Guarde los libros de las siguientes clases en mi mochila y antes de que pudiera dirigirme hacia Maria y Will que se encontraban esperándome en alguna de las jardineras del almuerzo, yo caminaba por los estantes de la biblioteca de la escuela buscando libros para poder iniciar mi ensayo. De pronto sentí una presencia aproximándose.
—Hey —me saludó Matt con una dulce sonrisa.
—Hey —lo salude devuelta pero ahora su sonrisa se estaba apagando como el fuego de un cerillo.
Su expresión animada se vio remplazada por una seria. Luego note como sus ojos se desviaban de mis ojos a mis labios mirándolos fijamente. Entonces recordé. Hice una mueca que pretendía ser una sonrisa pero solo era para ocultar la fina cortada de la comisura de mi labio de sus curiosos ojos. Volví mi vista a los estantes cortando contacto visual.
—¿Vienes buscando libros para la clase de historia? —le pregunté tratando de desviar su atención.
Por unos cortos segundos no respondió nada hasta que me obligué a cerciorarme que se encontrara a mi lado y no estuviera sola. Pero él continuaba ahí a mi costado con la mirada al frente y una expresión seria.
—Eso creo. —respondió en un tono seco— ¿Por qué me tratas como un tonto? —me cuestionó interrumpiendo nuestros pasos.
Lo miré desconcertada y con algo de pena.
—No te trato como un tonto —vacile.
—Dijiste que solo te regañaría —me reprochó.
Me quedé en silencio pues no sabía qué excusa darle. Él tenía razón si creía que podría engañarlo como a los demás. Si no nos hubiéramos topado con el idiota del amigo de Jared él no habría sospechado nada.
—No se por qué tratas de ocultarlo. ¿Alguien más sabe que abusan de ti? —cuestionó en un tono duro.
—No tan alto —le exigí para que bajara más su tono de voz— Y no. No es como si se pudiera hacer diferencia si lo hiciera.
—Tu madre lo permite —confirmo seguro a lo que se me hizo algo extraño pues lo normal sería que me lo preguntara y no que lo afirmara— De lo contrario haría algo para que no tuvieras esto —apenas rozó con su dedo índice la comisura de mi labio— Cuéntame que fue lo que sucedió. Pero la verdad —exigió.
—Sabes que no tienes que. Lo último que quería era que de entre todos tu te enteraras.
—¿En algún punto lo descubriría no? Mejor antes que tarde. No sé por qué te molesta que me haya dado cuenta.
—Porque me da vergüenza —gruñi y pude sentir como mis ojos se cristalizaban y de inmediato desvíe la mirada para tranquilizarme.
—No debes de —me aseguró.
Apreté mi mandíbula con la cabeza cabizbaja.
—¿Puedes pretender que no sabes nada? —le pedí— Por favor.
Hubo un gran silencio de pausa por su parte hasta que después habló:
—Solo si tú me prometes que cuando sientas que ocupes ayuda, acudirás a mi. Solo tienes que decirme y yo me encargaré de ayudarte en lo que pueda —me aseguro con tanta determinación que por un segundo creí que en serio podría encargarse de la situación.
—Si.
—Y no dejare de hablarte solo por esto. —agregó con una débil sonrisa. Aunque no era necesario que me lo dijera, realmente me hizo sentir feliz saber que aún estaría a mi lado pese a saber.
Claro que no le dije que Jared me advirtió sobre estar con él. Me importaba un comino lo que quisiera aquel hijo de perra. Yo continuaría viviendo mi vida sin temor aunque eso implicara unos cuantos golpes.
—¿Y bien? ¿Qué haces realmente aquí? —le pregunté.
—Solo venía a buscarte.
—Pensé que venías por la clase de historia.
Se encogió de hombros restándole importancia.
—Se podría decir que soy bueno en la materia. Lo tengo resuelto —me hizo saber con serenidad y una gran seguridad que me pregunté si él podría ayudarme.
—Yo aún no se de que hablar. No encuentro algo que me interese. Llevo media hora aquí y toda mi cabeza se siente confundida de tantos temas.
—¿Qué te llama la atención? —me pregunta mientras comienza a ver los lomos de los libros en los estantes.
Observo con atención su figura. No me había percatado que tenía ambas orejas perforadas hasta este momento y que de su cuello adornaba una cadena de plata. Cuando elevó su brazo recorriendo con su mano derecha vi dos anillos alrededor de su dedo índice y su pulgar. Volví a elevar la mirada a su rostro y noté que me miraba esperando a que respondiera.
¡Oh!
—No lo se. Algo que sea interesante.
—¿Cómo qué? —insistió.
—Me gusta leer sobre desapariciones, misterios sin resolver, ese tipo de cosas.
Matt arqueó una ceja y luego asintió.
—No sé si esto pueda entrar en tu interés pero puedes hablar sobre cómo enjuiciaban a los animales en el medievo —sugiere.
Junté mis cejas y le lance una expresión de duda.
—¿A los animales? —replique.
Él asintió.
—Puedo proporcionarte el libro donde hablan del tema. Es interesante y no es un tema muy común.
—Si, me interesa. Nunca habría imaginado que los animales pudieran ser enjuiciados —le digo algo asombrada y consternada.
—Te sorprendería saber todas las situaciones que sucedieron en ese tiempo...y en los anteriores —dice esto último vacilante y sarcástico— Puedo llevarte el libro después de clases —me confirma en una pregunta que no he formulado pero que agradezco.
—Matt. —saluda Maddie llegando de repente en la mitad del pasillo rompiendo nuestra burbuja— Hola —me saluda a lo que solo le sonrio con una débil y avergonzada sonrisa pues muy pocas veces nos hemos dirigido el saludo aún cuando compartimos la mayoría de clases juntas— lamento molestarlos —dice esbozando una suave y penosa sonrisa que la hacía ver entre tímida y linda cubriendo su coqueteo—, pero sin querer escuché su platica y bueno, quería saber si podrías ayudarme a mi también con algún tema o libro que me puedas proporcionar, ¿si no es mucho pedir? —le preguntó y de pronto sentí como si yo sobrara.
—Mhm...¿qué tipo de tema estas buscando? —respondió él y solo lo miré de reojo.
Sentí culpa de sentirme celosa al no ser la única. Fue como si su pregunta le quitara valor algo de valor. No era su culpa, él solo era amigable y tenía que aceptar que debía de ser así con los demás. No solo conmigo. No sé por qué lo creí.
Era tiempo de marcharme.
—Bueno, muchas gracias por lo del libro. Te veo luego —me despedí de él antes de que pudiera abrir su boca y responderme. Mire a Maddie quien me miró con una sonrisa amable— Nos vemos —me despedí de ella, respondiendo al saludo con amabilidad.
Solo caminé lejos sintiendo como si escapara de una horrible incomodidad. No tenía idea por qué solo no me gustaba sentirme así.
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CHANGES [Matt & Chris Sturniolo]
JugendliteraturLos trillizos: Nick, Matt y Chris solían ser cercanos hasta que se separaron sin saber nada uno del otro...eso hasta la desaparición de Matt. Matt & Chris x OC Theodora ºActualización días indefinidos ºPortada por @watchtheface ºProhibido el plag...