En Todas Las Formas

Hogar

"¡Oh Dios mío, eso fue tan bochornoso, Sam! ¿Cómo voy a encararlas de nuevo?" Pellizqué la mejilla de Mon.

"¿Puedo recordarte que yo también soy una víctima aquí? Sólo intentaba trabajar cuando decidiste comerme en mitad de nuestro turno». Mon escondió la cara entre las manos y yo me reí. "No pasa nada, cariño. Probablemente se burlarán de ti durante un tiempo, pero luego lo olvidarán y seguirán adelante». Mon gruñó.

«¡No estás ayudando, Sam!» Me reí.

«Vámonos a casa». Mon y yo entramos en la Srta. Duanpen y arrancamos hacia casa.

Sigo diciendo casa como si Mon viviera conmigo y en realidad fuera nuestra casa. Así es como me siento, pero Mon sigue quedándose a dormir en casa de sus padres todas las semanas. Ni siquiera le he preguntado si quiere vivir conmigo y, en ese caso, si quiere vivir en la mansión o si quiere vivir en otro sitio. Mi mente estaba descontrolada con estas preguntas sin respuesta, y me sentía dudosa.

«Teerak, ¿estás bien?»

«¿Qué piensas de mi casa?». Parecía confundida.

«¿Qué quieres decir?» Respiré hondo.

"Quiero decir... ¿te gusta? ¿La odias? ¿Te gustaría hacerle algunos cambios?». Mon se rió.

» O sea, es tu casa, Teerak. Sí, es preciosa. No soy decoradora, así que no sé si necesita cambios». Mi casa...

«¿Quieres hacerle cambios?» Se lo pensó un segundo.

"Bueno, es un poco oscura, pero así es como te gusta. ¿Por qué iba a cambiar tu casa, Teerak?"

«Vale, mantén ese pensamiento mientras llegamos a casa». Se encogió de hombros y puso música. Estacioné a la señorita Duanpen en el garaje, abrí su puerta y la arrastré al interior de la casa.

«Teerak, ¿qué pasa?». Subimos las escaleras y la llevé a la habitación de invitados. «¿Por qué estamos aquí?» Me apoyé en la puerta.

«¿Te gusta ese tocador?». Mon miró entre el tocador y yo.

«Sí, supongo». Suspiré.

» Miralo, por favor. » Mon se acercó y deslizó los dedos sobre el material. Abrió el primer cajón y se quedó boquiabierta.

Sacó el anillo del cajón y me miró.

"No quiero que me malinterpretes. Me encanta el anillo que compartimos. En realidad, hace años que tengo este anillo. Era la alianza de mi madre. Mi abuela pensó en dárselo a Kirk para proponerme matrimonio, pero yo lo escondí y le dije que se había extraviado. No pensé que un matrimonio arreglado cumpliera con el significado de este anillo". Suspiré profundamente luchando contra las lágrimas. "Cuando empezamos a salir, no dejaba de pensar en el anillo. Pensé que si algún día continuábamos juntas y nos sentíamos preparadas para dar el siguiente paso, podría dártelo. Entonces me propusiste matrimonio y fue perfecto, así que dejé el anillo aquí». Caminé hacia ella.

«Hoy, estoy usando este anillo como un tipo de propuesta diferente». Mon tenía lágrimas en los ojos. "Sé que siempre digo casa como si esta ya fuera tu casa, pero quiero que te sientas así. Podemos ir a ver a tus padres cuando quieras, incluso podemos traer al pequeño Sam aquí con nosotras, pero quiero que esta sea tu casa». Agarré sus manos y las besé. "Cariño, quiero que te mudes conmigo oficialmente. Quiero que traigas aquí tu ropa y tus cosas. Quiero que decores como quieras hasta que sientas que ésta también es tu casa. Quiero despertarme cada mañana y ver tu cara. Quiero irme a dormir por la noche abrazada a ti. Quiero que nuestros hijos crezcan aquí». Mon sonrió ampliamente. "Y si no te gusta esta casa, podemos elegir otra, una que nos guste a las dos. No viviré en nada más pequeño que esta casa, esa es mi única condición, pero te juro que cualquier casa servirá porque para mí no importa dónde estemos mientras estemos juntas, así que ¿qué dices?». Se puso el anillo en el dedo y me atrajo en un abrazo besándome.

«¡Sí! Sí a vivir juntas, sí a esta casa, sí a nuestros hijos y sí a que seas la mujer de mi vida». Juntó nuestras frentes y yo cerré los ojos feliz. "Quiero compartirlo todo contigo. Quiero amarte sin límites. Quiero cuidarte el resto de mi vida. Quiero convertirme en la Sra. Samanun Anuntrakul». Moví un mechón de pelo que le estaba tapando el ojo detrás de la oreja. «Pero quiero que hables con tu abuela antes de mudarme aquí». Inmediatamente dejé de sonreír.

"No me mires así, Sam. Sé que volvió a Bangkok y te he visto evitar sus llamadas». Me aparté y me apoyé en el tocador. "Sé lo importante que es para ti. No me mudaré hasta que hables con ella cara a cara y le cuentes lo nuestro. Sé que quizás no lo apruebe, pero quiero que sepas que haré todo lo posible para agradarle». Movió mi cara hacia ella. "Tu familia y tu felicidad nunca estarán completas a menos que ella también esté aquí contigo. Puede odiarme a muerte el resto de nuestras vidas, pero no me rendiré sin luchar. Si no le agrado, al menos conseguiré que me tolere y tolere la idea de que estemos juntas». Desvié la mirada un momento. «Sam». Volví a mirarla. "Prométeme que hablarás con ella. Sólo entonces me mudaré contigo».

"Tengo miedo, Mon. La aprobación de mi abuela es todo lo que siempre he querido. ¿Qué pasa si hablo con ella y de alguna manera, me convence de que esto es un error? ¿Y si la elijo a ella en vez de a nosotras? No puedo arriesgarme a perderte. Simplemente no puedo». Mon puso sus manos en mi rostro y me besó.

«Si de algún modo consigue convencerte de que nuestro amor no merece la pena, te juro que lucharé cada día para convencerte de que sí la merece hasta que vuelvas conmigo». Sonreí. "No puedo imaginar mi vida con nadie más así que si tengo que luchar para que estemos juntas lo haré. Y nunca dejaré de luchar porque tú lo vales». La abracé con fuerza y lloré entre sus brazos.

A veces olvido que Mon puede ver a través de mí. Mis inseguridades acerca de ser abandonada y de no ser suficiente siempre resurgen cuando mi abuela está por medio. Me encanta que Mon me recuerde que soy alguien que vale la pena y que ella estará ahí para mí. Estoy aprendiendo a quererme cada día más. Nunca soñé con tener a alguien así, que pudiera quererme y cuidarme tan profundamente, pero ahora que la tengo, no estoy dispuesta a renunciar a ella tan fácilmente.