Louis y Harry, ambos alfas dominantes, uno territorial y el otro posesivo.
¿Serán capaces de dejar su orgullo para escuchar a su instinto?
¿Quién será el que ceda su dominio y aceptar su verdadero destino?
⚠️AVISO⚠️ En este capítulo hay contenido sexual, no es el acto en sí, pero les aviso por si les es incómodo de leer.
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“Eran almas gemelas, de alguna manera los dos estaban mucho más solos que los demás compartiendo el mismo agujero del abismo terrenal.”
Ambos conocían el deseo ferviente de tomarse, ambos sabían el anhelo de entregarse a sus pasiones y estar dispuestos a que el Dominio quedará vuelto trizas.
Debían preocuparse por mirar más allá de las superficies, podemos llegar a ser seres que se sienten satisfechos atrapando unas cuantas imágenes. Pensamos que la incesante energía que fluye de la vida puede ser transformada en formas, a las cuales pueden dar nombre y valor, y entonces, como grandes humanos, ejercer dominio sobre ellas.
Pero… ¿entonces habrá un punto de partida o un límite para el dominio más férreo de uno mismo?
Su excitación se apoderó del ambiente, seguían forcejeando sobre las cobijas revueltas.
—Acéptalo Louis. —Harry le dio la vuelta besando su espalda, llevó sus manos sobre sus glúteos—. Tu lindo trasero ruega por mi nudo.
El castaño emitió una risa ronca que le hizo pasar saliva. —Amor, si te soy sincero, no creo que eso sea posible, no ahora.
Se dio vuelta bruscamente empujando a Harry, tomó su camisa y de un tirón se la quitó —Tú eres el que quiere esto.
—¿Quién es el urgido? —burlón inquirió.
Louis no respondió nada, pícaro llevó su mano a su entrepierna y tomó el su bulto y lo acarició —Al parecer eres tú.
Harry quitó su toque de un golpe, Louis sonrió concentrándose en la mariposa sobre su vientre.
Se ubicó sobre entre sus piernas y la besó. —Me encanta. —Louis besó el tatuaje delicadamente, sus caricias subieron de a poco hasta centrarse en su pecho.
—Pero estos me encantan más, son mis favoritos. —inspeccionó el rostro algo agitado de Harry.
—¿Te gustan? —preguntó entre cortado.
—Sí. —Louis respondió cerniéndose sobre él provocando que su ingle quedara sobre la de Harry, ambos sintiendo el alboroto en sus pantalones.
Louis sonrió al verlo pasar saliva, la manzana de Adán de Harry se movió con lentitud cuando él entreabrió los labios y atrapó su pezón derecho.
—¡Louis! —Harry se retorció.
Suficiente, altanero y orgulloso, sus caderas iniciaron un lento movimiento mientras sus dientes daban pequeñas mordidas y atrapaban su piel, dando leves tirones haciendo jadear a Harry.
