Jimin
Jimin se dirigió hacia aguas más profundas donde la superficie se agitaba y el ruido de la cascada Damalbina ahogaba los pensamientos en su cabeza. Empapado, retiró una de las espadas de sus hombros y la hundió debajo de la superficie. Después de algunos golpecitos rápidos, salió limpia y lisa nuevamente. Hundió la segunda espada y la limpió.
Si tan solo fuera tan fácil limpiar su olor de mi.
Se había lavado anoche en la oscuridad, no mucho después de llorar en los brazos de Damhee, pero aún sentía el aguijón de los toques invasivos de los dragones en los brazos, las muñecas y el cuello. La prisión no importaba, ni siquiera la cama de la reina. No había esperado sobrevivir, volver y vivir con esta complicada corrupción dentro de él.
Un movimiento cerca del borde del agua llamó su atención. Levantó la mirada de las cuchillas y encontró a Taehyung de pie entre los guijarros de piedrecillas. Y ahí estaba, la cruda mirada de Taehyung, la que traicionaba los pensamientos de Taehyung. Más vergüenza se anudó por dentro, apretándose en una bola ácida, dejándolo con una enfermedad que no podía quitarse de encima.
Volviendo a la costa, dejó las espadas cuidadosamente sobre las piedras.
-Pensé que te encontraría aquí anoche. -La mejilla de Taehyung enrojeció. Miró las espadas cruzadas, probablemente considerando la mejor manera de disparar todas las preguntas que tenía en su mente.
Envuelto en la oscuridad, parecía las sombras entre las que prefería moverse. Si hubiera sido de noche, Jimin no lo habría visto en la orilla del río. Eso convertía a Taehyung en un cazador efectivo y en un asesino despiadado. Pero a plena luz del día, parecía más cautivador, más severo, como un trozo de piedra afilado.
Jimin escurrió las puntas húmedas de su cabello y exprimió el agua de su camisa.
-No deberías estar aquí. ¿No tienes guardias?
La ceja bien formada de Taehyung se arqueó. Miró hacia atrás, donde los árboles se alineaban en la costa, sabiendo que era poco probable que los descubrieran. Pocos iban a las cascadas. Las rugientes aguas eran peligrosas si es que algo enorme estaba acechando en busca de algo que cazar.
-Pensé que habías muerto. -La mirada de Taehyung siguió la de Jimin hasta la pequeña laguna que se formaba debajo de la cascada.
-Así fue. -Una parte de mi todavía lo está.
La boca del elfo se torció pero no para formar una sonrisa.
-No se supone que nos importe -dijo suavemente.
Jimin apenas podía reprenderlo. A él también le importaba. Pero lo había dejado todo cuando se había marchado, solo mantuvo el orgullo de los elfos que caminan hacia su muerte. Se suponía que no debían sentir nada porque eso lo hacía más fácil, pero podían sentir. Si no hubiera sido por el recuerdo de Damhee, Jimin podría haberse vuelto loco en la prisión.
-¿Cómo eran? -preguntó Taehyung. Metió su pulgar en el bolsillo de la cadera y se inclinó hacia un lado, pero todavía mantenía la mirada hacia abajo o hacia el agua, en cualquier lugar que no fuera Jimin.
No lo miró porque sabía lo que habían hecho los dragones. Jimin se sintió impuro. Como si tuviera que darse vuelta y sumergirse en el estanque, y tal vez así el agua limpiaría de alguna forma su alma.
-Ya lo sabes.
Jimin ya tenía suficiente. No podía soportar las preguntas que seguirían, ni de Taehyung, ni de nadie. Recogió las espadas y avanzó penosamente por la orilla, pero cuando se giró, Taehyung se había adentrado al agua. El elfo juntó las manos y completamente vestido, se zambulló y desapareció de la vista.
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Elfo Y Dragón #1 Kookmin
RandomPark Jimin es un elfo criado y entrenado por la Orden para matar a la reina dragón y a todos los dragones que su espada pueda alcanzar, pero entonces se encuentra con el príncipe Jungkook Amatista un dragón diferente a los de su especie que lo hará...