Capítulo 22

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El pequeño gruñido emitido por Hyde llamó la atención de Pietro, quien había permanecido sentado a lado de ella en espera a que despertara. Necesitaba hablar con ella.

Hyde había despertado, pero no del todo. Se podía notar en cómo hablaba y en que sus párpados permanecían a la mitad, como si recientemente hubiera fumado marihuana.

— ¿Hyde? —Pietro se acercó más a ella y Hyde le dedicó una sonrisa apenas.

Había sido mucha anestesia.

— Hooola. ¿Sabes de causalidad en donde está mi pez? Habíamos salido a cenar en la mañana y después lo perdí...

— ¿Podemos hablar?

— Shhh. Me acabo de acordar de un chiste —exclamó de repente Hyde.

Pietro rió por el estado en que se encontraba. Asintió.

— Toc, toc.

— ¿Quién es? —preguntó rodando los ojos.

— El científico que interrumpe.

— ¿Que interrum...?

— ¡Ioooon! —exclamó Hyde y después empezó a reírse de si misma.

Meneó la cabeza cuando notó que de nuevo se había quedado dormida.

****

— Miren quién salió de su... —comentó Thor pero Hyde lo interrumpió.

— Sí, ya salí de mi puta anémona, de mi puta cueva, ¿ahora qué sigue, Thor?

— Iba a decir de tu habitación.

Hyde asintó de mala gana. Se giró hacia la barra.

Todos la miraban, atentos a que hiciera algo raro.

— ¿Creen que haré algo en contra de ustedes en bata de hospital, descalza y sin ropa interior? —preguntó, rompiendo el silencio y con un vaso de agua en la mano.

— Posiblemente. Tony bailó una vez en calzoncillos —dijo Wanda, sentada a lado de Vision. Hyde tuvo que evitar sonreír.

— ¿Y qué? Tenía calor —trató de explicarse Tony pero rápidamente Steve atacó.

— Sí, pero una persona razonable se quitaría su saco, no sus pantalones.

— Jajaja, eso sí es gracioso. ¿Eso sí te causó gracia, Eagles? Porque mi pequeña ironización sólo logró que me lanzaras un mendigo tridente.

— La palabra "ironización" no existe —comentó Steve.

— Claro que sí. Buscalo en Google y te saldrá "Término que se le denomina de una forma menos grosera a la Idiotez Humana".

— ¿En serio?

— ¡No! —respondió Hyde con horror.
— ¿Cuánto tiempo he estado así? —preguntó después de dar un sorbo bastante largo.

— Tres semanas —respondió Pietro.

— Gracias, Eagles —Allison sonrió pero al instante dejó de hacerlo.

La habían reñido como nunca en su vida ante lo que hizo.

— Supongo que ya tienes que irte —dijo Tony.

Hyde no lo miró pero asintió.

Iba a regresar a su habitación pero la voz de Vision la detuvo.

— Demuestra que no son el enemigo.

Hyde se volvió.

La vocesilla de su cabeza había desaparecido, aquella que le da cuerda de seguir con un mal comentario o aportar una idea descabellada.

Más que una StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora