O5: ¡Feliz cumpleaños!

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— Pa' ¿Puedo invitar a Edson a la casa por mi cumpleaños?

Habían pasado seis años desde que el matrimonio termino sin decirle absolutamente nada a su hijo, iban bien, Lionel y Guillermo eran una gran pareja que pasaban la mayor parte del tiempo juntos gracias a trabajar juntos, Javier y Cristiano se veían mucho más seguido gracias a qué Criss Jr y Diego siempre estaban juntos, se trataban como hermanos, hoy era el cumpleaños número 13 de Diego, no tenía muchos amigos, de hecho ninguno más que Edson Álvarez y quería invitarlo a la casa, se haría un pequeño festejo con varios de sus tíos.

— Claro que sí Dieguito, de paso dile a tu papá de que sabor quieres el pastel, pasará por el de regreso al trabajo junto con el tío Leo.

También a Lionel lo pintaron como un tío para Diego, este sabía que no era de sangre pero quería mucho al argentino, llamo a su padre para pedirle un pastel de vainilla con relleno de fresa, este dijo que lo llevaría y ya no tardaba mucho en salir del trabajo, llamo a Edson y le dio risa que ni siquiera espero que le dijera que si porque ya iba para allá.

Ya estaba todo decorado gracias a Cristiano, Andrés y Giovani, mientras tanto Javier pedía pizza y Criss Jr jugaba con su primo de cariño apesar de que no fueran de sangre.

Escucho la puerta y fue casi corriendo a abrir encontrandose con su mejor amigo, lo abrazo bastante feliz y este le deseo un feliz cumpleaños dándole una bolsa de regaló que contenía una playera de su equipo favorito, el Barça.

Era divertido cuando se juntaba con su tío Lío para ver los partidos del equipo y como su papá Javier se quejaba por qué era madridista.

Mientras tanto Lionel y Guillermo no estaban en el mejor momento.

— Cariño sos... Increíble... –susurro Lionel.

Guillermo casi llora de frustración al ver el pastel recién comprado en el suelo, ya venía estresado del trabajo y digamos que la paciencia no era su fuerte

— Estoy pero si bien pendejo, pendejo, pendejo.

— Calma cielo –pidio el argentino dándole un beso en la mejilla a su novio– ve al auto a calmarte y ahorita lo resolvemos.

Eso hizo, era bueno tomar aire un momento y despues afrontar tus cagadas, Lionel no le acompaño, fue a la pastelería por otro más grande y el se encargo de llevarlo al auto sin sufrir un accidente como su novio.

— Si vos no manejas bien te juro que te parto a piñas Francisco Guillermo Ochoa Magaña, Messi.

— ¿Messi?

— Si, suena bonito al lado de tu nombre completo.

— Eres una ternura Lionel –rió Guillermo y empezó a manejar con cuidado directo a su casa.

Al llegar Lionel metió el pastel conociendo bien a la persona que tenía como novio, volvió al auto por el regalo de Diego y cuando lo vio jugando videojuegos con su amigo y Criss JR se acercó, ni siquiera tuvo que hablarle, cuando Diego noto a Lionel dejo su consola y fue casi corriendo a abrazar al argentino que acepto gustoso.

— Ten Dieguito, feliz cumpleaños número... uno y tres –hablo Lionel mirando a Javi que ya tenía intenciones de alburearlo.

— ¡Gracias tío!

— No es nada, luego lo ves, seguí jugando pequeño.

No tuvo que decírselo dos veces, cuando menos lo esperaba ya estaba de vuelta con el videojuego diciendo que les ganaría en la partida del juego.

Lionel tenía una pequeña mochila con ropa ya que estaba vestido de traje por política de la empresa, se cambió rápido en el baño y se puso un pantalón deportivo junto una playera una talla más grande que el, le pidió a Guillermo que guardara su traje para que no se arrugara y este lo hizo cambiándose casi igual que su novio.

La convivencia fue divertida entre los adultos, Lionel veía videos de niños pequeños en tik tok y sonreía cada que pasaba un vídeo, siempre quiso tener una familia pero con ahora treinta y dos años y un novio que tenía una situación difícil se quitó la idea de tener hijos propios por más que deseara ver un mini el con los rizos de Guillermo, que fuera igual de adorable que Diego pero cuando volvía a su realidad por más que lo odiara el hijo de su novio siempre lo vería como un tío, aveces se deprimía al pensar que nunca podría casarse con Guillermo pero estaba bien con que solo fueran novios por ya casi seis años.

A la hora de partir el pastel Javier ya estaba listo para la hora de la mordida empujar a su hijo, Guillermo pensaba en detener su emoción por qué apenas iba a pedir Diego el deseo.

¿Cuál fue? Realmente se sentía bien, no podía pedir nada más entonces solo deseó que su familia siguiera tan feliz como siempre, cuando fue la mordida claro que casi se ahoga con el tremendo empujón que le dio su propio padre, Ronaldo le ayudo a limpiarse mientras se repartía el pastel por Guillermo.

Cuando llegó la noche y la mayoría ya se había ido Edson seguía ahí, estaba apunto de irse pero era algo que no permitiría Guillermo, no quería que el niño se fuera a altas horas de la noche solo por las calles que eran peligrosas.

— Edson te llevo, me queda de paso para dejar a Lionel –repitió Guillermo pero Edson no quería ser una molestia– que la chingada, te subes a ese auto porque si no lo hago yo.

— ¡A la orden señor Ochoa! –tembló Edson obedeciendo.

— ¡Papá! Luego no va a querer venir –se burló Diego mirando a su amigo ya en los asientos de atrás del coche de su padre– no tardes, con cuidado, ¡Gracias por venir tío Leo!

Con eso se despidió y Guillermo se apresuró para dejar a Edson y Lionel en su casa.

Diego durmió realmente tranquilo con una sonrisa en el rostro feliz de lo sana y unida que era su familia.

Aunque hubo alguien que no estuvo al 100% feliz ese día.  

𝘗𝘢𝘥𝘳𝘦𝘴 𝘚𝘦𝘱𝘢𝘳𝘢𝘥𝘰𝘴 | Diego Laínez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora