19: Cumpleaños diferente

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Por el bien de sus padres dejo su "berrinche" de llorar por nunca haber tenido la familia que pensaba, intentaba fijarse solo en lo bueno y apesar de que le costaba comenzó a tratar a Junior cómo su hermano, sabía lo mal que se sentía pero comenzó a minimizar sus sentimientos, las terapias no ayudaban mucho si Diego mentía en lo que contaba, con el único que podía ser sincero era con Kevin el cual se hizo un gran amigo y apoyo para el ante toda su vida familiar.

En ese tiempo supo la carga que sentía Kevin por ser el mejor incluso en pequeñas cosas para que sus padres lo notarán pero casi nunca tenía éxito, no se llevaba nada bien con su primo Edson desde que eran pequeños y si no fuera poco tenía problemas con el alcohol y el cigarrillo electrónico a corta edad.

Hoy era 9 de Junio, el cumpleaños número catorce de Diego que si era sincero no quería festejarlo.

Su desición fue respetada, Javier no planeo nada más que por la mañana visitarlo y darle un pequeño regalo y un abrazo antes de irse porque se le notaba que no estaba del todo de buenas, Guillermo tenía juntas así que solo le canto las mañanitas por la mañana y hasta ahí.

La razón por no querer festejarlo era sencillo, le daría lástima los tantos cambios que se hicieron en un año, recuerda como en su cumpleaños número trece estaba de lo más feliz.

Tal vez lo que más daño le hizo no fue como tal la separación de sus padres, nuevamente se repite que de pequeño no tenía amigos, lo único que veía perfecto era su familia y al saber que no siquiera eso fue real ya no estaba seguro de su felicidad.

Le agradaba Lionel y Cristiano pero le hubiera gustado que esa dinámica se le pusiera de más chico.

Edson en tan poco tiempo se convirtió en su peor bullyng por así decirlo, se burlaba varias veces de temas dolorosos para el.

Por eso y más no quería festejar su cumpleaños aunque no se salvaría de que Kevin al día siguiente lo llevará a comer pidiendo ya antes permiso al señor Guillermo.

Mientras tanto ahora estaba acostado en su cama después de un buen baño, eran alrededor de las seis de la tarde y después de que su padre Javier se fuera se encerró en el cuarto.

Sus padres no insistieron porque querían respetar su desición de no festejar su cumpleaños pero ahora se había arrepentido, había cambiado de opinión y quería festejar su cumpleaños con un pequeño pastel.

— Pero qué pendejo...

Se habló a si mismo para meterse entre las sábanas.

Pronto escucho golpes suaves en su puerta, dio el pase sabiendo que se trataba de Lionel y se sentó rápido en su cama.

No era raro ver a esos dos probando los antojos raros de Lionel por la madrugada o reír de chistes malos, cómo mejores amigos o padre e hijo.

— ¿Paso algo con la fruta?

Así le decía a los gemelos, para el eran melón y sandía.

— No, están dormidos o eso creo, vení abajo que me siento solo.

Diego negó volviendo a acostarse pero recibió una almohada que buscaba atacarla, se levantó y acompaño a Lionel a la sala aceptando que era de esos días donde el argentino buscaba convivir por la soledad.

Después de todo estaba más que sensible, estaba ya en el octavo mes de su embarazo.

Al llegar a la sala se encontró un pastel pequeño, como para cinco personas, tres velitas y un pequeño obsequio del mismo Leo que era la nueva playera del Barcelona para esa temporada.

— Es difícil saber que te gusta Dieguito... ¿Diego?

Pensó que había hecho molestar al adolescente con esos detalles por no respetar su desición pero era fiel creyente que nadie quiere pasar su cumpleaños sin celebrarlo aunque sea con algo pequeñito.

𝘗𝘢𝘥𝘳𝘦𝘴 𝘚𝘦𝘱𝘢𝘳𝘢𝘥𝘰𝘴 | Diego Laínez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora