Capítulo 23:
Cadenas (1)
Descendiendo lentamente hasta tocar el suelo. La figura del Nemuina supremo, se cubrió de una fuerte luz roja regresando a la forma humana de Albedo.
—Es desagradable. —pensó Albedo observando los cuerpos sin vidas de los demonios. El olor a sangre inundaba el campo de batalla que se encontraba escalofriantemente silencioso.
Mientras Albedo caminaba, atravesando el campo de batalla, las naves de la cuarta facción empezaron a moverse a toda velocidad hacia la gigantesca estructura en la distancia. "El fuerte" así llamaban los demonios a la estructura que había sido construida sobre la vena de mana.
Los soldados de la cuarta facción y los vehículos terrestres empezaron a movilizarse hacia los pueblos demoniacos más cercanos para tomar el control y levantar un perímetro. Albedo observo todo esto, pero su mente divagaba sin poder concentrarse.
—Finalmente estoy aquí. La vena de mana necesaria para construir la puerta dimensional que me llevara de vuelta a mi mundo. —pensó Albedo.
Regresar a su mundo siempre fue su objetivo desde que llego a este lugar ¿Debería sentirse feliz? O ¿Extasiado? Realmente Albedo no sabía cómo describir su estado de ánimo en este momento. Quería regresar su mundo. Golpear a Vilgax y a Tennyson. Eso es lo que siempre ha deseado ¿Verdad?
Con pensamientos complicados Albedo siguió avanzando lentamente, hasta que en la distancia pudo reconocer una figura familiar que se acercaba a hacia el con la mano levantada en forma de saludo. Era Ellen que se acercó corriendo hacia él.
—¡Albedo! —grito la mujer. Con una gran sonrisa. Corrió rápidamente hasta ponerse a su lado, y empezar a caminar junto a él. —¿Qué pasa con tu cara? ¿Te sientes mal? —pregunto la pelinegra inclinado su cabeza.
—Estoy bien. —dijo Albedo, decidiendo sepultar los pensamientos conflictivos en su interior. Ellen frunció el ceño al escuchar la respuesta de Albedo, pero rápidamente su expresión volvió a la normalidad.
—Albedo, si algo te molesta, puedes confiar en nosotras. —dijo Ellen. —Kasia, mama y yo no te prometo la respuesta correcta. Pero al menos puedo escucharte. —dijo la pelinegra.
Albedo frunció el ceño, pero no por enojo, sino por confusión. —Allí esta otra vez. —pensó Albedo. La extraña sensación que causaba incomodidad en su cuerpo. No estaba acostumbrado a un trato tan amable. Casi lo hacía sentir como algo que no merecía.
Ellen observo como la expresión de Albedo cambiaba en tiempo real ante sus palabras y como este meditaba, dándole unas miradas ocasionales. Deteniendo su paso Ellen se acercó a Albedo que también se detuvo. De pie justo frente a Albedo. Ellen impidió que el avanzara.
—¿Es que acaso no confías en mí? —pregunto la pelinegra poniendo sus manos en los hombros de Albedo.
Albedo giro su cabeza hacia otra dirección al no soportar la mirada directa de la mujer frente a él "No confió en ti" las palabras que debieron ser fáciles de pronunciar para él, se atascaron en su garganta por alguna razón causando que solo abriera su boca sin pronunciar ningún sonido. Al no poder responder Albedo opto por lo que mejor podía hacer. Enfadarse y denigrar a los demás.
—Tsk ¿Qué crees que haces? —grito mientras quitaba bruscamente los brazos de Ellen de sus hombros. —Maldita sea. Por eso odio a las mentes inferiores que ni siquiera pueden reconocer su lugar. —dijo Albedo mientras aceleraba el paso dejando a Ellen atrás.
Ellen observo la espalda de Albedo que se alejaba maldiciendo en voz alta y no pudo evitar sonreír. Ella lo noto, como el no pudo decir que no confiaba en ella. Además, aunque el, la insulto de muchas formas, Ellen no se sintió mal porque desde el momento en que empezó a insultarla un tic había aparecido en su ojo demostrando que los insultos no eran lo que realmente pensaba sobre ella.
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Albedo en DxD
Fiksi PenggemarTras el enfrentamiento entre los Ben malvados de otras dimensiones. Albedo despierta en el mundo de high school DxD. Descubre como afecta la llegada de Albedo al mundo DxD, y que repercusiones tiene esto en el mismo Albedo. *High school y Ben 10 no...