"Julián fue golpeado varias veces por la vida, pero se sigue levantando, en busca de un refugio donde finalmente descansar...
Hobie solo quiere estar con su amado una vez más"
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Fui abriendo los ojos con lentitud, hacía frío y eran como las seis de la mañana, por lo que era normal que el sol no esté dando con todo su esplendor a esta hora. Que paja, usualmente el solsito es lo que me da ganas de levantarme... Porque literalmente, me da energía.
Dejando eso de lado, cuando me quise mover sentí un quejido, Hobie me tenía atrapado entre sus brazos, y con fuerza. Me abrazaba por la espalda y sentía que nunca me dejaría ir. No es como si quisiera levantarme tampoco, pero me urge hacer algo antes de caer rendido ante la calidez de la cama y perder una mañana que puede ser productiva.
- Hobie, me tengo que levantar, soy muy rutinario - Me di vuelta para quedar cara a cara, él seguía sin abrir los ojos - no te creo nada, se que estás despierto, nadie dormido tiene tanta fuerza en los brazos, salamín.
- Quédate conmigo.
No hay nada que quiera más, creeme
- No puedo, vos mismo lo dijiste, tengo muchas cosas que explicarle a Miguel.
Él abrió un poco sus ojos y me abrazó aun mas fuerte, practicamente asfixiandome en su pecho.
- No lo decía en serio, Sunny - Me miró a los ojos - Por favor, nunca dormí tan cómodo en toda mi vida.
Practicamente me esta pidiendo que duerma con el hasta el mediodía (o más)
Perdón Migue, no soy tan fuerte como creí.
Suspiré y asentí, él volvió a sonreir y se acomodó en su almohada otra vez. Poco a poco volví a caer en las garras de un sueño cómodo y cálido, sofocado por el perfume de la ropa Hobie. Sinceramente me sorprende que la lave siendo que él mismo tiene pinta que se baña una vez al mes y quizá es cierto, pero aun así su ropa huele riquisimo.
Cerré los ojos por unos momentos, hasta que escuché a alguien llamar mi nombre y los volví a abrir por instinto.
- ¿Enzo? - Me puse la mano en el pecho, ya no estaba en la cama de Hobie si no en la mía - ¡Enzo!
- Hola Julián - Él se apoyó en el marco de la puerta - ¿Ya tan rápido te olvidaste de mi?
Era él, incluso estaba con la remera de River y ese pantalón trucho de la selección.
- Obvio que no Enzu... - Parpadee un par de veces y me dí cuenta - ¿Por qué hablo con un fantasma? Vos no sos Enzo, Enzo nunca me diría eso.
