"Julián fue golpeado varias veces por la vida, pero se sigue levantando, en busca de un refugio donde finalmente descansar...
Hobie solo quiere estar con su amado una vez más"
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- Lo hiciste bien Sun, para la próxima quiero tu disparador bien cargado, no puedes arriesgarte de esa manera otra vez - Miguel me estaba hablando sin mirarme, él tenía su vista muy concentrada en las pantallas.
- Si... Es que me tomaron desprevenido, tengo que agradecerle a Hobie por agarrarme a las chapas.
Miguel chasqueó la lengua con disgusto.
- No le hagas mucho caso a ese Spider, Sunny, rompió muchas de las reglas de este establecimiento y realmente no es la clase de persona que quiero alrededor de mi influenciable aprendiz.
- ¿Qué sos? ¿Mi viejo para decirme con quien hablar y con quien no?
- Si es la única forma en la que me harás caso pues sí, puedo ser tu padre.
Puse los ojos en blanco y suspiré.
- Migue, no flashiemos confianza, yo te respeto y todo porque sos como mi profesor, pero de ahí a que me permitas o no hablar con otros Spiderman's... Ya es diferente.
- Yo te pido que hagas lo que es mejor otra el tí y para nuestra sociedad - Él abrió sus brazos y después los apoyó en su cintura - Spiderpunk ya le ha faltado el respeto a esta sociedad múltiples veces.
- ¿Ah sí? ¿Y por qué sigue teniendo su Gizmo?
- Él nos habló personalmente, solo está aquí para echarle un ojo a SpiderGwen - Mi cara debió haber delatado mi curiosidad porque él me siguió explicando - Es una chica, Gwen Stacy, creo que es la baterista de una banda en la que está Brown, o algo asi.
- ¿Una banda? Que piola... - Sonreí para mi mismo, imaginándome a Spiderpunk tocando en una multitud, sacándose la máscara... Capaz que sin remera también.
Miguel me chasqueó los dedos en la cara para traerme a la realidad.
- Como te decía, hoy hiciste un increíble trabajo, vuelve a casa niño.
- Está bien, gracias Migue.
Abrí un portal usando mi Gizmo y me despedí, crucé el portal y minutos después estaba en mi departamento compartido con Emilia. Miré mi celular y eran las dos de la madrugada, casi tres, estaba muy cansado pero por alguna razón no podía dormirme.
Me levanté a mi cocina a hacerme un vaso de leche caliente y me asusté cuando escuché pasos atrás mío.
- Chuli - Emi bostezó - Por fin volviste, ya no te veo más por acá.
