Capítulo 6

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— ¿Es así?

— ¡No! Es: Choco choco la la, choco choco lele... — le explicaba Hyde a Pietro un juego que había aprendido en el internado, aunque le costaba trabajo verle las manos ya que se pasaba de velocidad — Olvídalo.

Hyde se puso de pie, divertida, y se dirigió al laboratorio. Seguían en el heliecarrier hasta nuevo aviso y estaba apresurada con ayudar a Garry en eso.

Al entrar, oyó un grito que notablemente era de Garry, y después vio un destello azul caer al piso.
Hyde lo vio antes que él y lo tomó en el aire.

— ¡No puedes tomarlo as...! — no terminó de decir aquello el científico y el cubo lanzó una corriente en el aire, la cual alcanzó a Hyde. Ella se apresuró a dejarlo en la base donde se encontraba y se tiró al piso. La corriente le subía por los brazos y ella se retorcía. Era un dolor inquietante, horroroso e inimaginable.

— ¡Hyde! — Garry la tomó entre sus brazos y oyó que un ultimo suspiro salía de ella.

No se lo creía. Empezó a darle pulso pero sabía que era inservible.
Se tomó la cabeza entre las manos, lleno de angustia, y se imaginó en las noticias con el tema de "Asesina a Hyde Stark accidentalmente" cuando oyó un gruñido. Se volteó hacia ella y la vio sostenerse con sus brazos.

— Eso es lo más horrible que me ha pasado — le dijo casi al borde de las lágrimas y Garry la abrazó, casi para cerciorarse que era ella realmente.

Ambos mantuvieron el secreto. Siguieron trabajando como si nada.

Al terminar ya era de noche, y Hyde decidió ir a su habitación no sin antes ir a la maquina de frituras, la cual se encontraba en una sala de juntas con ventanales con vista a los pasillos.

Ella entró y tecleó lo que quería.

— Eso te engordará — Hyde se volteó ligeramente y vio a su hermano mirándola.

— ¿Y qué?

— Oye, te propongo un trato... Olvidamos todo aquello y nos perdonamos mutuamente.

— ¿Perdonamos? Yo no te he hecho nada, ¿acaso fui yo la que te creó un trauma?

— Eres tan terca.

— Y tu tan despreciable.

— Ya entiendo porqué Tony no te quiere... Le resulta difícil verte y pensar que por tu culpa nuestra madre murió.

— Yo no era la que iba peleando con ella.

-— Pero ibas haciendo berrinche solo por no subirte al estúpido juego infantil. Además, no puedo creer que seas débil como para no superar aún aquello.

— ¿Cómo superas algo así?

— Pero lo que si has superado es haber matado a mamá.

— ¡Yo no provoqué el accidente, maldita sea!

— ¡Sólo distrajiste a mamá para que luego se volcara! ¡Eres una fracasada! ¡Una perdedora!

Hyde no aguantó más y de un salto subió a la mesa metálica.

— ¡Aquí te va tu perdedora! — le gritó corriendo hacia él, quien se encontraba en el otro extremo de la mesa, con el puño levantado y cargado de energía. Dio un salto épico y Jude levantó las manos para dejar salir hielo.

Las sirenas se oyeron y rápidamente encontraron la razón. Tony miraba con estupefacción a sus dos hijos peleando entre ellos... y observando sus alteraciones, casi cae al piso.

Hyde se golpeó contra la pared y Jude rápidamente la acorraló, apretando su cuello, enfriándolo.

Ella cada vez respiraba menos pero de repente reaccionó, como si se tratase de la respuesta de una pregunta de examen. Hyde se puso detrás de Jude, transportándose gracias al aire.
Todos veían con los ojos bien abiertos, apoyados al ventanal, con el temor de entrar.

Más que una StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora