Capítulo 28

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El impulso que salió del Tesseractor fue sorprendente.

Ambas manos, una ordinaria y la otra no ordinaria físicamente, seguían sujetas al cubo, incapaz de soltarlo por el simple hecho de que la otra se lo lleve.

Hyde supuso que las carbonizaría pero lo que ocurrió fue completamente extraño.

Como la vez pasada que la energía del cubo había reanimado sus poderes mutantes, Hyde sintió que lo haría de nuevo pero esta vez apagándolos.

Sentía la energía como se llevaba la suya propia, dejándole una sensación de vacío en su cuerpo.

Las corrientes de aire que ella creaba salían de ella, rodeándolas. Escapándose de ella, y no podía hacerlas regresar ni nada.

Apretaba la mandíbula. Notó que Raven miraba algo en sus manos, así que ella llevó su mirada hacia su mano.

Veía el fuego arder dentro de ella, y éste, como si fuera lava, se desplazaba hacia el frente, formando varios hilillos anaranjados.

Sus ojos se le llenaron de lágrimas al ver lo que sucedía; sus dones la abandonaban; uno se iba y el otro ocupaba otro recipiente.

Mystique sonrió. Sin soltar el cubo alzó su otra mano. En esta dejó salir una llama.

Estaba complacida de no tan sólo robar una gema, sino otro poder.

Su ambición por ver cuánto más podía hacerlo arder la cegó. Hyde lo sabía.

El fuego de su palma se fue convirtiendo en blanco, extendiéndose hasta su brazo.

Pero el gritó desgarrador de Raven le hizo sonreír a Hyde.

El fuego la envolvía rápidamente, haciéndola gritar de dolor. Su cuerpo envuelto en llamas se elevó, podía verse retorciéndose y chillando.

Entonces el mismo fuego la desapareció, dejando nada en donde segundos antes había un espectáculo.

Thor había caído de rodillas al ver tal cosa, sin creerselo y Pietro sólo estaba asombrado.

El aire descontrolado desapareció y la mano de Hyde había dejado de tocar el brillante cubo.

Los dos Avengers de acercaron a ella.
Pietro puso su cabeza en su regazo, suplicando con que regresara.

Pero rápidamente la piel de ella dejó de estar hirviendo para quedarse helada, fría.

— ¿Qué...?

Loki y el resto entraron, atónitos.

— Thor, es hora —comentó con la voz lúgubre Loki— Podemos hacerlo.

— ¿Hacer qué? —preguntó con la voz apenas audible Pietro, con sus lágrimas impidiéndole verlos.

— Hyde no es una simple mortal —respondió Thor— Podemos llevarla a Asgard y que Odin haga algo.

— No se la llevarán —dijo Pietro poniéndose de pie.

— No es una pregunta —indagó Loki.

Cargó entre sus brazos el cuerpo de Hyde y junto con Thor, salieron del centro.

— ¿Crees que sobreviva? —le preguntó en susurró Loki, mientras se alejaban de todos.

— Esperemos que sí —le respondió éste, girando tu martillo y después gritándole a Heimdall.

Millares de rayos dorados chocaron contra el césped, rodeando a los tres.

Después, los rayos y ellos desaparecieron dejando símbolos grabados.

Más que una StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora