Capítulo 13. Confusiones Parte 2.
Blue
Temor, siento mucho temor. Ya habían pasado diez horas desde que se fue Lukyan de casa, que digo casa, de este infierno en donde me retienen; así es, no debería confundirme, y ¡tampoco con el! No me debería preocupar por si llega o no, al fin y al cabo, no tenemos nada.Con ese pensamiento, me encamino a la cocina, donde Dante y Valentina tienen una conversación notablemente profunda, y al verme llegar los dos callan, mientras Nora se aproxima hacia mi dándome un helado de chocolate y chispas.
—¿Que es esta atención tan maravillosa de tu parte querida Nora?—. Pregunto con notorio tono gracioso intentando disimular mi cara de preocupación por la falta de Lukyan.
—Ay niña—. Suspira fuertemente—Te lo mereces, ¿acaso no te has visto? Traes un desánimo palpable para cualquiera, ahora ve, cómete eso mientras te ves una película en la sala de cine—. Me abraza cortamente y se acerca a mi oído.— Tranquila que yo te aviso cuando llegue ese hombre.
Ante eso último abro los ojos de par en par, ella solo sonríe y me da una mirada de esas maternales, mirada que hace estremecerse ya que me hace recordar a mamá; en respuesta, le asiento también y me encamino a la sala de cine con ayuda de los grandulones –Guardias–.
Me despierto tras un rato indefinido de tiempo, al parecer me quede dormida mientras veía viernes 13, cosas únicas que pasan. Con dificultad y mucha pereza me levanto y en una de las paredes del cine noto la hora: tres de la mañana. Me encamino hacia el balcón que da a la entrada de la mansión y no hay rastros del auto de Lukyan o de el. Con un suspiro pesado decido dejar de lado mi preocupación por el.
Bajo las escaleras y el sonido de la puerta principal hace presencia: es Lukyan, y a su lado lleva una mujer que sin duda es de esas adineradas codiciosas, mujer que encuentro revisándole la billetera a Lukyan.
Con velocidad me encamino hacia ellos, no había rastro de Dante, Valentina o Nora, solo éramos nosotros dos, ah, y la perra.
—¡Ay! Gracias a Dios que llegó una criada a atendernos—. Comenta la mujer situada a su lado, Lukyan se endurece ante el comentario y yo quedo perpleja.
Me acerco lentamente. —¿Que has dicho?— le miró desafiante ignorando la mirada de Lukyan.
—Pero— Bufa con molestia—Que es esta altanería, deberías saber cual es tu lugar, ¿por qué no vas a limpiar sirvienta principiante?— esto era el colmo. Me avecino hacia ella y la empujo, tomo su cabello que resultaron siendo extensiones y la jalo hacia fuera de la mansión, mientras que guardias, y demás integrantes de la casa salen a ver la escena.
—¡Que haces, mis extensiones son carísimas, inepta!—. Grita con rabia mientras que intentan separarnos.
Sin previo aviso me abofetea y todo queda en silencio y nadie más que Lukyan encaminándose hacia aquí, se mueve.
—¿Que le has dicho?— pregunta duramente Lukyan a la mujer.
—Dios, le dije...—Habla con notoria relajación.
—Discúlpate—.
—¿Que?—. Pregunta ella sin mirarle a los ojos, como todos a excepción de mi.
Me le quedo viendo a Lukyan pero esta vez, no me mira. Me da miedo su expresión, jamás lo vi así.
—D-disculpa—. Comenta en un tono indiferente y mira hacia un lado. —Ahora si mi magnate ruso— comenta amorosa aun sin mirar a Lukyan y le toma la mano, acto que me hace apretar los puños—terminemos lo que empezamos en el club.
Suelto una risa seca, risa que hace reaccionar a Lukyan y suelta con más fuerza de la que debía a aquella mujer, acto que la deja sin palabras y que a mi no me conmueve, ¿estoy celosa? Si, claro que lo estoy.
Los celos me ganan y actúo sin pensar, me avecino hacia Lukyan y le beso, lo dejó pasmado pero reacciona casi que al instante de darse cuenta de lo que hice, me tomo de la cintura y me subió hacia el, enrollé mis piernas en sus caderas y le jalé el pelo con fiereza porque lo necesitaba, necesitaba sus labios, lo necesitaba a él.
—¡Bájate! ¿Que haces zorra?— Me grita aquella mujer, y me bajo, no porque lo dijo, sino porque necesitaba decirle unas cuantas cosas.
Agarro la mano de Lukyan y el mi cintura, mientras miraba a esa mujer con superioridad.
—Vete, y no vuelvas a ningún lugar donde veas a Mi novio—. Remarcó el "mi" y le hago señas de que tome su camino, ella perpleja, me pide perdón temerosa y con voz temblorosa y se va.
Suelto la mano de Lukyan y me encamino hacia dentro, ignorando la mirada de Valentina, Dante, Nora y la de Lukyan también.
¿Lo hice bien? Si, fui una perra total. Sonrió para mis adentros mientras subo las escaleras de caracol para ir hacia la habitación.
Al entrar, me apoyo en la pared, tenia mi corazón a mil y me sentía acalorada, por lo que me encamino hacia el baño a ventilarme un poco, aun así, sin previo aviso, siento unas pisadas rápidas y no me dio tiempo de voltear tan siquiera, cuando siento unos brazos rodearme por detrás, era el, era su olor, era Lukyan.
—Perdóname—. Suplicaba a susurros con una dificultad increíble, como si nunca lo hubiese dicho—Disculpa, Blue.
No se por que me enterneció eso, nuevamente actué sin pensar y sabía que me arrepentiría pero le abracé y le besé, y al darme vuelta, me encontré con una mirada gacha y un rostro lleno de lágrimas.
—Hey—. le tomo el rostro y le limpio esas lágrimas de dolor—Estoy aquí, no te preocupes, te perdono.
Me beso con necesidad pero no de forma fuerte o acelerada, fue un beso lento, que se disfruta, y que te revuelve todo el estómago, en vez de mariposas es un zoológico allí adentro.
Me tomó de la cintura apegándome a él, amaba que hiciera eso, sentía su miembro duro como nunca, cosa que me hizo gemir inevitablemente. Retrocedimos hasta que dimos con la cama con uno que otro golpe dada la oscuridad acompañados de besos entre risas. Me tira a la cama y empieza a quitarme la ropa con rapidez y yo hago lo mismo con el, no sin antes tomar su corbata perfectamente puesta y atraerlo hacia mi para besarlo ferozmente. Me besa el pecho, los succiona con necesidad y me hace arquear, sentía que me faltaba el aire pero estaba llena de deseo, era nuestro mundo, nuestro momento, quemábamos juntos, nuestros cuerpos al rozarse estando desnudos nos llevaba al infierno porque con este hombre solo hay llamas, puras y candentes, apasionadas, que nos rodeaba en la intimidad.
Luego de un tiempo entretenido conmigo, tomo el manejo de la situación, me poso encima suyo y le amarro las manos con su corbata a lo que él sonríe con malicia e intenta besarme pero no lo dejo, me contoneo y le bailo al son de una canción resonando en mi mente, su respiración se hace fuerte y no aguanto más, me poso encima suyo y me adentro en el, los dos gritamos de placer, esto no era sexo, iba mucho más allá de eso, era más que placer, era una conexión única, exclusiva entre nosotros. Subía y bajaba sin parar sobre el, no nos interesaba que nos escucharan, solo éramos los dos, con nuestro deseo por el otro. Siento como se adentra un líquido en mi y al tiempo me vengo yo también, cansada me recuesto en el mientras quito el nudo en sus manos.
—Me enloqueces Blue, eres mi reina—. Dice después de un silencio tranquilo y me besa luego a lo que yo le respondo con una sonrisa y le beso también.
Aunque disfrute estar con el, tendré que irme, tengo que ganarme la libertad seduciéndolo, pero eso no me garantiza que en el proceso no sienta cosas por el.
Le mire un buen rato mientras dormía, desnudos su pecho junto al mío enrollados bajo una sábana me hace pensar solo una cosa: estoy confundida.
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Propiedad de Lukyan ( PDL libro 1. Deseo enfermizo)
RomanceBlue Duch, una chica nerd, alocada y solitaria. Lukyan Ivanović, multimillonario ruso, frió y calculador. La vida le da una mala jugada a Blue. Pasa de divertirse en una fiesta a ser comprada en una subasta. ¿Podrá brotar el amor entre dichos polos...