Huyendo de la gravedad

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Rimbaud desactivó su habilidad en cuanto vió las marcas carmesí en el cuerpo de Chuuya. Manteniendose alejado del campo de batalla; pronunciaria el cántico de desactivación del arahabaki una vez que el castaño cayese muerto.

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Dazai esquivó el golpe, sin tiempo de procesar lo que estaba pasando, las cosas iban demasiado rápido. Chuuya parecía ser otro, Ni siquiera pareciera ser Chuuya; que, de un lado a otro brincaba lanzando gravitones.

—¡Chuuya reacciona! —rodó por el suelo esquivando y saltando evadiendo los movimientos del pelirojo; buscando a su vez un ángulo ciego por el cual acercarsele y desactivar lo que sea que se apoderando de él —¡¡Soy yo, Chuuya!!

Los gravitones eran cada vez más rápidos y grandes, de su rostro poco a poco caían gotas de sangre.

—Chuuya-kun recuerda tu dolor, aquello por lo cual huiste... —gritaba con fuerza y resentimiento el mayor —¡Ya no te quería! ¡ya no le importabas! ¡no te dejes engañar ahora!

Y el corazón de Chuuya aceleraba sus impulsos, eran fuertes como profundos, sus recuerdos amargos le venían a su mente.

"Necesito estar solo"

"No necesito de ti"

"Estoy mejor sin ti"

"Lo siento Chuuya, te quiero pero no puedo amarte, ya no puedo "

Recordaba aquellas peleas, aquellas discusiones tan fuertes que le hacían perder todo juicio... lo hacían sentir el asme reír de Dazai, lo rompían, lo destruían, lo quebraban hasta él punto de querer terminar todo de un solo tiro de su pistola.

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"¡Entiendelo ya no te amo!"
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—¡Chuuya, de verdad quiero estar contigo! —gritó Dazai lanzándose en su dirección tratando de tocarlo. —¡Te necesito!

Voló por los aires de una patada, en definitiva Chuuya era el más habilidoso en combate y Dazai nunca se había planteado pelear en su contra.

—¿Realmente te necesita?...o solo quiere tú compañía y tu cariño incondicional, tu lealtad... Tu devoción, tu sufrimiento, tus sentimientos... —planteó Rimbaud —o ¿es porque ahora ya está solo?

Era obvio que aquella destruida relación no iba para ser mejor, todo era un engaño nuevamente.
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—¡Estoy dispuesto  a hacer lo que quieras con tal de que te quedes aquí!—exclamó Dazai agotado, parecía que Chuuya nunca dejaría de atacar —o... Podemos huir, en todo caso estaré contigo...

—necesito inmovilizarlo—pensó Dazai

El cuerpo de Chuuya se movía más lento, se agotaba. En poco tiempo tiempo el arahabaki lo consumiría, lo que aprovechó el castaño para seguir acercándose.

El pelirojo dio un gran saltó en dirección a el castaño sintiendo dar en el blanco, sin embargo no se esperó que Dazai intentará dispararle en la pierna haciendolo caer estrepitosamente para evitar el disparo.

Rimbaud se apresuró a envolverlo en su habilidad, pero era demasiado tarde, Dazai había desactivado el Arahabaki.

—Trae un helicóptero... Llama a tu compañero —exclamó con voz temible y profunda, en sus ojos se hacía la oscuridad  y su arma apuntó a la cabeza de Chuuya rodeandole por el cuello con su otra mano.

Chuuya estaba demasiado débil como para hacer algo, solo podía sentir el cansancio de su cuerpo y lágrimas de desesperación caer por su rostro, Dazai una vez más había ganado.

Rimbaud chistó la lengua y llamó a Verlaine, que había sobrevivido a la explosión gracias a su habilidad.

El avión llegaría en segundos, era el plan B, un avión del ejército.

—Estaremos juntos Chuuya— Dazai con la mano que tenía en el cuello de Chuuya lo tomó del mentón dandole un beso en la mejilla —huiremos como querías...

Y el helicóptero llegó al destruido edificio. Dazai le pidió a Rimbaud subir primero; después él subiría junto con Chuuya como su rehén. Los cuatro se marcharon del lugar.

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En todo momento Rimbaud mantuvo activada su habilidad, así Dazai no podría dispararles y tampoco podría dispararle a Chuuya dentro de su hiperespacio; se mantuvo en silencio, no podían dejar que lo sabiese Dazai. liberarse de él sin tener que desactivar su habilidad para proteger a Chuuya no sería tan fácil.

—Dazai... Esto a ido muy lejos... —chuuya no recuperaba del todo sus fuerzas, apoyándose en el pecho de su compañero, humedecía su camisa con sus lágrimas.

—No te preocupes Chibi, comenzaremos de nuevo... Haré lo que quieras con tal de que no me dejes... ¿Eso te parece bien? —Dazai no dejaba de apuntar con el arma al pelirrojo.

Rimbaud estaba inmóvil solo observando esperando cualquier momento para expulsar al demonio del helicóptero. Verlaine solo podía pilotear dejando todo en manos de su pareja y el pelirojo, estaba decidido a no abandonarlo... Al final de cuentas provenían del mismo lugar.


Pasaron unos minutos y Chuuya volvió a exclamar con más fuerza.

—¡Por favor detente! —forcejeó débilmente. No tenía sentido todo lo que había pasado, si Dazai le apuntaba con un arma... ¿Realmente debería creerle que era para estar juntos de buena manera?

—¡¿Que te pasa estupida babosa?! Te dije que haría lo que quisieras, ¡ya estamos huyendo de ese puto lugar también! ¿Que más quieres? —Dazai explotó, estaba harto de la actitud tan desesperante del pelirojo, estaba haciendo un gran esfuerzo al no dispararle en la garganta —eso debería ser suficiente para que me creas

En una patada rápida hacia su rostro lo hizo caer de espaldas, el arma resbaló y cayó al lado contrario, en cuanto Dazai intentó levantarse cayó nuevamente por el golpe en su ojo  vendando.

—¡¿Que demonios haces Maldito monstruo?! —Dazai colérico, gritó con tal coraje con el cual nunca le había hablado, se veía tan confundido y estresado por sus reacciones que estaba considerando matarlo ahí mismo.

Los ojos de Chuuya se abrieron sorprendido, Dazai nunca le había dicho "Monstruo"

—El jefe nunca me dijo tu secreto, creo que él todavía no sabía cómo activarlo... —se limpio la sangre de la boca con una sonrisa —tal vez por eso me pidió quedarme a tu lado. Es tan patético que no puedas siquiera desactivarla por tu cuenta y aún así quieras deshacerte de m....

Un golpe más llegó a su rostro, está vez con mayor coraje y decepción. Dazai se quedó en silencio con el rostro cubierto por sus mechones, sus vendas se aflojaron.

Rimbaud solo podía observar, intervenir podría arruinarlo todo...

No hubo más palabras, solo gotas cayendo al suelo provenientes del rostro de Dazai.

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Continuará...
(La recta final).

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