Albedo en DxD

Capítulo 15: Día de playa.

Capítulo 15:

Día de playa.

Kasia arrastro a Ophis y Albedo por los largos pasillos, hasta que finalmente salió de la zona de investigación de la cuarta facción, camino durante unos minutos mas hasta que finalmente llego a las recamaras donde procedió a lanzar a Albedo y Ophis a una de los cuartos, para que estos se pusieran ropa limpia.

—¡Abre la puerta gorila! —grito Albedo, mientras golpeaba la puerta. Kasia del otro lado solo sonrió y se burló de él. —Ponte ropa limpia y no aproveches que estas solo en el cuarto con esa niña para hacer cosas sucias. —dijo la mujer de cabello rojo.

—No recuerdo a ver aceptado su molesto viaje. —dijo el galvan molesto, en ese momento justo antes de que siguiera protestando, sintió una extraña sensación en su espalda, por lo que dando la vuelta pudo ver al causante.

Ophis sostenía la camisa de Albedo con su cabeza ligeramente inclinada en señal de duda. —¿Qué son cosas sucias? Y ¿Por qué las harías conmigo? —pregunto con su rostro plano. Albedo sintió como su cabeza empezó a doler debido a las personas que lo rodeaban.

—No es nada de lo que debas preocuparte. —dijo Albedo. Pero no tomo en cuenta que la mujer del otro lado de la puerta también escucho las palabras de Ophis, por lo que empezó a hablar en voz alta para que Ophis escuchara.

—Las cosas sucias son las que hacen dos personas que son muy amistosas entre ellas, generalmente un hombre y una mujer que se encuentran solos. —dijo kasia, para luego retirarse lentamente con una sonrisa, sabiendo muy bien los problemas que acababa de ocasionar, esta era su venganza por ser llamada gorila.

Ophis asintió al escuchar las palabras de Kasia, para luego dirigir su mirada sin emociones a Albedo. —¿Somos amigos? —Albedo fruncio el ceño nuevamente, perdió la cuenta de las veces que lo había hecho en los últimos minutos, sin forma de esquivar la pregunta Albedo pensó muy bien su respuesta antes de empezar a hablar.

Ophis observo a Albedo que guardo silencio y por alguna razón empezó a impacientarse cuando Albedo no respondió su pregunta, a pesar de ser un inmortal para el cual mil años son tan solo un respiro, la idea de que Albedo se demorara tanto en responder su pregunta se volvió insoportable, era la primera vez que experimentaba una sensación como esta, lo cual ya era común desde que conoció a Albedo habia experimentado muchas sensaciones nuevas, esa es una de las razones por las que decidió pasar más tiempo con él. Después de varios segundos que parecieron una eternidad para Ophis, Albedo empezó a mostrar señales de responder.

—No somos amigos. —La voz de Albedo, fue captada por los sentidos de Ophis en tiempo récord, su cuerpo se petrifico en un instante, mientras sus ojos se ensanchaban, su corazón que no se movía por nada, empezó a latir mas rápido, los dedos de sus manos empezaron a cerniste fríos a pesar de que esos dedos han tocada el frio del espacio. Intento decir unas palabras, pero pronto se dio cuentas que incluso su voz también era defectuosa y por más que intento ni una palabra salió de ella. Pronto el mundo perdió su color y se oscureció ante sus ojos mientras las paredes se deformaban y se enrollaban a su alrededor.

Inconscientemente retrocedió, mientras el sudor frio bajaba por su espalda. Los millones de años que estuvo sola vagando por el mundo invadieron su mente como una tormenta la cual no podía controlar, esos pensamientos pronto fueron eclipsado por los pocos recuerdos desde que conoció Albedo, no eran muchos en comparación, pero parecían tener mayor valor que esos millones de años en los que estuvo sola. Poco a poco su visión se oscureció mas y mas hasta que no podía ver nada, el frio se extendió a cada rincón de su cuerpo y todo el sonido se volvió un eco lejano, era imposible para ella enfermarse o morir, pero en este momento sentía que moriría.