Chapter Thirty Two: That Day

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Hubo dos cosas que comencé a notar en cada uno de ellos. Con Nick era que tomaba muchas fotografías y cargaba con su cámara cuando salía de casa, además de que él solía estar más por su cuenta, en su mundo y tener sus tiempos, y que curiosamente ambos compartíamos gustos musicales. Por otro lado, Chris era más caótico, más ruidoso y fastidioso. Comenzaba a creer que le gustaba ser así solo para hacer enojar a su hermano, sin duda era como ver a un hermano mayor con un hermano menor aunque los tres nacieran al mismo tiempo.

Aún me costaba dormir en las noches por lo que solía ponerme a escuchar música mientras daba vueltas en la cama de Matt. Era extraño dormir en ella y no tenerlo a mi lado. A veces trataba de recordar aquellos fragmentos que aún mantenía vividos en mi memoria cuando pasábamos el tiempo juntos charlando, jugando juegos de mesa, viendo películas o escuchando música. A veces cuando salía de la habitación y me encontraba con alguno de ellos en la cocina o merodeando en la sala, cuando mi mente se encontraba difusa creía ver a Matt, como si nunca se hubiera ido. Pero luego notaba el piercing en la nariz de Nick y el cabello largo de Chris.

Este último tenía una extraña manía que era que, al tener su propia habitación, solía irse a la de su hermano o a veces como justo hoy estar en la sala. Eran las 3:00 am cuando me levanté de la cama para ir por agua y lo vi ahí sentado.

—¿Qué a caso nunca duermes? —me preguntó sin siquiera mirarme.

Tragué grueso y lentamente me fui acercando hasta llegar a él y tomar asiento en el sofá de frente. Vi que a su lado tenía un cuaderno de notas y un walkman. Rápidamente desvíe mis ojos hacia la repisa donde yacían los cuadernos de Matt y en la segunda fila vi un hueco.

—Si, lo tomé —confesó en un tono irritado.
—Yo no dije nada —me encogí de hombros.
—No lo haría si considerara que no es necesario —me hizo saber como defendiéndose y yo le hubiera cuestionado.
Alcé las cejas y me puse cómoda en el sofá con la mirada puesta en el.
—Se molestará contigo —fue lo único que le dije.
—Solo si se entera —arqueó una ceja y esbozó una media sonrisa.
Cerró el cuaderno y lo dejó de lado mirándome con curiosidad.
—¿Qué? —pregunté.
—¿Nunca los leíste? —negué y su sonrisa se incrementó al no creerme— ¿En serio me harás creer que nunca te animaste a tomar un cuaderno del estante que está a la vista del público ni una vez? ¿Aunque sea un poco? —insistió y volví a negar.
—Siempre tuve curiosidad qué escribía pero, cuando se fue y yo me quedé aquí con todas sus cosas, imaginé en mi mente que si mantenía todo en su lugar, intacto —tragué grueso— era como sentir que él aún seguía aquí.
—¿Y si él nunca hubiera aparecido? ¿Qué hubieras hecho con todo esto? —preguntó.
Apreté mis labios y desvíe la mirada de nuevo a la repisa.
—Si para cuando yo me hubiera tenido que ir a la universidad —reí con ironía pues ahora parecía un sueño imposible de alcanzar— y él no hubiera vuelto, me lo habría llevado conmigo, y no, no los leería sino... —hice una pausa.
—Habrías hecho que Matt fuera por ellos —soltó con una sonrisa cínica.
Asentí y solté un suspiro.
—Se los habría dado, no busco más que saber por qué. Si él me dijera que ya no quiere verme más —baje la mirada y tragué grueso antes de poder continuar— lo habría aceptado. Me hubiera dolido, claro que si pero, entonces yo continuaría y Matt se convertiría en un lindo recuerdo. No me aferrare a algo que no se aferra a mi.
—¿Quieres decir que si Matt rompe contigo tu no buscarías la manera de hacer lo posible por estar con él? —me preguntó.
Junté mis cejas.
—No puedo lastimarme. No de esa forma. Si me quiere, estará conmigo y si no, no puedo obligar a alguien que me quiera. No deseo eso. Y no me mal entiendas, lo quiero a mi lado más que a nadie en este mundo, pero jamás podría estar con alguien que no me quiera...Ya no más.

Hubo un ligero silencio que no entraba en la incomodidad sino que, era curiosamente lo opuesto. Las palabras solo fluyeron como si sintiera que a él le importaba escucharme pues, no había sido hasta este momento que lo había visto tranquilo sin hacer un escándalo o expresar su enojo. Era una versión diferente a cuanto lo conocí a la primera vez. Aún seguía siendo alguien irritante, pero también podía ser alguien con quien hablar. Y comprendí por qué cada vez que Matt mencionaba a sus hermanos, lo hacía con nostalgia; porque no solo podía reír con ellos sino que también conversaban de una manera madura.

CHANGES [Matt & Chris Sturniolo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora