Parte 21

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Algunas piedras aun caían sobre los escombros donde antes los Muroides trabajaban duramente para construir las columnas donde estaban cultivando la Amber Ogia. El Muroide que se había alzado entre ellos con palabras de grandeza y prosperidad los había abandonado a su suerte. No entendían, ¿como o que provoco que el techo colapsara sobre ellos?. Solo podían ver cómo todo su trabajo se encontraba sepultado entre las rocas, sintiéndose abandonados por quien consideraron su líder.

La luz del exterior iluminaba con creces el interior de la madriguera, los roedores que no terminaron lastimados intentaban mover las rocas mientras otros ayudaban a los dos intrusos, que a pesar de haber representado una amenaza para ellos, se arriesgaron y quedaron en su ayuda.

Y aunque varios lograron salir a tiempo, muchos otros habían quedado atrapados bajo la roca. Podían escuchar sus chillidos pidiendo ayuda, por suerte habían sido protegidos por esa extraña piedra brillante que había creado ese enorme ser de piedra antes de desaparecer.

Solo alcanzaron a ver como uno de sus compañeros, el más pequeño de pelaje café se apresuraba al exterior, mientras sus compañeros los ayudaban a mover la roca.

Julie subió su vista, observando por dónde hace unos momentos Ben se había adelantado para alcanzar al responsable de todo. Su Omnitrix estaba descargado, pero eso no evitaba que se lanzará a la acción de manera precipitada, no era de los que se quedaban quieto por mucho tiempo y aunque Rook también quería ir con él y detener al villano, la situación no se lo permitían, debían de ayudar a los roedores atrapados a salir de su prisión.

Era lo correcto.

...

Mientras tanto, el castaño se encontraba corriendo por uno de los túneles que daba al exterior. Ese maldito parásito estaba muy equivocado si en verdad creía que podía sacrificar a los roedores así como así y salirse con la suya. Se aseguraría de patearle personalmente el trasero, tuviera o no tuviera uno. Salto hacia el exterior, siendo recibido por la intensa luz natural de golpe. Dilatando sus pupilas en el proceso.

Rápidamente se cubrió sus ojos con su mano. - ¡De acuerdo pequeña alimaña, ahora somos solo tú y yo, sal de dónde quiera que estés! – exigió.

El castaño enfoco su vista al sentir como sus ojos comenzaban a acostumbrarse al entorno, cuando sus instintos le gritaron que se moviera. Lo cual hizo justo a tiempo al ser sorprendido por una serie de disparos.

Se lanzó a un lado para rodar en el suelo y continuar corriendo. Mientras escuchaba el sonido de los disparos detrás de él. Cubriéndose tras una roca.

- ¡Escúchame bien humano!, ¡seré pequeño pero eso no significa que no pueda defenderme!. ¡¿Acaso crees que eres el primero que intenta atacarme?!. Ahora se un buen mono y mantente alejado de mi – exigió.

Los disparos provenían de ese collar, sus patas robóticas se encontraban dando vueltas como las hélices de un helicóptero, mientras un pequeño cañón disparaba al alejarse del humano.

¿cuantos trucos baratos tenia bajo la manga ese infeliz?, siseo, observó su Omnitrix de reojo. - Sin energía, qué sorpresa – dijo para asomarse levemente por la roca al escuchar como los disparos se escuchaban más lejanos y pausados. Se estaba escapando.

Maldición, se mordió el labio inferior al apresurarse a salir de su refugio, esquivando los disparos en zik zak.

Tenía que pensar en algo y rápido. No podía darse el lujo de esperar a que el Omnitrix se terminará de recargar, era obvio que no podría escapar del planeta sin una nave, pero nada le garantizaba que seguiría cercas de la aldea para buscarlo más tarde con los demás. No podía dejarlo escapar, quién sabe qué otras cosas podría hacer con tal de salirse con la suya.

Paradoja de gemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora