demostrando cansancio —tienen cunas por separado, pensamos que estaban enfermos o algo similar.

—Aún están muy pequeños, como dije la unión de los cachorros es muy especial, no pueden separarlos así, sabrán el momento indicado, ellos lo harán cuando sea necesario.

—Gracias por venir, Kity.

—Es un gusto, ahora si lo deseas puedes ir con tu alfa y dormir un poco, yo cuidaré de ellos.

—Pero Louis…

—Está completamente dormido —intenta suprimir una sonrisa.

—Hemos tenido noches complicadas. —Harry ya no se sorprende por lo que la alfa menciona.

—Anda y aprovecha el tiempo, por lo visto tus cachorros tampoco han dormido muy bien.

—Gracias, Kity.



Era turno de Harry quedarse en casa, decidieron quedarse en la cabaña, Devy tenía la mano de su hermano, la observaba y la llevaba a su boca.

Harry iba y se la quitaba —tú tienes la propia, bebé, deja a tu hermano.

Ambos bebes estaban sobre la cama mientras Harry leía unos papeles, estaba junto a ellos. Los cachorros estaban en la etapa de socializar y balbucear aún más.

Siendo tan pequeños ya se podía notar la personalidad de ambos, Tim era muy reservado, observaba y cuando lo ameritaba, sonreía, le encantaba estar con ambos, era tranquilo y en muy raras ocasiones lloraba.

Devy era todo lo contrario, charlaba mucho, risueño, no paraba de moverse y quería dejar su marca en todos lados (así llamo Louis al rastro de baba que el omega dejaba).

Harry dejó los papeles al escuchar gruñir a Tim, sorprendido se quitó los lentes y le dio su atención. —¿Qué sucede Tim? —notó que este observaba su peluche lejos, lo había lanzado.

—Aquí tienes, pero no gruñas, te pareces a tu padre.  —Harry busca los biberones y los prepara con rapidez, pone a cada uno a beber, Harry les ayudó a sostener los biberones porque aún no controlaban tan bien el agarre.

Tim tenía el color de ojos de Louis y Devy como los suyos, ahora se apreciaban más los rasgos haciendo una linda mezcla de ambos, cabellos color miel con unas cuantas ondulaciones, de piel lechosa. Eran como dos gotas de agua y lo único que los diferenciaba era el color de ojos.

El pequeño alfa fue quien terminó primero, Devy jugaba mucho. Acomodó al omega para que pudiera seguir bebiendo mientras él limpiaba el rostro de Tim, aprovechó para sacar el aire retenido y hacerle un cambio de ropa.

Minutos después hizo lo mismo con Devy, ambos se quedaron completamente dormidos en el nido donde estaban sus aromas. Harry sonrió dejando una cámara de monitor para ir a la cocina y beber algo de agua.

Justo en ese instante Louis entraba, cierra la puerta y va directo a los brazos de su alfa, Harry olía a leche y a sus bebes.

—Alfa… —Harry se abraza y se deja marcar con el aroma de Louis.


—Hola, cariño —saluda y busca su mejilla para besarla con ternura.

—Hola… ¿Cómo te fue?

—Cansado, ¿y tú?, ¿dónde están los cachorros?

—En el nido, recién durmieron.

—¿No has logrado dormir un poco? —pregunta besando la marca de unión.

Harry entierra el rostro en la curvatura del cuello de su alfa —No, pero ahora tengo sueño, tu aroma me relaja.

Louis picotea sus labios —sujétate te llevaré al nido, es justo que todos durmamos un poco.

Lleva a Harry en brazos hasta el nido, lo acuesta y él se despoja de la ropa y busca algo cómodo, se ubica junto a su alfa y lo abraza por la cintura para atraerlo. Besa su cuello y cuando menos lo siente ambos se quedan completamente dormidos.

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Hola de nuevo, que emoción estar por aquí. Perdón la tardanza, espero el cap valga la pena y les haya gustado.

Ya empecé a escribir el próximo que sería el último :D

Muchas gracias por su paciencia y esperar.

Nalgaditas cariñosas ✨️

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