22: Adicción

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Ni siquiera sabía cómo o por qué pero el tomar se hizo algo que podía hacer solo, al igual que el vapear, le gustaba demasiado más sin embargo ahora era el doble de cuidadoso, días antes de la boda de su padre Javier con hermanas de cinco meses ya vio su estabilidad caer.

Por fin se les hizo hablar con Javier del tema del vape, realmente lo hizo Guillermo y fue más por obligación que por otra cosa ya que el planeaba decirle después de su luna de miel pero Javier Don chismoso vio una conversación de WhatsApp con Diego y su ex marido lo que lo llevo a una crisis.

Diego esperaba en la sala junto con Leah que había venido porque no se quería despegar de el.

Javier salió furioso de la habitación.

— Ven para acá Javier, solo vas a alterar a los niños.

— ¡Eso son, niños! Y me dices que mi hijo tenía un puto vape, estaba confiando en ti para su cuidado y –miro a Diego con la hija de Guillermo, Criss Jr ya estaba abajo por el escándalo– volvamos al puto cuarto.

— Papá ¿Paso algo? –preguntó Criss.

Era como una visita, dos días antes de la boda volvería a quedarse con el papá de Ronaldo, Javier negó y le dio un beso en la mejilla.

— Sigue jugando cielo, solo tengo algo que arreglar.

Este asintió y volvió a subir, lo prefería así que sentir el rechazo de Diego que apesar de intentar convivir con el menor se le hacía difícil.

Volvieron a entrar al cuarto, al principio la visita era para que Guillermo buscará el traje de padrino, salió mal.

— ¿Cuando pensabas decirme? ¿Cuando mi hijo estuviera en el hospital?

— No podía decirte, estás como loco con el tema de tu boda y yo iba a decirte cuando volvieras de tu luna de miel, por favor no te enojes, no fue mi intención ocultarlo pero Diego está bien, no volverá a pasar, lo prometo.

La custodia fue todo un tema, Javier quería tener a Diego a su lado pero fue difícil cuando el menor exigió quedarse en su misma casa, se le hacía injusto quedarse en ella cuando Guillermo dio la mayor parte por esa casa.

— Eres la persona en la que más confío Guillermo, si algo así vuelve a suceder dime, vale verga si estoy al borde de la muerte, dime por favor –su amigo asintió– ahora prueba el traje, no me quiero estresar estos días, todo va a ir bien.

Era como un pequeño trauma, quería una boda donde fuera realmente feliz y todo saliera perfecto, no como la de hace años donde pidió a Dios horas antes de la boda que no le hicieran casarse porque ninguno de los dos se amaban y era algo que sabían, apesar de no tener a sus padres presentes en su boda esperaba que algún día lo perdonarán por no cumplir sus expectativas y entendieran que Guillermo y el vieron primero su felicidad.

— Está bien –contesto Guillermo.

"Tengo que dejar de hacerlo Kevin,
si sigo meteré a mi padre en problemas"

Con Kevin no habían cambiado muchas cosas, solo el hecho de que iba más seguido a su casa solo para pasar el tiempo aparte de no separarse de el en clases, ya no se sentía solo en ellas ya que Kevin comenzó a integrarlo y apesar de todo aquello ya no estaba tan emocionado por ellos, no lo habia pensado del todo pero tal vez su flechazo por el se había terminado mientras que con Kevin era todo lo contrario, amaba a ese chico con todo su corazón, Diego era perfecto pero sabía que no le haría ningún bien a el chico, el tuvo la culpa de que tuviera contacto con el alcohol y la nicotina, no lo merecía.

Cuando Kevin recibió el mensaje encontró alivio, hace meses que lo intentaba pero no tenía éxito, se convirtió en una adicción para el adolescente que a la larga podía dañarlo.

𝘗𝘢𝘥𝘳𝘦𝘴 𝘚𝘦𝘱𝘢𝘳𝘢𝘥𝘰𝘴 | Diego Laínez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora