No puedes huir

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¡Aviso!

Parte con contenido sensible, se recomienda discreción.

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Dazai había podido dejar inmóvil a Chuuya, solo era cuestión de que regresará en si para seguir con su sádico plan.

Lo había vendado y amarrado de pies y manos, dejándole el collar con la cadena sujetada del techo del contenedor.

Chuuya poco a poco recuperó la conciencia. Confundido y sin poder ver nada, sintió tensos sus músculos un nerviosismo lo recorrió, sintiendo miedo, comenzó a hiperventilarse.

—¡Dazai! ¡Dazai! —gritó asustado y empezó a sudar frío —¡Dazai sueltame! ¡Porfavor! ¡No me hagas nada! — imploró Chuuya, por algo las víctimas de Dazai preferían morir antes de estar en su presencia.

—¿Ahora eres un buen perro, Chuuya? — habló Dazai jalando fuerte de la cadena del collar haciendo que Chuuya terminara incado.

—Estoy asustado Dazai —Chuuya empezó a gimotear y el paño de su vendaje a humedecerse. —perdón por irme... —su voz era temblorosa

—¿Tienes miedo de lo que te haga yo y no de los tipos con los que te metiste? —nuevamete Dazai tiró de la cuerda haciendo ahogar al pelirrojo.

—¡No me metí con nadie!, ¡Lo juro! ¡ahora sueltame! —El miedo era cada vez más intenso, el dolor en su pecho era más grande. ¿Que es lo que iba a hacer?

Dazai nunca le había hecho ningún daño físico. Todo esto lo descolocaba desconociendo al castaño que tenía enfrente.

—¡No mientas Chuuya! — gritó Dazai con molestía ocultando sus ojos en su flequillo —apestas a otras personas.

—No hice nada, ¡Lo juro! —a este punto Chuuya temía por su vida —¡Haré lo que tú quieras, pero sueltame! —rogó entre su llanto ahogado —Quieres que me quedé, ¡eso haré!

—¡Eres de mi propiedad no puedo dejar que nadie marque territorio que me pertenece! —Dijo Dazai con palabras tan serias y frías antes de jalar por última vez la cadena de Chuuya.

Separó la cadena del collar, dejando esté en el cuello de Chuuya que se retorcía en el suelo tratando de recuperar el aliento. Dazai lo arrastró al colchón para después despojarlo de sus ropas.

—¡Dazai! ¡Sueltame, te lo ruego! —Chuuya lloraba con más tristeza, forcejeando por su vida, no podía ver nada solo sentir la frialdad del lugar y estar a la merced del demonio en el que se había convertido Dazai.

“Nunca te haría daño Chuuya, prefiero morir antes de siquiera tocarte un pelo"

Recordó mientras era desnudado...

"Te amo mucho Chuuya, quiero que nos casemos"

Sintió como Dazai lo movía para quedar bocabajo de rodillas

"Te haré el amor cada vez que no nos hayamos visto por un largo tiempo, tanto que lo recordarás en sueños"

Sintió como sus piernas eran abiertas sin ningún tipo de delicadeza

"Nunca te haré sufrir Chuuya"

Sintió como Dazai entraba en él, con brusquedad haciendolo gritar del dolor.

"Reirás y gritaras de alegría a mi lado"

Sintió estocada tras estocada, la sangre fluir entre sus piernas, y solo poder escuchar sus gritos ahogados entre llantos.

"Quiero que mis caricias quemen tu piel"

Dazai lamía y mordía su espalda, rasguñando sus muslos y haciendo pequeñas cortadas en su pecho, dejando chupetones por todos lados.

"Sentirás todo de mi Chuuya, tanto que no pensarás en nadie más"

Sintió como Dazai llenaba su interior...

"Estaré contigo siempre, Chuuya "

Dazai no paró ahí, volteó a Chuuya para seguir con su castigo. Repitiendo las mismas acciones de manera violenta y desenfrenada.

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—Dazai... Déjame ir —imploraba llorando amargamente, sintiendo asco y desprecio por quien le hacía daño, el dolor era el peor que había experimentado.

—Sabes que esto no va a terminar bien Chuuya, no intentes escapar de mi —Susurró para después darle un brusco beso. Chuuya solo podía llorar de dolor.

Ese Dazai no lo conocía, ¿Dónde estaba el Dazai que prometió amarlo?

Después de terminar de hacerlo varias veces seguidas y sentir flaquear al más chico se detuvo tomandolo entre sus brazos.

—No te vayas nunca, Chuuya —Dazai tomó con delicadeza el rostro de Chuuya lamiendo la sangre que brotaba de su labio —te necesito... — sonrió dulcemente para Chuuya que después cayó inconsciente.

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Me iré Donde viven las historias. Descúbrelo ahora