Capítulo 10. Bipolar.
Blue.
No sabía que sentir. Todo lo que pasaba en mi interior eran sentimientos que aunque quería no sentir, era imposible, ya pasaba, con actos como estos es posible no derretirse fácilmente, aún así, era un plan ¿no? Es una táctica, nada más.Me acerqué lentamente a Lukyan, mirándolo fijamente a los ojos, siguiendo mi instinto, lo rodeé con mi brazos y le di muchos besos alrededor de su cara, y sorprendentemente por primera vez me dio señales de una extensa sonrisa, grande, brillante, que generaba en mi el hambre más voraz de devorarle los labios.
—¿Vas a dejar a este caballero que se tomó la molestia de hacerte un desayuno y traerte rosas, con las manos extendidas?—. Pregunto el con aire fanfarron, cosa que, aunque me negaba admitirlo, me gustaba, era tan sexy.
—¿De que novela saliste?—. Le dije regalándole una sonrisa real. Tome las rosas y deje que el llevara el desayuno a la cama. —¿Y bien? ¿A donde vas tan elegante?, no me digas que te vestiste así por mi—. Reí con ganas mientras lo devoraba con la mirada, era imposible no hacerlo.
El avanza cinco pasos hacia mi, me toma de la cintura, me estrecha hacia su pecho hasta sentir su amiguito, a lo que se me sale un fuerte gemido, el lo disfruta y roza nuestros labios. Me esta tentando, no caeré; pensé.
—Delicia—. Susurra contra mis labios para seguidamente, morderlos con suavidad y con esa sensualidad que lo caracteriza.
—Me gusta que me llames así—. Mordí mis labios inconscientemente.
El enarca una ceja y vuelve a su gesto serio, da media vuelta y se despide con la mano, en un dos por tres vino a mi cabeza el plan, y que debía seguirlo con todas las ganas posibles, así que pensando positivo y con toda la moral y la actitud, le silbé como si fuese un perro, aún así, no paró su caminar.
Sople con molestia, ¡tenía que pararme de la cama! Súper genial. Con algo de pereza logre levantarme y correr por los pasillos hasta dar con el, y, cuando iba a montarse a uno de sus tantos coches lujosos, le interrumpí.
—¡Ey Idiota!—. Le llame con burla, el me miró con molestia y subió las gafas que tenía, me hizo dar cuenta que frunció sus cejas y estaba molesto.
—¿A quien le dices idiota?—. Pregunta con notorio tono gruñon.
—Bueno...— camine sensualmente llamando la atención de los guarda espaldas y chofer incluido. Lukyan gruñe tal cual perro rabioso.— A tu sexy guardaespaldas no debe ser, así que...— Tome un mechón de mi cabello y lo enrosque de apoco en mi dedo con una pose sexy, ¡ni yo sabía que estaba haciendo por pura diversión o satisfacción misma!
—Es mejor que te retractes de lo que dijiste, delicia—. Se recuesta en su coche y saca un cigarrillo.
—¿O si no... que?—. Le reto.
—No me esperes hasta mañana entonces—. Se cansa de mis juegos y me mira frió.— no estoy para jueguitos de crias tontas como tú.— sonríe de manera arrogante y esta vez yo me enojo.— Por cierto.— vuelve a llamar mi atención.— Que buen polvo, eh.
Eso último me hace sentir una estupida, entregue mi cuerpo a alguien a cambio de una libertad que se dará pero por medio de un proceso lento, y difícil. Más allá de eso, me duele que me vea como un polvo y nada más, es innegable que no sienta una minúscula cosa por el teniendo en cuenta que es el primer hombre con quien estuve, así que si, me duele, y acepto que me afecta que me diga eso.
Me acerco hacia el con la mirada más seria, a lo que el arquea una ceja; al llegar donde está, segundos sobran para que resuene en la instancia la fuerte bofetada y la clara imagen de una mujer, llorando, con toda la rabia del mundo, acabando de abofetear a su "hombre".
Silencio. Es lo que es casi palpable en este momento y nada me hace sentir más seria que la cara de arrepentimiento del hombre parado frente a mi.
Tomo su cigarrillo y le doy una calada. ¡Sabe igual de horrible que su olor! Pienso, pero igualmente, no pienso darle el gusto de verme toser, ¿esta mierda como le puede gustar?
—Provecho con tu polvo—. Tiro el cigarro—. No te espero hoy entonces—. Le guiño el ojo y me voy por donde vine.
Cuando me iba escucho un golpe, aún así no volteo, y por último, el rechinar de las llantas.
¿Que puedo pensar ahora? Que es un jodido bipolar y un hombre frió y egocéntrico de mierda. Eso es, ¿lo peor?, siento algo por el, pequeño, pero ahí está, creciendo poco a poco.
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Propiedad de Lukyan ( PDL libro 1. Deseo enfermizo)
Lãng mạnBlue Duch, una chica nerd, alocada y solitaria. Lukyan Ivanović, multimillonario ruso, frió y calculador. La vida le da una mala jugada a Blue. Pasa de divertirse en una fiesta a ser comprada en una subasta. ¿Podrá brotar el amor entre dichos polos...