Albedo en DxD

Capitulo 8: Un día "normal" en la vida de Albedo.

Capítulo 8:

Un día "normal" en la vida de Albedo.

En la base subterránea de la Cuarta Facción Eleonora se dirigía hacia la sala de entrenamiento como de costumbre, pero esta vez había algo diferente ya que no solo vería una pelea cualquiera entre reclutas, no, esta vez vería la más reciente creación del genio tecnológico detrás de toda la tecnología de la Cuarta Facción. Una parte de ella estaba ansiosa por ver la nueva tecnología que el niño le mostraría. Ya que desde el ataque del grupo que descubrieron que se hacía llamar la Facción de los Héroes quedo claro que aún eran muy débiles en comparación de las demás razas sobrenaturales.

Después de un rato de caminar Eleonora finalmente llego a la sala de entrenamiento, en el medio de la sala un niño de cabello blanco y una mirada antipática estaba de pie. Junto a él estaba una chica joven de cabello negro hasta los hombros y ojos de color rojo. Eleonora se sorprendió pues la chica no era otra que su hija Ellen. Eleonora le dedico una mirada a su hija.

—¿Qué haces con él? —pregunto con un tono serio señalando a Albedo. Hasta donde Eleonora sabia Ellen no debería de saber que el proveía la tecnología que usaban.

Al ver la mirada molesta de su madre Ellen no vacilo, y le regreso una mirada igual de fuerte. El duelo de miradas continuo por un tiempo antes que Eleonora decidiera retirase. Soltando un suspiro Eleonora vio a su hija.

—¿Cómo lo descubriste? —Al escuchar la pregunta de su madre Ellen señalo a Albedo.

—El me lo dijo mientras intentábamos escapar de los demonios. —Ahora fue el turno de Albedo de estar bajo la mirada acusadora de Eleonora. Albedo chasqueo la lengua.

—Como sea. —Dándole la espalda a Eleonora Albedo camino hacia Ellen.

— ¿Lista? —El preguntó a Ellen a lo que esta asintió. Eleonora levanto una ceja con duda quería preguntar a que se referían, pero no pudo hacerlo debido a un monstruoso rugido.

—AGGGGHHHH

—¡Malditos humanos! ¿creen que podrán detenerme por siempre? —Del otro lado del campo de entrenamiento un grupo de robots centinelas que habían sido implementados recientemente arrastraban a un gran demonio que estaba sujeto por grandes cadenas. Los robots lo arrastraron hasta que el demonio estuvo peligrosamente cerca de ellos.

Cuando los ojos del demonio reconocieron a un grupo de humanos, la furia y el enojo por ser exhibido como un animal se transformaron en fuerza quemo su propia sangre para transformarla en energía mágica la cual utilizo para reforzar su cuerpo y romper las cadenas. Las cadenas se rompieron y cayeron en el suelo pesadamente.

*Ching * *Ching *

Eleonora llevo rápidamente su mano a sus bolsillos lista para utilizar su armadura, pero antes de hacerlo una mano la detuvo. Albedo la observo y negó con la cabeza luego dirigió su mirada hacia Ellen la cual avanzo a paso lento hacia el demonio. Eleonora quería replicar, pero al ver la seguridad en la mirada de su hija mientras se dirigía hacia el demonio no tuvo más opción que tragase sus palabras y confiar en el juicio de Ellen.

El demonio observó furioso a la humana que se acercaba hacia el por lo que rápidamente lanzo un hechizo para recuperarse de su estado debilitado. Normalmente no tomaría estos preparativos para enfrentase a un humano, pero él ya había aprendido de mala manera que este grupo de humanos estaba más que preparados para luchar contra los demonios callejeros.

Al ver que el demonio no la atacaba Ellen se burló en su interior.

—Todos estos demonios son fuertes ante el débil y débil ante el fuerte. No valen la pena. —Dirigiendo du mirada hacia el demonio sus ojos de color rojo parecieron brillar con intención asesina.