Más que una Stark

Capítulo 16

— ¿Se puede saber por qué lo haces?

— ¿Hacer qué, Pietro? —Hyde se giró hacia él, dejando de ver el maravilloso cielo nocturno. Había estado unos segundos observándola desde lejos, incapaz de intervenir en sus pensamientos, los cuales nunca sabría de qué se trataban.

— Siempre vas en contra de lo que te dicen.

— No siempre —Pietro la miró irónico y ella sonrió— Sólo razono más rápido que una persona en promedio.

Él rodó los ojos mientras se ponía a lado de ella.

Se habían quedado en el heliecarrier toda la tarde, oyendo a Bucky decir órdenes e instrucciones. Habían entrenado un poco pero todos se hallaban pensativos. Pero Pietro no, incluso se preguntaba que si qué tenían los demás.

— ¿Qué es lo que odias? Yo odio la contaminación de la luz —dijo de repente Hyde con la mirada fija al frente y sus labios se curvaban ligeramente— Además de la humanidad y caminar detrás de niños y ancianos, claro.

— Odio no estar en Sokovia —respondió sonriendo por lo que había dicho ella, pero después se convirtió en una sonrisa triste.

— ¿Por qué no regresan? Cierto, quedó destruida... ¿Por qué no se mudan e iniciar una vida más normal?

Él suspiró, poniendo sus manos en el barandal.

— A Wanda le gusta ayudar a las personas trabajando para Shield, así que... No quiero obligarla a abandonar algo que le gusta.

— Bueno, debes de tener en cuenta que no siempre andarás poniéndote en segundo lugar —se giró hacia él, quien había comprendido mínimamente— Algún día deberás de aprender a decir que no y empezar a forjar tu camino.

— ¿Como lo haces tu?

Hyde rió con eso. Le daba consejos de cómo darle inicio a su vida cuando ni ella misma sabía quién y qué habían elegido por ella.

— Bueno, lo vuelo a repetir; algún día.

Pietro le mostró una sonrisa tranquilizadora y después le pasó un brazo por sus hombros, sorprendiendola ante tal acto.

Como en todas las situaciones, dudó un poco pero recordó que era Pietro Maximoff quien la sujetaba. Sonrió y dejó arrullarse como si de un gato se tratara.

Un gato sin garras, incapaz de mostrarse indiferente ante aquel chico.

No sabía de qué exactamente se trataban aquellos revoloteos de sus mariposas; simplemente sentía como si bailarán al ritmo de su canción preferida.

Y por otro lado, él se sentía diferente.

¿Novias? Pfff. Le sobraban.

Bueno, corrección; le hubieran sobrado de no ser por su sed de venganza.

Claro, las chicas aman a los chicos misteriosos y llenos de intriga pero realmente aquellas niñas tontas no saben lo que ocultan tras esa sutil máscara.

Ahora.

Ahora abrazaba a una chica que pareciera que nadie podría merecer su amor. Un amor que ni ella misma había podido sentir... ¿hasta ahora? De eso él no estaba seguro.

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— ¿De qué diablos quiere hablar papá? —preguntó enfatizando Hyde mientras arrastraba de la mano a Pietro, quien la había acompañado a la Torre después de recibir una llamada de Jude.

Su hermano alzó su mirada que, después de un segundo, se iluminó al ver cómo habían llegado.

— Par de melosos, ¿qué tal su día? —ignoró la pregunta de Hyde mientras subía los pies a la mesa de centro y los miraba divertidos. Claro, además de su sonrisa burlona— Dejame adivinar, ¿ya conseguiste novio? ¿O sólo es un gato más?