Propiedad de Lukyan ( PDL libro 1. Deseo enfermizo)

Capitulo 18. Dominic

Capitulo 18. Dominic.
Blue
Me había quedado dormida llorando. Cuando Lukyan se lo propone, logra ser el más hijo de puta de todos. Me siento sola, vacía, sin ganas de nada, sin ánimos, ni una sola razón para vivir, a veces quisiera rendirme, y en palabras más puntuales y duras, no estar en este mundo terrenal y pendejo.

Suspiro. Tengo que seguir. No me rendiré y saldré de este infierno.

Me levanto de la cama. Estoy aburrida y sobrepensando y no hay nada peor que esa combinación en una mujer. Solo se me ocurren idioteces sin sentido. Sin embargo, me sorprende un estruendo en la puerta y gritos sin parar. Baje rápidamente las escaleras y lo que veían mis ojos era inédito. Absolutamente todo estaba destruido y las mucamas e inclusive Dante estaba en el piso, arrodillados todos. Y un tipo estaba de espaldas. No sabía quién era puesto que su cara no estaba a la vista. Vestía todo de negro. Era altísimo, se veía guero y chaqueta de cuero como típico maleante en las películas. ¿Pero quien era?, ¿por que le temían?. Podría decir que igual o más que a Lukyan. Hablando de el, ¿a donde fue con sus vestimentas informales?

No sabía que hacer, cuando iba a devolverme sigilosamente al cuarto para buscar cualquier cosa que pudiese ayudar en la situación, dos mujeres me tomaron fuertemente de mis brazos y grité, tanto por susto como por desesperación. Las mucamas lloraban y Dante solo me pedía que me callara. No sabía que pasaba. Nuevamente ¡¿donde putas esta Lukyan?! Pensé.

Sigilosamente se dio la vuelta. Era un hombre simplemente espectacular. Pero tenía una cara de que te piras ahí mismo.

—Vaya, ¿pero quien es esta hermosura, eh, Dante?—. Le pregunto el sujeto, pese a eso, Dante le ignoró.

Un tanto enojado y riendo sarcásticamente por su ignorante acción, el hombre saca un arma de su pantalón -el cual no vi en ningún momento que traía- y apuntó a una de las mucamas. Eran tres señoras de la limpieza y la última era Nora. Le disparó a la primera en la cabeza.

Todos gritamos.

Yo no sabía que hacer, pensaba quizás que Lukyan estaba muerto, pues no volvió. Dante tenía cara absoluta de no saber un carajo y tenía miedo de morir. Ya no quiero morir. A lo mejor fue mi culpa por atraer ese pensamiento al despertar. Solo te das cuenta de lo que quieres vivir y para tu vida, cuando esta misma anda corriendo peligro.

Ríe el sujeto desconocido una vez más — Uno, dos, y tres sapitos... ¿a quien debería pegarle el siguiente tiro...?—. Cantaba cínicamente mientras daba vueltas por la sala. ¿Donde estaban los guardas?, ¿donde estaba Gia, por ejemplo?

—Ya para, Dominic—. Exclamó Dante aún en el suelo mientras me sostenían todavía esas dos mujeres. A propósito, ¿y estas quienes son? Estaba fastidiada, estresada y asustada. Solo sabía que el sujeto loco a matar cual película de los Estados Unidos es de nombre Dominic y que las mujeres que me sujetan son exactamente iguales. Supongo gemelas.

—No, no, no—. Vuelve a reír. Me hacía acordar a Negan de The Walking Dead. —A mi no me dices que hacer. Lukyan se lo buscó. El debe tratarme como un rey. El puto rey que soy. ¿Y donde esta? Me ha ignorado todo el día. Y a mi nadie me ignora—.

Esperen un momento... eso quiere decir que Lukyan no está en peligro. Ahora me pregunto, ¿donde esta exactamente?

—Basta, Dominic—. Le grita duramente Dante. No creo que le haga nada, son hermanos. Apenas me di cuenta debido a ciertas facciones y la forma en que se tratan. Además Dante estaba en el piso pero no forzosamente. Pareciese que simplemente se tiró allí. ¿Tanto miedo le tiene?

—Oh man, you are wrong again—. Se ríe exclamándole en mi idioma. En consecuente acción, le dispara a la segunda mujer que ya estaba llorando a mares. Una bala. Una persona inocente muerta. Dos en total.

—S-soy B-blue—. Susurre titiritando del miedo.

—¿Ya ven lo fácil que era responder?— decía con su arma apuntando al cielo. Todos estremecidos. Temí por Nora. Por eso hablé. —Y tú, pulgilla— me apunto en el mentón con su arma y yo sudaba. —¿quien putas eres?—. Miro a las gemelas y les hizo un gesto que se apartasen.

—Soy Blue—. El rie.

—Ya lo se, ya lo dijiste. No temas—. Me mira serio—¿que haces aquí?— se acerca bastante al punto en sentir su respiración. Olía a menta completamente. Tenía unos ojos verdes despampanantes para su pedorra personalidad.

—Soy..— iba a continuar cuando se escuchó un estruendo en la puerta y bastantes guardas -que no pude contar por el susto- entrando armados junto con Lukyan.

Dominic me da la espalda y empieza a aplaudir. —Oh vaya, mi querido hermano adoptivo, Lukyan—. Decía mientras se sentaba en las dos mucamas muerta y apuntaba a Nora. Yo grité.

—¡Lukyan! Por favor, te lo ruego, que no le haga nada a Nora—. Lukyan me miro, unos ojos sin vida mientras que sus guardas rodeaban todas las entradas y la sala.

—Bienvenido, Dom—. Me ignora Lukyan al mismo tiempo en que va hacia Dominic y le estrecha la mano sin importar que hayan matado a dos de sus empleadas, amenazado a Nora y poniéndome a llorar a mi.

—Creo que tienes una novia bastante asustadiza— se levanta de los cuerpos— deberías prepararla. Ya sabes que siempre hago estas entradas— le entrega el arma a Lukyan. Yo no lo podía creer— ya sabes lo sensible que soy si me ignoran. No me gusta. Yo mando aquí. Incluso más que tu—. Yo abrí los ojos de par en par y Lukyan simplemente ignoró su comentario. Ambos me miraron.

—No es mi novia. No es nada—. Dice bajamente Lukyan con su mandíbula tensa.

Dante se levantó y fue a saludarlos. Rieron a la par.

—¿Que les parece tan gracioso, cabrones?—. Lloraba sin parar. Tenía tanto miedo. Nora me miraba con lastima. —Casi matan a Nora, ¿que no te importa?

Luckyan se acercó a mi y por primera vez hizo algo que no pensé. Me golpeo.

Caí en el suelo, inédita. Estaba en shock. Parecía otra persona. Para colmo un terrible suceso pasó frente a mis ojos, sin previo aviso entró Gia del mismo lugar en que vino Lukyan y sus guardas y empezó a besarlo sin parar, ella con sus ojos cerrados viviendo un sueño, el con sus ojos abiertos observándome a mi mientras le correspondía, y yo tirada, golpeada, humillada, y viéndolos, pero viviendo una pesadilla.