20: Matías y Leah

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Definitivamente no tenía autocontrol, le dio igual que Lionel estuviera en casa, fumaba de su vape nuevo por simple hábito, era de un nuevo sabor y realmente le gustaba, Guillermo estaba cocinando pero apesar de distraer el olor Lionel pudo diferenciar un olor distinto al de carne.

Abrió sin tocar el cuarto de Diego y vio el vape en su mano, casi cae al verlo y Diego casi muere de un infarto, definitivamente esto estaba mal.

- ¿Diego pero que haces? -pregunto Lionel exaltado.

Pronto llegó Guillermo que solo iba preguntando si comerían ahora o más tarde, Diego intento dejar esconder el vapeador pero fue bastante tarde, Guillermo se acercó a su hijo y le quitó el cigarro electrónico dejándolo sin palabras, tenía un gran miedo al ya ser descubierto.

- P-Puedo explicarlo.

- No puedes explicarlo Diego, Javier va a matarme le dije que estabas a salvo conmigo y puta madre -hablo Guillermo aventando el cigarro contra la pared asustando a Lionel y Diego- ¿Desde cuándo?

- No quería que te enterarás... Yo no quería que...

- ¡¿DESDE CUANDO?! -interrumpió su papá para después lamentarse por gritar mirando como su novio comenzaba a asustarse mientras se tocaba su panza.

Era la primera vez que oía a Guillermo gritar de enojo, realmente le daba miedo ver a su novio así pero entendía su frustración respecto a lo que estaba pasado.

Guillermo se acercó con cuidado a Lionel para darle un corto beso.

- ¿Te parece si esperas abajo? -pidio Ochoa.

- Pero Diego...

- Solo vamos a tener una conversación del asunto, todo estará bien, en el refrigerador deje de tu helado favorito mi amor.

Con eso tuvo para que Lionel se fuera.

No malinterpreten, tanto Lionel cómo Diego sabían que Guillermo jamás sería violento con nadie ni en una situación, lo del cigarrillo electrónico solo fue por no tener la mente despejada pero realmente estaba arrepentido.

Guillermo cerró la puerta con cuidado e invito a su hijo a sentarse en la cama mientras el estaba parado, fue obedecido.

- Mira campeón... Se que hicimos que tu vida se sintiera como una mentira, me arrepiento una y mil veces por ello porque pudimos decírtelo antes, también se que hay días donde te sentirás de la chingada pero un cigarrillo no soluciona nada, créeme que tanto Javier como yo intentamos solucionar nuestro error pero como te dije, esto no te ayuda, te va a hacer empeorar más, hijo tienes 14 años y yo no te vigile cómo debía, dios mio ¿Te descuide por Leo? ¿Que es lo que sientes Diego? Dímelo para que pueda ayudarte por favor.

Pudo notar como en el rostro de su padre amenazaban con salir lágrimas pero se estaba aguantando, no queria que sus sentimientos le ganarán ya que primero debían solucionar esto.

- Es que ni siquiera se que siento... No se cuándo inicie con esto, y se que está mal que siga con este berrinche por la familia pero no puedo evitarlo, amo tener nuevos hermanitos y que Lionel junto con Ronaldo sean como mis amigos pero hay veces donde me gustaría mi vida de antes, dónde podía refugiarme en mis papás y tenía a Edson cómo mi amigo, ya no quiero ser así...

Y el llanto comenzó, saco realmente todo lo que tenía guardado, como si fuera niño otra vez estaba abrazado de su padre que solo le daba besos en la cabeza y sobaba su espalda diciéndole cumplidos para que se supiera que el estaba ahí con el.

- Entiendo que los cambios no son siempre aceptados pero vas a ver cómo mejoraremos cómo familia, no importa si Javier y yo ya no estamos juntos, siempre podrás refugiarte en nosotros, todo estará bien.

𝘗𝘢𝘥𝘳𝘦𝘴 𝘚𝘦𝘱𝘢𝘳𝘢𝘥𝘰𝘴 | Diego Laínez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora