CHANGES [Matt & Chris Sturniolo]

Chapter Forty Four: Tired Soul

Las manos de Chris me soltaron y fue hasta entonces que sentí como si se estuviera yendo, dejando un vacío. Lo único que deseaba hacer era continuar sosteniendo su mano pero temía en acercarme pues, en estos momentos él se veía quebrado y como si no pudiera sostenerme la mirada.

—...Chris —musité.

Al instante que di un paso adelante, él dio dos hacia atrás.

Él no respondió, su respiración subía u bajaba. Vi como sus manos temblaban al igual que sus labios, no sé si de impotencia o de rabia. Era indescifrable saber que es lo que pensaba, sentía o haría. Y yo solo quería abrazarlo. Miré mis manos y comencé a tallarlas porque aún podía sentir el peso de la daga sosteniéndola.

—Por favor...perdóname —volví hablar con mis lágrimas asomándose— Yo no... —hice una pausa al no poder pronunciar las palabras— Yo no...
Si yo me encontraba con el nudo en mi garganta ante la difícil aceptación de las realidad, Chris se había quedado sin habla. En seguida caí de rodillas suplicándole perdón entre sollozos.
—Yo se que no necesitas mi permiso... —dije con dificultad con la mirada en el suelo— Pero no suplicaré por mi vida...no tengo derecho... ¡Chris, lo siento mucho! ¡Siempre tuviste razón! ¡Fue mi culpa! ¡Yo lo maté! —vociferé cerrando mis manos en puños.

Escuché el crujir de los vidrios siendo pisados, abrí mis ojos y vi un par de converse negro, en seguida sentí dos manos sosteniéndome de los hombros y fue entonces que me digné a elevar el rostro encontrándome con un inexpresivo Chris. Abrí mis ojos y para mi fue peor ver la nada reflejado en sus ojos azules que cualquier otro sentimiento negativo.

—¿Desde cuando lo sabes? —me preguntó en un tono tan vacío que me hizo sentir escalofríos.
Mis labios temblaron y no por miedo a morir sino porque estaba segura que estaba a nada por perderlo.
—En...Nueva York...simplemente comenzaron a llegar —respondí apenas pues mi voz comenzó a quebrarse.
Sus dedos comenzaron apretarme, no proteste pues, aunque me comenzara a doler simplemente sentí que no se comparaba a lo que estaba experimentado por dentro.
Su mirada comenzó a ensombrecerse y yo hacía lo posible por contener el dolor que su agarre me estaba provocando. Hice una mueca escondiendo mi emoción mientras intentaba observarlo y ver como sus inexpresivos ojos eran inyectados de coraje.
—¡Chris! —intervino la voz de Nick— ¡La estás lastimando! —vociferó.

De pronto, fue como si volviera a la realidad y saliera de un trance que impedía reconocerme, o tal vez era la intención y no sabía como actuar. Sus brazos me liberaron y fue hasta ese momento que pude soltar un gemido ante el dolor que me había provocado sus manos.

Observé a Chris quien me miraba con temor y culpa.

—Quisiera poder matarte... —me dijo a lo que sentí un hueco de remordimiento al escucharlo— Pero no puedo.
Restregó sus manos sobre su rostro antes de que pudiera dejar caer lágrimas sobre sus mejillas y cuando su comenzó acercarse posando una mano en el hombro de su hermano menor en signo de apoyo, fue como si su toque le quemara pues no tardó en apartarla de un golpe dejándonos a Nick y a mí perplejos por tal actitud hostil. Se levantó de un golpe encarando a su hermano mayor.
—¿Tu lo sabías? —cuestionó el menor en un tono seco.