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Venecia, 2016

No había forma de evitarlo. Lena estaba absolutamente enamorada. Observó a Kara mientras asomaba la cabeza por un puente, siguiendo una góndola que se deslizaba silenciosamente bajo el arco.

¿Cómo sucedió esto? Había venido a Europa para explorar y encontrarse a sí misma, no para encontrar a alguien sin quien no pudiera imaginar una vida.

Pero nunca pudo ver los dos mundos coexistiendo: el maravilloso y hermoso mundo con Kara y el mundo en el que vivía con su familia. Eran como planos paralelos de existencia, con Lena preguntándose si cada uno creería que el otro era real.

-Esto es incluso mejor que Roma-, dijo Kara, volviendo su atención a Lena y saltando hacia ella.

El pecho de Lena martilleaba ante los movimientos emocionados de Kara, y haría cualquier cosa para mantener esa sonrisa en su rostro. -Todavía es temprano. ¿Algo divertido que quieras hacer hoy?

Kara frunció los labios pensativamente. -No has estado aquí, ¿verdad?

-No. He estado en Roma pero no en Venecia.

-Menos mal que estamos aquí ahora.

Lena inclinó la cabeza hacia un lado. -¿Por qué es eso?

-Dicen que la ciudad estará bajo el agua dentro de un siglo.

-Eso es horrible-. Lena se sintió extrañamente incómoda con la nueva información. Si algo tan grande como una ciudad entera no podía resistir la prueba del tiempo o la adversidad, ¿cómo podría ella hacer lo mismo?

Kara se acercó más. -No quise que fuera una declaración tan dramática. Parece que te acabo de decir que estamos al borde de una guerra mundial- dijo, pasando un brazo alrededor de Lena y acercándola.

Cedió al toque y colocó su cabeza en el hueco del cuello de Kara. -No me di cuenta. Me alegro de que estemos aquí-. Levantó la cabeza y miró a Kara suavemente. -Me alegro de estar aquí contigo.

-Yo también-. Kara levantó el otro brazo y abrazó a Lena por completo, envolviéndola en un fuerte abrazo. Lena no podía explicar cuánto significaba para ella esa simple acción; El apoyo constante de Kara significaba más de lo que jamás había creído posible.

Kara se movió un poco hacia atrás para poder mirarla. -¿Por qué no vamos a almorzar a algún lado?

Lena tendía a controlar el ritmo de sus interacciones en el mundo real, normalmente planificando sus viajes, pero le encantaba cuando Kara se hacía cargo. Se sentía tan segura con ella, tan segura de que sin importar lo que hicieran, sería lo correcto porque lo estaban haciendo juntas. -Almorzar suena increíble.

Kara la llevó de la mano por las estrechas y sinuosas calles. En cada viaje, había más turistas en las ciudades pero aún así no era tan malo como la temporada alta de verano. Venecia todavía estaba cerca de congelarse por la noche en esta época del año, aunque durante el día se sentía bien con un suéter grueso.

Caminaron hasta que salieron de las calles claustrofóbicas y vieron un café con asientos afuera al lado de un canal.

-¿Hoy es el día en que pides una comida sin saber lo que significa?- bromeó Lena, tratando de recuperar algo de su confianza después de la asombrosa aceptación de que Venecia no siempre existiría.

Kara sonrió sin hablar y levantó dos dedos cuando se detuvieron. Siguieron al camarero hasta una mesa y se sentaron una frente a la otra, con Lena de espaldas al agua.

Una vez que Kara se sentó, finalmente habló. -Los últimos meses han estado llenos de novedades para mí, así que nunca digas nunca-. Una sonrisa torcida floreció en su rostro y Lena la quería besar.

ʙᴇᴛᴡᴇᴇɴ ᴛʜᴇɴ ᴀɴᴅ ɴᴏᴡ /SᴜᴘᴇʀCᴏʀᴘ / AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora