Capítulo 2

35.7K 1.7K 540
                                    

Cuando Tony entraba al penúltimo piso oía a todo volumen Wanabee. Cerró los ojos, tratando de calmarse y cuando se adentró más tropezó con varias botellas.

— Esto no puede estar pasando.

Se dirigió a la habitación de su hija y la encontró acurrucada en el piso. Su enojo duró por unos segundos hasta que notó que abrazaba algo.
Sus ojos se le llenaron de lágrimas y se le encogió el corazón cuando notó que abrazaba el retrato de la familia Stark, con ella y Jude de pequeños mientras Pepper y él los abrazaban, sonrientes.

Decidió llamar a algún encargado de limpieza, levantó a Hyde y la puso sobre la cama. Le dio un beso en la coronilla de su cabello y le quitó la botella que sostenía en la otra mano.

****

Al abrir los ojos, cayó en cuenta que estaba en la cama y no en el piso. Se sentó agarrando su cabeza por la intensa migraña y aclaró su garganta.
Todo le daba vueltas y sentía la boca reseca.

Se puso de pie, sin un zapato y con el moño deshecho.
Sin pestañear rápidamente fue a la cocina a tomar un poco de agua, lo cual siempre hacía después de levantarse para quitarse el mal sabor.

Tomó la jarra y bebió directo de ella. Mientras bebía cerró los ojos y se imaginó el paraíso perfecto con una catarata para ella misma y el sol perfecto con la temperatura perfecta y chicos perfectos.
Claro, ella podría comprarse todo eso pero ya se había acostumbrado a soñar despierta.

Cerró el gran refrigerador y sus ojos se pusieron como platos cuando vio al tipo que había llamado "Hombre mal teñido", a Wanda, el que tenía el cabello blanco y Vision sentados alrededor del inmenso comedor.

— Buenas tardes — Pietro exclamó cuando ella no dijo nada al verlos ahí.

Ella medio sonrió.

****

Qué pena doy.
O sea, estaba con resaca, tenía mal aspecto y para colmo aquellos tipos estaban en casa.

— Buenas tardes — fue lo único que pude decir y noté cómo mi voz era rasposa. Que horror.

Ya había tomado anteriormente pero anoche fue vodka vodka, no vodka bodca¹.

Caminé de nuevo hacia mi cuarto y me metí al baño. Me duché y antes de salir me cepillé los dientes.
Sentía los párpados pesados y mi cuerpo respondía contrabajos.
De mi armario tomé un short a la cintura negro, una camisa azul marino con mangas largas pero las arremangué y unas valerianas doradas.

Salí como si nada y ellos seguían ahí.

— ¿Esperan a Tony? — les pregunté mientras abría una barra de chocolate.
— Lo esperamos desde las diez — dice Steve suspirando.

Asentí y de uno de los cajones de la alacena saqué una olla y unos fuegos artificiales que tronaban horrible.
Caminé a su habitación y Tony seguía dormido. Puse la olla a lado de él y encendí los juegos con un encendedor que tenía él en su mesita de noche.
Salí rápidamente y me senté en el sofá, esperando el grito de papá con paciencia.

— ¡CARAJO...! — tuve que contener una risa cuando oímos los tronadores y vimos como salió corriendo — ¡¿QUIEN RAYOS FUE?!

Iba a contestar cuando todos lo hicieron por mi, aunque su respuesta me sorprendió.

— Steve — ¿quién era Steve? ¿El rubio mal teñido?

— Deja de pelear y comencemos los planes — Wanda lo miró atentamente y Tony resopló.

Más que una StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora