Capítulo 26

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Al entrar a la Torre, miles de reporteros me rodearon. Empezaron sus estúpidas preguntas sobre quién tomaría el cargo de Stark Tech.

Malditos estúpidos, sólo piensan que me interesa eso.

Los empujé sin tener alguna consideración, aquello sí que era Ironización.

Entré al ascensor a duras penas, me tenían al tope con sus preguntas.
Cuando las puertas se cerraron fue alivio total.

No podía pensar de manera racional, no después de darme cuenta que... que nunca permanecí a su lado.

Leucemia. Y él se había encargado de hacerlo secreto, ni siquiera Jude lo sabía cuando aquel cáncer ya estaba avanzado.

No se por qué Tony no había seguido sus tratamientos sabiendo que tenía a su disposición todo lo que necesitara.

Y me podré deshacer de aquella duda cuando lo vea de nuevo, posiblemente en el cielo, no soy religiosa pero puedo tener esperanzas de verlo de nuevo. Posiblemente para decirle que lo lamentaba de no estar apoyándolo en aquella situación y de ser tan inconsiderable de no despedirme de él y de mamá.

Entré al último piso. Si el ambiente había cambiado después de Pepper, la pérdida de Tony fue mucho peor.

Como si hubiera saltado de una película última en estrenarse a una de cine mudo.

Me dirigí a la barra, donde las botellas de whisky se hallaban impetuosas.

Tomé una, y me dirigí al balcón.

Estaba afligida, era obvio.

No puedes recuperar el tiempo perdido con tu padre.

Me hacía miles de preguntas, que ya no tenían sentidos ahora que él ya no estaba.

¿Cuándo fue la última vez que le expresé verbalmente mis sentimientos y mi gratitud? No lo recordaba.

La culpa llegó de improvisto, y como si le diera una patada a la aflicción, se posó donde ella estaba situada con anterioridad; en mi pecho.

Le daba tragos largos a la botella, sintiéndolo en mi garganta como si quemara.

Ya no le veía sentido a aquello.

Me había quejado con Tony de que no me prestaba la mínima atención y al final yo lo abandoné.

Perdí la confianza de todos, hasta de él. No me preocupaba nadie más que no fuera yo.

Oí en pitido del ascensor, no me molesté en ver quién era, lo correría si me hablaba.

— Esa no es una manera de solucionar las cosas —oí que dijeron tras de mi.

Jude puso su mano en la botella, y pude oír su quejido al sentir el cristal ardiente.

Lentamente abrí mi puño y Jude quitó el alcohol.

Ni dijo nada. Sólo se quedó parado a lado mío, mirando fijamente las luces de los coches que transitaban en las calles debajo de nosotros.

— Nunca quiso que supieran —dijo de repente Jude, aunque me sorprendió no giré mi cabeza— No aguantaba más estar sin mamá y simplemente quería verla.

— ¿Y nunca pensó en nosotros? ¿En cómo sufriríamos su pérdida?

— Sólo hay que superarlo. Sabes que papá no era inmortal, Hyde, nosotros no somos inmortales.

— Es fácil para ti decirme que lo supere cuando fuiste tú quien estuvo con él todo ese tiempo —dije apretando los dientes. La cólera se había abierto paso.

Más que una StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora