32: Arrepentimiento

144 30 4
                                    


Dos sesiones con la psicóloga hicieron que Diego se diera cuenta que no podía solo tratar mal a sus padres, si, le dolían ciertas cosas pero no eran motivos para intentar hacer daño con sus actitudes.

Quería estar bien con sus dos padres, estaba cansado de arreglarse con uno y dejar de hablar con el otro así que después de una larga noche pensando bien las cosas por la mañana decidió pedirle permiso a Javier para ir a casa de Guillermo, este acepto no sin antes dejarlo es la misma puerta para ver cómo entraba de lejos, le recibió Lionel algo sorprendido por lo que pasó hace unos días en el supermercado.

— ¿Es muy temprano? –pregunta Diego al ver al argentino con su pijama.

Este niega con una sonrisa nerviosa.

— Es que los niños se mueven mucho así que no me tiempo de nada... Pasa.

Al entrar a la casa puede notar que en la sala están los mellizos jugando junto Guillermo que al notar a su hijo no tiene reacción, no sabe si viene por obligación o quiere ayuda en algo.

Los mellizos al ver a su hermano ambos alzan los brazos para ser cargados lo cual Diego acepta acercándose a ellos para sentarse en el suelo y abrazar a ambos pequeños.

Ya casi cumplían un año lo cual hacia que Diego sintiera nostalgia porque aún los recuerda siendo unos bebés endemoniados por las noches.

— Yo solo quería... –deberia tomar clases para aceptar sus errores porque era lo más difícil para el– pedir perdón por estar evadiendote, hay cosas que no entiendo más sin embargo no justifican mi mal comportamiento, no quiero enojarme contigo o pelear.

Guillermo solo le abrazo con una gran sonrisa.

Sabía que habia mucha diferencia entre el ambiente con sus padres ya que con Guillermo era uno familiar mientras que con Javier era más uno de bromas y tensión por la situación con Ronaldo.

Días después olvidó por completo el complot que tenían en contra de Kevin, últimamente ya no lo veía por la escuela y aunque también le costaba admitirlo sabía que Nahin hizo lo que pensó que sería mejor para el.

Gracias a Kevin su adicción no llego a algo más grave pero recordó su plan cuando llegó Edson por la espalda.

— Será mañana, ya lo retrasamos mucho.

— ¿Que cosa? –prehunta Diego confundido y a cambio recibe una risa la cual aún no entiende.

— ¿Comiste payaso o que? Los chicos van a darle una gran lección a Kevin, ojalá no se les pase la mano y quieran matarlo.

— Pero solo iban a ser dos... Y si lo piensas creo que es llegar muy lejos, debemos cancelarlo.

— Ni madres, yo ya les pague a esos pendejos así que no me salgas con que ya te arrepentirte porque ellos no devuelven lana –advierte Edson para mostrar conversaciones argumentando lo que dice.

Diego no tiene el suficiente dinero como para pagárselo a Edson así que no sabe cómo detenerlo, su viejo mejor amigo pone sus manos en los hombros del menor para que se calme.

— Tendrás la venganza que tanto deseas así que ya cálmate.

Pero el menor ya no tenía deseos de ninguna venganza, negó y volteo con miedo.

— Por favor hay que detenerlo, intentaré pagarte todo.

Esto hizo que el mayor de molestará por la nueva actitud de su amigo, pensó que estaba de acuerdo con el pero al final solo era un cobarde que había pensado bien las cosas según.

— Pues ve como le haces porque yo no voy a cancelar nada, ese cabrón va a tener su merecido.

Con eso dejo a Diego solo, lo peor es que todo sería su culpa por dar tal idea, comenzó a entrar en pánico buscando a Kevin pero es como si lo evitará, no estaba muy lejos de la realidad ya que el otro buscaba cumplir con la promesa que le hizo a Guillermo de alejarse de su hijo.

No pudo hacer mucho ese día, cuando despertó era sábado, el día tan esperado aunque ahora mismo no se sentía bien, había sido suficiente, bajo rápidamente encontrándose con todos, al parecer Guillermo, Lionel y los mellizos fueron allá para desayunar.

— Necesito hablar con mis papás a solas, es algo urgente –pide Diego y lo mencionados se ven entre si confundidos pero aceptan para ir a la cocina donde no había nadie más que los tres– necesito que me presten dinero...

— ¿Cómo para que, cuánto? –pregunta Javier.

— Unos cinco mil, es que yo...

— Nombre, hasta crees mi niño, pensé que había pasado algo –dijo Guillermo y Javier también comenzó a reír para que volvieran a la sala.

No los detuvo porque no tenía el valor como para decir lo que había hecho, esto sería por las malas, como fue posible salió de la casa ya que aún seguía castigado sin poder salir, comenzó a correr hacia casa de Kevin aún no seguro de como manejaría la situación.

Mientras tanto Kevin se preparaba para la noble orden de ir a la tienda, fue ordenado por el mismo ya que iría a comprar cosas para ver una película, saliendo de su casa se encontró con alguien corriendo a toda velocidad hacia el, asustado se espero lo peor pero poco a poco distinguió que se trataba de Diego.

No pudo reaccionar cuando ya lo tenía en frente de el.

— Nahin, tenemos que irnos de aquí.

— No deberías estar aquí, no es correcto... Vete por favor.

— No lo estás entendiendo, están a punto de-

Escucho un disparo atrás lo cual hizo que se asustara para abrazar al mayor, por atrás estaban cinco chicos junto con Edson.

— No mames, te dije que yo me hago cargo –dijo Edson molesto haciendo que Kevin se mire confundido.

— Eds por favor, te voy a pagar lo que sea necesario, yo...

— Tu nada Diego, me dijiste que había que darle una lección a mi primo y eso voy a hacer –Kevin pregunto por lo que estaba pasando– ¿No lo sabes? Tu niño de oro mando a matarte.

Al revelar aquello Kevin se alejo de Diego, ese en definitiva no podía ser el chico que tanto ama.

— Pensé que solo sería un golpe en la mejilla.

— Me canso de tanta conversación, vamos chicos –manda Edson y dos agarran a su primo con fuerza mientras que uno sostiene a Diego para que no se mueva, otro ha sacado una pistola.

No era algo de lo que hablarán Edson y Diego, el último comenzó a llorar asustado, sabía que por este barrio tenían tales mañas pero no puede creer que el ha sido parte de lo que está apunto de pasar y más por una estupidez como lo fue enojarse con Kevin cuando lo único que hizo fue intentar ayudar.

Escucha un disparo, rápidamente cierra sus ojos pero a cambio recibe risas, al abrir los ojos puede ver a Kevin en el suelo, vivo pero casi muerto de miedo.

— No aguantan nada, feliz día de los inocentes –grita Edson burlándose aunque sabe bien que no es el día de nada– hasta creen que sería capaz de mandar a matar a este, solo quería...

Diego es soltado pero cae al suelo, se desmayo del miedo lo cual hace que todos entren en pánico.

— Yo no hice nada –susurra el que realmente es responsable de todo esto y junto sus amigos corre a su casa haciendo que Kevin corra hacia el menor para ver si está bien.

Edson solía hacer bromas realmente fuertes y Kevin estaba acostumbrado a ellas aunque cuando vio el arma pensó que tal vez era real, intenta despertar a Diego sin ningún éxito y sabe que está en problemas nuevamente.

Por suerte no ha pasado nada de lo cual arrepentirse después.



𝘗𝘢𝘥𝘳𝘦𝘴 𝘚𝘦𝘱𝘢𝘳𝘢𝘥𝘰𝘴 | Diego Laínez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora