Capitulo 21. Sumisa por un día

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Capitulo 21. Sumisa por un día.
Blue
Yacía yo en el despacho de Dominic. Esta mansión tiene tantos cuartos que nunca imaginé que habría un despacho extra, digo extra porque el único que llegue a visualizar fue el de Lukyan.

—Estas en problemas, chiquilla—exclamó Dominic sentado en su escritorio, con su traje negro imponente y las mangas de su camisa arremangadas, haciendo que, por consiguiente, se le notase cuán marcados y bien definidos tiene sus brazos.

—Yo no lo besé—Objeté con total certeza y seguridad. Y es la verdad. ¡No lo hice, joder!—. Estás absolutamente errado de la cabeza si eso piensas.

—Cuidado con cómo me hablas, Blue—Recrimina serio—. Yo no soy igual de llevadero como Lukyan. Yo mato sin pensarla dos veces—dice mientras se acerca a mi—. Es más... podría matar a mi propio hermano. Yo, Blue, no tengo debilidades. Mucho menos lo serías tú, una total desconocida—sonríe de lado al decir lo último.

No sabía que hacer, ¿será hoy mi fin?

—¿Que quieres?—gruñí.
—Se mía— imposible. Pensé.
—En tus mejores sueños—respondí.
—A las buenas no se pudo—dice mientras me ata las manos en la silla en la que estoy. Pese a que me movía desesperadamente para zafarme de sus brazos, fuertes y musculosos, me ganaba y al tiempo  esos ojos verdes me penetraban—. A las malas entonces.

—Suéltame, animal—refunfuñe. Sin embargo, no valió de nada. Solo vi como se iba hacia su escritorio, saco una caja, parecía una pistola pero no de acribillar. También sacó varios recipientes pequeños y redondos con colores dentro, algodones, y ¿alcohol?

—Si para ser mía tengo que marcarte. Lo hago, mi pequeña torbellino. No me interesa ganarme tu sumisión. La que es mía, es mía y punto—sonríe nuevamente y toma un pedazo de cinta.

—No, por favor—le supliqué. Que mala manera de tener mi primer tatuaje, ya que, supongo, es ese su propósito.

—Te ayudaré a callarte—expresa mientras con sus dientes corta una parte de la cinta y la pone en mi boca. A sabiendas de todo esto, ¿donde cojones esta Lukyan? es decir, le odio en estos momentos, pero preferiría estar con el que con este sadico psicopata.

Era imposible moverme o balbucear. Lo vi moverse nuevamente en la habitación y reproducir en una pantalla grandísima de televisión, una canción. Era bastante creepy la situación, torturando a alguien y obligándola a hacer algo que no quiere, ¿quien pondría Hold the line de TOTO? Es una perfecta canción para película de Adam Sandler pero sin duda alguna en esta drama no pega para nada.

Se acercó a mi y me miro con sus ojos verdes y penetrantes. Era bastante guapo, pero lo loco era mucho mayor.

—No te voy a lastimar, Blue—dice serio mientras la habitación retumbaba de esa canción—te lo prometo—expresa mientras empieza a desinfectar la zona. Me preguntaba donde lo iba a hacer. No quería moverme ya que me daba temor que me rayara más de la cuenta. Finalmente pude ver que lo estaba haciendo en la parte de mi clavícula. Aun no empezaba a tatuar pero sabía que iba a doler como mil demonios.

Se agachó para tener mejor acceso a mi pecho. No sabía lo que hacía. Tomaba su pistola y lo juntaba con una tinta negra. Fue cuando empezó el dolor. Poco a poco sentí unos trazos, más bien lineales, al menos se que no es un dibujo. Fue rápido, yo me quejaba de vez en cuando y terminó antes de lo esperado.

—Perfecta—exclama contento. Aun así, luego quitó su esbozo de sonrisa y me retiró suavemente la cinta.

—¿Que putas me hiciste, Dominic?

—No sabes como me pone que me digas por mi nombre—confiesa mientras me admira de mas lejos.

—Te hice una pregunta—cuestioné nuevamente con enojo notorio.

Propiedad de Lukyan ( PDL libro 1. Deseo enfermizo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora