Capitulo 17. Un triángulo

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Capítulo 17

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Capítulo 17. Un triángulo.
Lukyan.
Ella era perfecta. Solo podía admirarla y pensar ¡joder pero que culo y que pechos! Simplemente me volvía loco.

     Chupe sus pechos y me adentré a la regadera. Me importaba poco y nada lo que pasara con mi traje de diseñador, a la mierda todo. Eso si... su música no ayudaba mucho. Era cien por ciento música de niña nacida en los dos mil.

     Roce sus brazos con mis labios, su cuello, todo de ella me encantaba. Empecé a ser mas seductor y a bajar dos dedos por su abdomen hasta llegar a la abertura de su zona íntima. La empecé a tocar haciéndola debilitar lentamente y escuchaba sus alaridos, deliciosos, como desde que empecé a hacerle el amor la primera vez.

—¿Que quieres que haga, eh?—. Le pregunté al oído con mi voz ronca y excitada. Quería hacerla jadear. Rogar. Últimamente anda en confianzas con Dante y eso me mata la cabeza. Es mi vieja. Mi mujer. Mi princesa.

—Por favor, Lukyan—. Jadea

—¿Por favor?—. Sonrio —¿Que quieres?, ¿quieres que te los meta hasta el fondo, eh?, ¿eso quieres?—. La beso ferozmente mientras ella me responde un bajo pero sexy «sí».

     Comienzo a meterle mis dedos poco a poco. Ella se tambaleaba pues le temblaban las piernas, así que la alce y con un brazo agarre su cinturita y con el otro le dedeaba su zona, tan deliciosa y mojada. La lleve a la cama besándola y mordiendo sus labios ferozmente. Esta mujer me vuelve loco.

—Para—. Me dice Blue mientras posa su mano en mi pecho con brusquedad.

¿Ahora que coño trae? Pensé.

—¿De que vas?— me encabrono con ella a su vez que me le quito de encima y apago su música de quinceañera.

—No te equivoques, eh. No puedo follar contigo con tanta información inconclusa. ¿Quien es Gia?, ¿es tu prima?, ¿follabas con ella?, ¿y si tenían un hijo deforme?, ¿ a poco ya lo tienen?—. Preguntaba sin parar.

     Me empecé a vestir con ropa casual de casa mientras escuchaba su alboroto. No me gusta ni un poco que me pregunten de mi vida privada. Basta con una pregunta de mi pasado para arruinar mi día.

—Que manía la de ustedes las mujeres de preguntar cosas que no deben antes, durante, y después del sexo, joder—. Le digo fríamente mientras que se pone a llorar. Que bien.

—¿Y que pensabas?, ¿pensaste que podías venir, follarme, traer amantes, amiguitas, y locas, encima primas tuyas y yo actuar como si nada?— gritó.

Sonreí.

—No seas idiota, mujer—. Exhala asombrada — tu eres mi objeto. Yo puedo hacer lo que quiera contigo. ¿Que puedes hacer tu? Yo te compré. Y agradece que te trato bien y no como muchos en la subasta habrían hecho— aludí fríamente mientras me ponía mi reloj Rolex — para esta altura, con otro hombre, ya estarías muerta.

     No podía explicar su cara. Estaba en shock. No me gusta que llore y mucho menos que sea insegura. Pero soy un hombre frío y se supone que despiadado, por lo que, sin duda alguna, no puedo dejarme dominar por una mujer. Eso no es de un hombre, eso es de un niño.

—Ahí te ves—. Le dije mientras caminaba a la salida — en la vida, tú tienes que luchar por las cosas y no llorar cual niña caprichosa. ¿Quieres que sea dulce contigo, leal y abierto? Gánatelo.— reí — no actúes como niña coqueta con cualquier tipo que se te atraviesa o intentando darme celos. Yo quiero una mujer, no criar a una niña.

     Sin más, me fui de la estancia y, pese a que no se si fue lo mejor que pude decirle, es una realidad. Todo se gana. Y en peores condiciones estaría, estoy seguro.

     Bajando las escaleras me encontre con Gia. Mi primer amor, mi prima. Un tanto enfermo pero ¡vamos! En su entonces, estaba buenísima.

—¿Que hay, Luk?—. Me pregunta con cautela mientras me soba la entrepierna. No sentí nada.

     Me quedé callado observándola. Quizás muchas mujeres no lo sepan, pero un verdadero hombre no se siente atraído sexualmente con cualquiera. No se nos para con cualquiera. No nos ponemos nerviosos con cualquiera. En pocas palabras eso lo haría un crió, pero yo soy un hombre, un hombre de pies a cabeza.

     Le quite la mano de mi entrepierna con desdén y la miré —Basta ya, Gia. Te traje aquí por Dominic, tu hermano. Necesito su ayuda en cosas del puerto y transportes de... ya sabes. No te interfieras en mis asuntos, no te metas con Blue, y no vengas a esculcar en un mar de recuerdos del pasado que sinceramente yo ya he olvidado. Ya no soy el tipo que conociste roto por el abandono de su padre y muerte de su madre—. La empuje de mi camino y seguí caminando mientras que me digo para mi mismo—Ya no.

A su paso ignore a Dante, me tiene hasta los cojones.  Y a su vez, salí de casa. Espero al volver Blue haya reflexionado su actitud, pues tiene que entender su puesto y el mío. Yo no debo hacerle favores, gaste mucho dinero en ella, y no solo la miro por sexo, la quiero, la quiero de verdad.

Propiedad de Lukyan ( PDL libro 1. Deseo enfermizo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora