Estancia

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—Chibi, te traje un poco de sopa de miso, unos analgésicos y agua —dijo Dazai al entrar.

No escuchó ni una palabra del pelirrojo, su expresión era obvia. Tenía rabia, dolor y un inmenso odio. Tomó la sopa y las pastillas para así volver a descansar. El dolor era un poco menos, pero su cuerpo estába colapsado no tenía las fuerzas para salir del lugar; no tenía ni para que pensarlo Dazai cerraba con un candado cada vez que salía y había vigilancia a los alrededores.

—Le dije a Morí-san que te necesitaba en una misión importante y que no podrías reportarte algunos días. Lo mismo con Anē-san. —Chuuya se vió sorprendido ni su hermana mayor podría ayudarlo

—Por la noche iremos a un hospital lejos de aquí, será un viaje largo. Akutawaga se encargará de tus tareas, es un novato por ahora, pero obedecerá como un perro —se sentó a su lado tratando de tocar a Chuuya, este solo ladeó la cabeza sintiendo asco del toque de los dedos de Dazai por sus mejillas.

Trataba de que su expresión no lo delatara, aguardaria y soportaría un poco más si era necesario para salir. Solo tenía que seguirle la corriente a Dazai.

—lo mejor de todo es que no tienes celular ni modo de contacto con nadie. Eres como mi pequeño secreto—susurró entre una sonrisa muy cerca de sus labios pudiendo sentir su aliento.

Chuuya se arrebató del agarre, no lo soportaba, tenía ganas de asesinarlo pero ni sus poderes podía usar en contra de aquel demonio.

—¿acaso no quieres que te ame como antes? —Dazai le dió la espalda —apuesto a qué te gustaría, eso te haría feliz ¿no es así? —sonrió —que yo te vuelva a pertenecer

—Dejame en paz —chuuya también le dió la espalda y trató de aguantarse su rabia, su tristeza. Sabía que Dazai solo estaba molestando con algo que perfectamente sabía que dolía. —ya no quiero... —dijo en un susurro.

El silencio reinó nuevamente en ese miserable lugar, ninguno dijo nada más. Dazai leía mientras esperaba que fuera media noche para partir hacía si destino.

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Chuuya se había quedado dormido nuevamente y al despertar estaba en una camioneta de aquellas que se utilizaban de refuerzo. El castaño estaba a su lado viendo por la ventana.

—despertaste... —volteó en su dirección

—¿en dónde estamos? —se levantó, ya que estaba recargando en las piernas del castaño, miró por las ventanas pero no conocía el lugar. Era una autopista fuera de la ciudad.

—No es algo que debas saber, chibi —respondió Dazai sin mucha atención. El pelirrojo solo chasqueó la lengua con molestía, era obvio que Dazai no diría nada, trataría de recordar el camino; sin embargo después de la salida de la autopista el camino se volvió más oscuro y confuso.

Llegaron a lo que parecía un edificio abandonado, la fachada lo hacía ver descuidado y pareciera no haber nadie todo estaba en penumbras.

Ambos bajaron del coche, con ayuda de Dazai, Chuuya caminó hasta la entrada, fue ahí cuando la luz lo deslumbró, por dentro era un hospital funcional con un pequeño personal.

Dazai habló con la recepcionista y los dirigió a una habitación de hospital, bastante bien equipada incluida una cama extra y un sofá para visitas.

—Llamaré al Doctor enseguida —exclamó la señorita antes de salir.

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Dazai tomó de la mano a Chuuya acción qué lo sorprendió, este lo llevo a la camilla.

—desnudate...—Chuuya tembló abriendo los ojos con sorpresa ante la seriedad y la pausa —...tienes que ponerte está bata, el doctor te examinará.

Terminó por decir el castaño, solo quería gastarle una broma cruel —No te haré nada, aquella vez fue tu castigo. Y has terminado con eso —con seriedad se pasó al otro extremo de la habitación, prendió un cigarrillo mirando hacia la ventana. —No es que me interese repetir algo así contigo por algún otro motivo. —expresó sin interes

Chuuya se quedó de pié con la bata en las manos, viendo sus muñecas aún con marcas de las vendas que lo sujetaron aquel día. Sin embargo; de alguna manera el rechazo de Dazai le dolía, como podía decir aquello con fastidio y asco.

El pelirrojo no dijo nada más y se fue a cambiar antes de que llegara el doctor. regresó a la habitación y aquel hombre de aquella vez hablaba con Dazai.

Viéndose interrumpidos el doctor le pidió a Chuuya recostarse en la cama y abrir las piernas para su examinación.

—¿Dazai-sama, se quedara en el chequeo? — preguntó algo apenado el doctor.

—¡Quiero que se largué!... —gritó Chuuya antes de que el castaño pudiera contestar, este solo apagó su cigarrillo y se dirigió a dónde ellos.

—Continúe... —expresó Dazai con una tenúe sonrisa, sin embargo su tono era serio.

—de... de acuerdo... —obedeciendo de manera temerosa y avergonzada.

—¡Hijo de puta! —Gritó Chuuya, arrojando una almohada —¡Lárgate enfermo de mierda!

Dazai esquivó la almohada con facilidad, colocó una silla enfrente como si de un espectáculo se tratara, tomo una pose observadora con ambas manos en su mentón y brazos sobre sus piernas.

Apesar de los insultos del avergonzado pelirrojo, Dazai no dijo una palabra más, el doctor hacia su trabajo y el castaño solo observaba... De momentos con una sonrisa cada vez más grande y las veces en las que cruzaba miradas con Chuuya, era una cara de asco.

El doctor torpemente trataba de hacer su trabajo, el ambiente era pesado y asfixiante.

—necesitamos exámenes de sangre, iré por la enfermera —explicó el estresado doctor y salió a toda prisa

Segundos después de una detallada examinación de pies a cabeza de Chuuya, se levantó de su lugar dirigiéndose a la puerta—me repugnas... —la cara de asco de Dazai quedaría marcada en la mente de Chuuya para siempre y sin más éste salió de la habitación.

¿Quién era ese Dazai que se encontraba con Chuuya en ese momento? ¿En verdad era necesario ser tan cruel con él?

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Dazai no volvió a la habitación en los exámenes siguientes, incluso llegado el día siguiente este no volvió. Chuuya pensaba y pensaba como podría escapar de ahí. Con sus poderes podría ser fácil, si. Pero no sabía dónde estaba Dazai y que tanto había planeado aquella "estancia" lo que tenía que utilizar sus habilidades deductivas. Además de averiguar dónde se encontraba y que tan lejos de encontraba como para pedir ayuda. Estaba en territorio desconocido y dominado por el demonio más inteligente que conocía.

Me iré Donde viven las historias. Descúbrelo ahora