Saliendo del restaurante continuaron caminando por las calles de Tlaquepaque. Max y Yuki iban por su tercer vaso de tejuino, extrañamente hablando entre ellos, mientras que Charles y Carlos mantenían a Lewis entre ellos ya que Lance y Sergio conversaban sobre la vida del canadiense.
Los pilotos de Ferrari tenían sus ojos puestos en el británico, atentos a todos sus movimientos. No confiaban para nada en él y lo que había hecho en el restaurante los puso de mal humor, si su relación con el mexicano había terminado fue porque prefirió a alguien más y se supone que lo había superado, entonces no entendían el por qué el repentino interés en Sergio de nuevo.
Checo sacó su teléfono y mandó un par de mensajes para después sonreír de manera maliciosa.
-Ey, acompáñenme- dijo el menor de todos caminando hacia una zona algo oscura y que Carlos pudo leer que decía "Cementerio".
-Cuentan las voces locales que por aquí se aparece el Charro Negro- decía con calma Sergio.
-¿El Charro Negro?- preguntó con algo de miedo Charles tomando por instinto la mano de Carlos.
-Si, un espectro que alguna vez fue hombre y sale en busca de quienes tengan deudas pendientes con el diablo.
Lance se agarró del brazo de Yuki, y aunque éste no quisiera admitirlo, tenía algo de miedo. Max intentaba mostrarse valiente ya que no tenía nadie a quien aferrarse y pensaba que el relato de Sergio solo era un cuento que utilizan para asustar a los niños que desobedecen a sus padres. Lewis tragó saliva, no sabía cómo actuar ante el repentino cambio de ambientación y estaba comenzando a aterrarse.
-Cuando el sol comienza a esconderse y las gallinas trepan los árboles para dormirse, las madres meten a sus hijos, las puertas de las casas son atrancadas y los viajeros apresuran el paso mientras rezan. Nadie quiere encontrarse con el Charro Negro- narraba Checo mientras dirigía a sus amigos por las puertas del cementerio.
Probablemente se iban a morir de miedo pero en verdad amaba hacer este tipo de bromas.
-Siempre que se aparece, porta un elegante traje de charro color negro con detalles de oro y plata. Se le puede ver montado sobre su caballo: un gran animal cuyos ojos son dos bolas de fuego que parecen hurgar en el alma de la víctima- señaló sus propios ojos.
Ahora fue Yuki quien apretó su agarre en el brazo del canadiense. Las leyendas en Japón también eran macabras en especial para cualquiera que no supiera sobre la cultura japonesa, pero no iba a negar que la leyenda de su amigo le estaba causando un terror que no había experimentado antes.
-El Charro venía de familia pobre y sus padres eran trabajadores, pero él malgastaba el poco dinero que sus padres podían llevar a la mesa y al ellos morir, se quedó sin nada. Por eso se le ocurrió la maravillosa idea de invocar al diablo para pedirle riqueza.
Lewis estaba luchando consigo mismo para no huir del lugar, sabía que las leyendas eran parte importante de la cultura de Sergio y si quería conquistarlo una vez más, debía de aguantarlas.
-Lucifer le pidió a cambio su alma y el Charro aceptó sin pensarlo- Checo pasaba sus manos por encima de las lápidas- De repente, se dio cuenta de que estaba cansado de gastar sus riquezas en mujeres, apuestas, vino y costosos trajes. A la par, la sensación de soledad le oprimía el pecho y apenas lo dejaba respirar. Nadie lo quería por lo que era sino por las riquezas que poseía.
Lance estuvo a punto de llorar.
Carlos se estaba mordiendo las uñas.
Max mordía con fuerza el popote de su tejuino.
A Charles le temblaban las piernas.
-Cuando el momento de pagar su trato llegó, el Charro se escondió- Sergio se detuvo cuando escuchó un crujido detrás de ellos y sus amigos voltearon muertos del miedo.
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Lie like you love me
Fiksi PenggemarMax estaba seguro de que tenía a Sergio comiendo de la palma de su mano. Pero, ¿qué pasaría cuando aparezca frente a él un Checo de 22 años?