donde esta ? -tom kaulitz-+18

49-2

Han pasado dos semanas desde que volvimos a Los Ángeles, y cada día me siento más atrapada en una tristeza abrumadora. Es como si mi corazón estuviera hecho pedazos y no supiera cómo juntarlo de nuevo.

Me despierto por las mañanas con un nudo en el estómago y las lágrimas amenazando con salir. La soledad se ha convertido en mi compañera constante, y parece que no importa cuánta gente haya a mi alrededor, me siento totalmente sola.

Nada parece tener sentido. Las cosas que solían traerme alegría, como salir con amigos o realizar actividades que antes disfrutaba, ahora me parecen vacías y sin sentido. Incluso las risas se desvanecen rápidamente, dejándome con un hueco profundo en el pecho

Intento mantener una fachada de normalidad frente a los demás, pero por dentro estoy destrozada. Me siento como si estuviera atrapada en una habitación oscura, sin poder encontrar la puerta de salida. Cada día es una lucha para encontrar una chispa de esperanza, pero parece que la tristeza siempre gana

No quiero decirles nada a Tom ni a Bill sobre lo que estoy pasando. Están tan emocionados con las gemelas y Apolo, y en ocasiones siento que soy como un cero a la izquierda en comparación. No quiero arruinar su felicidad con mis problemas y preocupaciones.

Cada vez que intento abrirme y contarles lo que estoy sintiendo, una voz en mi cabeza me detiene. ¿Por qué arruinar su alegría? Ellos tienen tantas cosas maravillosas en sus vidas en este momento, y siento que mis propios sentimientos de tristeza y desesperanza no tienen cabida en su mundo.

Observo cómo Tom sonríe mientras juega con las gemelas, cómo se emociona con cada paso que dan y cada risa que escucha

Siento como si no existiera, como si fuera solo otro objeto más en esta casa. A veces me pregunto si mi presencia realmente importa

Observo cómo todos van y vienen, ocupados con sus propias vidas y responsabilidades, mientras yo me desvanecido en el fondo. Mis pensamientos y emociones se quedan atrapados en el silencio, sin encontrar una salida, sin ser escuchados.

Me siento invisible, como si mi existencia no tuviera impacto en el mundo que me rodea. Mis palabras se desvanecen en el aire, mis lágrimas caen sin ser notadas. Cada vez que intento expresar lo que siento, mis palabras son silenciadas por el ruido de la indiferencia.

Es como si mi identidad se hubiera diluido en la rutina diaria. Soy solo una sombra, una figura borrosa en el paisaje de las vidas de los demás

Me encontraba en la habitación cuando Tom entra emocionado

— ¡Hey, cariño! ¿Adivina qué? ¡Vamos al zoológico hoy!

—¿Por qué no me avisaste antes?

—Ay, tranquila, no te avisé porque siempre dices que no quieres ir. Pensé que preferirías quedarte en casa.

— Bueno, no significa que nunca quiera ir. Pero está bien, ve tú con todos, no importa.

—Vamos, no te pongas así. Si quieres venir, aún estamos a tiempo.

—No, ya olvídalo. Ve con Apolo, las gemelas y Bill. Yo me quedo aquí, no hay problema, cuida bien a mis bebés.

Tom sonríe besa mis labios y se va.

Salgo de la habitación con los ojos aún húmedos por las lágrimas. Camino hasta mi closet y busco entre la ropa algo que me haga sentir diferente. Encuentro un vestido rojo, corto y ajustado de látex. Lo tomo sin pensarlo dos veces y me lo pongo.
Necesito liberarme, olvidar por un momento todo lo que me ha estado pesando. Tomo las llaves de mi auto y salgo decidida a cambiar mi estado de ánimo.

Manejo por las calles de la ciudad, perdida en mis pensamientos. La música a todo volumen, el viento acariciando mi rostro, me hacen sentir viva. Finalmente, llego a un antro que solía visitar en mis días de libertad