Jimin
La marea de la batalla se convirtió en oscuridad. Jimin podía saborearlo… y más que eso, podía sentirlo. Y entonces los chirriantes bramidos sonaron como ladridos y gritos de retirada. Luego llegaron los aullidos. Demasiados aullidos de dragones desde el interior de la guarida Los escuchó hasta que la noche se tragó los sonidos de los bronce que abandonaron sus dominios. No podía ser posible, la frontera había resistido por mil años, pero ahí estaban, un puñado de humanos altivos blandiendo armas apropiadas y con el conocimiento apropiado, habían sido capaces de lo que nadie había podido hacer en toda la historia.
—Victoria… —susurró, aferrando a Leah cerca de su cuerpo. Había intentado llevarla de vuelta a la costa pero tras casi fallar, supo que no estaba en condiciones de trepar las rocas solo, así que se sentó, esperó, escuchó y miró mientras los frutos de su trabajo, como sus sueños, se hacían realidad.
Los humanos eran realmente extraordinarios. Había hecho lo correcto al llevarles este conocimiento. Podía regresar con Misuk y Suho, Taehyung y Damhee, los miraría de nuevo a los ojos, sabiendo que finalmente era digno de su admiración. La marea realmente había cambiado esta noche.
Los escombros habían comenzado a desaparecer en la costa y en el creciente amanecer, el verdadero precio de su ataque comenzó a hacerlo también.
Leah se removió entre sus brazos. Parpadeó ante el revoloteo de las pestañas de ella y le sonrió al ver su adormilada mirada.
—Hola.
Le tomó un momento poder concentrarse en él y luego en las puntiagudas rocas iluminadas por el resplandor de luz de la mañana.
—¿Sassa? ¿Dónde…? —susurró con voz ronca.
—Te dormiste durante la batalla. No te preocupes, no le diré a nadie.
Sus ojos se abrieron de par en par y levantó una de sus manos.
—Tu cabeza. ¡Tu cabello! Luces como si te hubieras bañado aquí.
—Así fue.
Ella se removió, mirando a su alrededor con más claridad en sus ojos.
—Me… eh… puedes bajar…
La había cargado por tanto tiempo que no estaba seguro de que pudiera mover sus brazos, pero cuando un par de humanos apareció sobre la rocas hacia ellos, finalmente cedió y la ayudó a sentarse.
Leah se tambaleó y tomó su mano.
—Guau. Está bien… estoy bien. Solo… —Se agachó y se sostuvo de sus muslos—. Creo que necesito un minuto.
—Creo que puedes tomar todo el tiempo que necesites. —Jimin se enderezó cuando los grupos se acercaron. Podía oler el hierro caliente sobre ellos y vio que sus cuerpos estaban salpicados con coágulos de lo que una vez había sido metal derretido y enfriado, y ahora chamuscaba sus prendas. Encontrado la fragua que habían mencionado.
—¡Se fueron! —Gael había regresado, sus ojos verdes destellaban con alegría—. ¡De verdad se fueron!
Casi parecía imposible.
—¿Cómo?
—Parte de sus defensas ya estaban expuestas, nunca había visto a los bronce tan aislados de sus refuerzos. El más grande, ese cabrón, ni siquiera lo vimos. Una vez que encontramos las fraguas, la mayoría de exiguos se habían ido. Averiamos sus tanques de fundición, inundamos el lugar con roca fundida. Si alguna vez vuelven, tendrán que volver a cavar toda su guarida. Por ahora, toda la frontera está indefensa.
ESTÁS LEYENDO
Elfo Y Dragón #1 Kookmin
RandomPark Jimin es un elfo criado y entrenado por la Orden para matar a la reina dragón y a todos los dragones que su espada pueda alcanzar, pero entonces se encuentra con el príncipe Jungkook Amatista un dragón diferente a los de su especie que lo hará...