Albedo en DxD

Capitulo 14: Falso acuerdo.

Capítulo 14.

Falso acuerdo.

Un pequeño rayo de luz era todo lo que iluminaba la habitación en la que se encontraban reunidos los actuales lideres de las Cuatro Facciones. El ambiente era silencioso y pesado como si algo siniestro pudiera pasar en cualquier momento. De hecho, algunos de los presentes ya estaban haciendo circular su magia por si ocurrían algún tipo de ataque.

El primero en romper el incomodo silencio que se había extendido desde que llego la "Cuarta Facción" fue ni más ni menos que el arcángel Michael.

—khm Me honra darles a todos los presentes la bienvenida a esta reunión entre facciones. El motivo de esta reunión es resolver el asunto de la revelación de lo sobre natural a los humanos comunes. —dijo el rubio, para acto seguido dirigir su mirada a Eleonora. —Algo que asumimos que es obra de la llamada "Cuarta Facción".

Al escuchar las palabras del ángel Elonora asintió con la cabeza. —Así es fuimos nosotros los que revelamos su existencia a las personas.

Un fuerte sonido se extendió por la habitación llamando la atención de los presentes hacia Sirzechs Lucifer el cual acaba de estampar uno de sus brazos contra la mesa. Su cara tenía una expresión molesta que el demonio fallo en contener.

—¡Es ridículo! —grito el demonio. —¿Se supone que debemos aceptar esa explicación? ¡No pueden simplemente decidir algo como eso por ustedes mismos y esperar que los demás lo aceptemos como si nada! —dijo el pelirrojo mientras se cruzaba de brazos. Esperando que los ángeles y los ángeles caídos lo apoyaran. Pero estos simplemente guardaron silencio ante su ira.

Eleonora levanto una ceja ante las palabras del demonio y un sonido de burla se escapó de su boca por lo ridículas que eran.

—hmp ¿Desde cuándo los humanos deben pedir permiso para tratar sus propios asuntos? —dijo la mujer. —Mejor aún ¿No fueron ustedes quienes decidieron ocultarles la verdad a las personas? ¿Acaso consultaron con los humanos para saber su opinión? —dijo de forma contúndete.

El brazo de Sirzechs que estaba aún en la mesa empezó a temblar cuando la ira en su cuerpo incremento. La verdad es que la sabia que no había razón para armar un alboroto. Pero no podía perdonar a las personas que dañaron a su amada hermanita. Por suerte para él, no era el único demonio molesto en la sala. Serafall se adelantó y respondió a las palabras de Eleonora.

—¡Ese no es el punto! Tratas de desviar el tema hacia nosotros ¿Por qué necesitaríamos su opinión en primer lugar? Los ángeles, demonios e incluso los caídos. La opinión de cualquiera de ellos vale más que la de un humano. Hicimos lo mejor para ustedes, evitamos que vivieran con miedo sus cortas vidas.

—¿Lo mejor para nosotros? —dijo Eleonora con incredulidad. Sus puños se apretaron con fuerza hasta que sus nudillos se pusieron pálidos por la fuerza de su agarre. Pero antes de que la situación escalara Michael intervino.

—¡Es suficiente Sirzechs, Serafall! —el grito del arcángel que siempre se mantenía tranquilo fue suficiente para mantener a los dos demonios en silencio. —No quiero que sus rencores personales interfieran en esta discusión. Ejerceré mi función como moderador entre las facciones afectadas a partir de este momento con el líder de los caídos Azazzel como testigo. El objetivo es llegar a una solución pacífica ¿Entendido? —dijo Michael, a lo que Eleonora y los demonios asintieron.

—Bien. Empieza con tus demandas Sirzechs.

—Mis demandas son simples. —dijo el demonio, luego señalo con su dedo a Eleonora. —Quiero que reviertan lo que han hecho, es peligroso para los humanos saber la existencia de lo sobrenatural, son demasiado violentos e ignorantes y pueden entrar en conflicto con las demás razas, lo que puede provocar su final. —dijo el pelirrojo.