Chuuya pidió varios días por enfermedad, la situación lo estaba envenenado poco a poco y estaba llegando al límite. Dazai dejó sus relaciones casuales y la relación con Odasaku que al final no funcionó...este, simplemente no veía a Dazai de esa manera. Después de todos esos sucesos simultáneos el castaño volvió a ver a Chuuya más seguido.
El pelirrojo ya no sentía lo mismo, sus sentimientos encontrados lo atormentaban. El cariño, la costumbre o la dependencia se arraigaban en su corazón, confundiendolo, ya había perdido las esperanzas de ser amado como quería y al mismo tiempo pensaba en salir huyendo por su propio bien, pero ¿cómo escapar de algo tan grande como la mafia? Y aún más, de alguien como Dazai.
No quería que la muerte del ejecutivo más joven de la mafia fuera por algo que el hiciera, Dazai lo había acorralado en algo complicado y pareciera ir en serio... Pero si su relación no iba más allá de trabajo ¿Qué era para Dazai tan importante?
—Siempre es la misma pregunta Chuuya— El castaño rodó los ojos con molestía, no era la primera vez que su compañero preguntaba.
Pero sencillamente no había una respuesta clara, solo enredos, palabras hirientes, humillaciones, que terminaban en palabras sentimentales y tristes que dejaban a Chuuya incapaz de alejar a Dazai. Al final el objetivo de la discusión se perdía, pero Dazai ganaba un día más con Chuuya a su lado.
Esté después de tanta confusión terminaba impotente, molesto y desesperado, sin poder renunciar a la responsabilidad que Dazai le había otorgado, pero eso ya no podía seguir o si no él sería el que moriría entre tanto estrés y desesperación.
¿Cómo hacer que Dazai lo dejara libre?
— Cambiaré Chuuya, solo espera un poco más. Lo haré por ti si es necesario para que te quedes, seré bueno contigo — Exclamó Dazai antes de cerrar la puerta
—...No quiero seguir esperando, ya no puedo...—
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Apesar de que Dazai ya no hizo más aquellas cosas y mucho menos hablar de ello con cinismo. Las discusiones y sentimientos encontrados de Chuuya eran un constante recordatorio de que debía alejarse del demonio que ahora dormía en su cama.
—Tengo que irme —susurró Chuuya tocando las hebras castañas de quién dormía pacíficamente a su lado —Tal vez hacerlo lentamente, resulte y será más fácil para ambos.
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Por la mañana la luz que entraba por la ventana despertó a Dazai, se removió un poco queriendo sentir el calor de Chuuya, pero no sintió nada del otro extremo. Eso le hizo voltear de inmediato para encontrarse una nota solitaria en la almohada de Chuuya.
Dazai
Esto ya no puede continuar así, me iré por una semana y regresaré, no me busques. Sigue vivo para cuándo vuelva.
Chuuya
En cuanto terminó la nota apretó con furia la misma y de inmediato se dirigió a la salida, no sin antes tirar el licor más apreciado del pelirrojo.—Ojalá no se te ocurra escapar de nuevo— y antes de cerrar la puerta tiró el cigarro preparado en sus manos, cerrado el departamento.
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—¿hola? —se escuchó al otro lado de la línea.
— Ojalá y te diviertas mucho Chuuya — sonrió malévolo ante sus palabras sin darle tiempo de más al pelirrojo.
Dazai sabía exactamente a dónde se dirigía Chuuya, pero no iría por él. Esperar inteligentemente sería mucho más placentero, todavía no podría huir de la mafia y mucho menos de él.
—pagaras tu desobediencia, maldito perro— susurró el castaño con la nota aún en la mano.
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Me iré
Short Storyme iré... Te juro que me iré... Y espero que con eso, te des cuenta de lo mucho que te amaba...