Albedo en DxD

Capitulo 12: La tormenta. (2)

Capítulo 12:

La tormenta.

-Eres increíble. Lo reconozco. -dijo Albedo. Mientras observaba el cuerpo sin vida del anciano en el suelo.

-Rosaste la velocidad de la luz, podías negar la magia, tus sentidos trascendían el límite de un mortal, tu fuerza y resistencia eran inmensas y tu voluntad era aún más grande que esas. Si te lo tomaras en serio desde el inicio quizás yo fuera el que estuviera en el suelo. -dijo Albedo galilean.

-Es por eso que sería una lástima dejar tu cuerpo aquí, hay mucha información valiosa que puedo obtener de ti. -dijo Albedo Nemuina.

Con un fuerte destello de color rojo, cuatro de las cinco copias regresaron a la forma de Sonorosian. Segundos después fueron absorbidas por el original, dejando solo a la copia en forma de galilean. El original dirigió su atención a la copia en el aire.

-Llévate su cuerpo a mi laboratorio puedo extraer mucha información de su mente y llévate su arma Duracell o como se llame. -dijo Albedo. El galilean asintió con la cabeza, levantando su mano hizo flotar el cuerpo del viejo junto con su arma.

-Bien ¿Ahora donde están esas mujeres? -pensó Albedo. Cambio a la forma de un Kineceleran y empezó a correr a toda velocidad por las habitaciones. No tardó mucho en encontrar una gran sala que parecía ser donde se reunían las personas importantes.

Usando la gran velocidad que tenía en esta forma. Albedo entro en la sala. Adentro se encontraban los que el asumió que eran los lideres de la iglesia. Estaban de rodillas y Ellen les estaba apuntando con su lanza.

Se movió por toda la habitación a gran velocidad en busca de algo valioso para él, como libros del llamado "Poder Sagrado" que usaban los miembros de la iglesia. Se tomo su tiempo en leer los libros ya que en esta forma era tan rápido que las personas no parecían moverse.

Después de leer todo en el lugar y no encontrar nada útil dirigió su mirada hacia los lideres nuevamente. Sus expresiones congeladas parecían ser de miedo, lo que hizo que una sonrisa apreciara en su rostro. Vio que varios de ellos intentaban concentrar poder sagrado a escondidas. En un aparente intento de ataque en conjunto. Albedo se rio internamente del intento del hombre.

-No funcionara. Hay cristales de Crystalsapien en la habitación y por lo que he leído este poder sagrado solo es otro nombre para la magia. Ya que la iglesia se niega a creer que ellos utilizan la misma energía que el diablo. -Pensó Albedo.

-Pero ya que estoy aquí. No es mala idea infundir el miedo en el enemigo.

***

Minutos antes.

Los cardenales se enviaron miradas silenciosas entre ellos, mientras reunían poder sagrado. Su idea era realizar un poderoso taque en conjunto que eliminara o dañara al enemigo.

-¿Cuarta Facción dices? ¡Debes saber que el cielo no se quedara de brazos cruzados y enviaran ángeles para acabar con ustedes! Para hacerlos pagar por sus pecados en contra de la iglesia. -grito el papa.

-No vendrán. -dijo Eleonora.

-Todos los que tenían comunicación directa con el cielo fueron eliminados antes de empezar el ataque. El cielo y la tierra están incomunicados actualmente. -dijo Ellen

-Y con lo mucho que les importan los humanos. Los ángeles se tardarán uno meses antes de empezar a notar que algo esta mal. -dijo Eleonora con sarcasmo.

-¿Por qué estás haciendo esto? ¡No sabes que la iglesia protege a las personas de los males de este mundo! -grito uno de los cardenales.

La risa de Eleonora se extendió por la habitación. Le tomo unos segundos hasta que pudo dejar de reír. Secándose las pequeñas lagrimas de las esquinas de sus ojos Eleonora miro a los hombres y dijo.