Chapter Forty Eight: Like Home

133 20 68
                                    

Chris

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Chris

Sabía que en el momento en el que ella despertara, no solo se asomaría un nuevo día sino un incierto futuro para ambos. No estaba seguro si era lo correcto, pero si sabía que la quería y que estaba dispuesto a arriesgarme con tal de intentarlo con un final bueno o malo. Theo me hacía perder el miedo y a querer buscar una vida...no me avergonzaba admitirlo pero me sorprendía quererlo. Nunca pensé que llegaría el día de anhelar ser un simple humano con una vida cotidiana al lado de una persona a la que quería y deseaba envejecer a su lado.
Sonreí para mis adentros imaginado aquel escenario pero pronto la sonrisa se desvaneció al caer en la realidad que yo me encontraba atascado en el camino del tiempo mientras que a ella avanzaría sin poder evitarlo. No temía perderla por ese motivo sino que me la arrebataran antes de que pudiera lograr llegar a los 30. Lo que necesitaba era vivir y me prometí que le daría eso. Haría lo posible por aprovechar y apreciar cada momento a su lado hasta que llegara el día en el que nos diríamos adiós.
—¿Chris? —me llamó en un tono suave.
Ella sonreía mientras me contemplaba con amor.
—¿Qué sucede? —le pregunté yendo hasta ella para quitarle una caja que sostenía en sus brazos.
Cuando sus manos quedan libres eleva uno de sus brazos y en seguida acaricia mi mejilla con dulzura. Adoraba cuando podía sentir su contacto; tan caluroso y lleno de vida.
Le sonrío en respuesta a su contacto haciéndole saber que me encanta lo afectuosa que es.
—Te has quedado pensativo. ¿Te molesta algo? —me pregunta.
Niego.
—Solo pensaba lo mucho que te quiero —me dice y sus sonrisa crece hasta mostrar sus dientes.
Percibo pena en su mirada pues, aunque hayamos sido honestos con nuestros sentimientos aún podía hacerla sonrojar cada vez que le expresaba mi sentir. No temía hacerlo ya que ella me devolvía cada respuesta afirmando que nuestras almas se encontraban en sintonía. Incluso aún podía escuchar sus latidos incrementar de la emoción, aún tenía ese afecto en ella y eso me hacía no solo tener confianza sino que también incrementaba mi orgullo.
—Solo pensaba que vamos a estar bien —le respondo con seguridad.
—No me cabe duda —asegura.

En seguida se acerca para besar mi mejilla y de no ser porque mis manos se encontraban ocupadas sosteniendo la caja que acababa de quitarle, la abría atraído a mí para profundizar el beso, en eso se aleja y vuelve su atención a los estantes tomando los últimos cuaderno de Matt para guardarlo en la caja.
Habíamos estado dos días empacando las cosas importantes de Matthew y nuestras pertenencias para llevárnoslas, no debía quedar nada en esta casa más que los muebles, tampoco era como si fuéramos a olvidar esta casa, más bien solo no deseábamos dejar nada relevante o comprometedor para los curiosos que irrumpieran en nuestra ausencia.
Nick se supone nos estaba ayudando pero estaba más enfocado en capturar fotografías de la casa y de nosotros mientras hacíamos el trabajo pesado.

—¡¿Quieres ayudar carajo?! —reprendí cuando su lente me enfocó.
—¡Ya ayude batánate maldito! ¡Antes apenas y movías el plato al fregadero y ahora me exiges a mi!
Estaba por soltarle un golpe cuando sentí la mirada de Theo a nuestra dirección. Nick esbozó una sonrisa cínica y yo me contuve en no estamparle mi mano sobre su hombro.
—Tranquilos chicos —nos dice a lo que en seguida vuelve su atención a los cuadernos.
Le lancé una mirada de advertencia a mi hermano a lo que este me saco la lengua para después retirarse.
Hice como si lo estrangulara con mis manos en al aire ante las ganas de querer hacerlo.
—Nick tiene suerte de que estes aquí de lo contrario ya lo habría aventado por la ventana —le digo una vez que me acerco a Theo, esta dibuja una sonrisa divertida ante mi comentario.
—¡Escuché eso maldito hijo de puta! —me grita mi hermano desde afuera de la casa.
—¡Lo se!
Una vez que Theo termina de guardar los últimos cuadernos en la caja y tras cerrarla, me mira con atención y sus manos apoyadas en la cintura mientras me contempla. Esto me hace sentir algo nervioso a lo que arqueo una ceja.
—Hemos terminado —me hace saber.
—¿Es lo último? —le pregunto.
Ella asiente con una débil sonrisa.
Suspira con profundidad y después exhala.
—Extrañare aquí —me confiesa con su mirada recorriendo el interior—, junto con el videoclub, la tienda de música y la iglesia.
Admiro cada rincón de la casa recordando el tiempo en el que los tres pasamos aquí, y aunque tal vez no sentía con tanta profundidad lo que ella sentía, por primera vez sentí nostalgia de un espacio que dejaba pues, había pasado mucho tiempo en el que me había instalado por un periodo de más de dos meses y esta vez no era sólo sino en compañía.
Solté un pequeño suspiro con la mirada perdía en la habitación de Matt que ahora se encontraba cerrada con llave.
—¿Estas lista? —le pregunté una vez que volví mi atención a ella.
Theo asintió con un suave cabeceo.
—Entonces es hora —le hago saber y enseguida tomo la última caja colocándola sobre la anterior que sostenía y cargándola hacia llevarlas afuera de la casa.
—Antes de que se vayan debo tomarles una fotografía —nos dice Nick.
Estoy por protestar pero en seguida Theo me mira con una enorme sonrisa de emoción que me guardo mi reproche. En cambio la tomo de la mano llevándola al frente de la puerta y la atraigo a mi cuerpo rodeándonos en un abrazo con la mirada hacia la cámara. Nick no tarda en capturar la imagen.
—Una de los tres —dice Theo a lo que Nick sin protestar comienza a colocar la cámara en el techo del coche para lograr un ángulo en el que salgamos los tres, pone el temporizador y corre hacia nosotros con nuestras sonrisas y miradas hacia el lente.
Una vez que sueña sabemos que se ha logrado tomar la fotografía. Entonces nos apartamos y Theo se aleja para ir por algo dentro del coche déjanos a Nick y a mi. Mi hermano me mira con una dulce y débil sonrisa.
—Voy a extrañarte Nick —le hago saber aguantando las ganas de soltarme a llorar.
Este pone los ojos en blanco.
—Por dios, no es un adiós, Chris —me reprende en un tono juguetón.
—Lo se...
—Estaré bien porque sé que ustedes estarán bien —me anima y en seguida suelta un suspiro cansado para después extender sus brazos en el aire.
No lo dudo ni un segundo para en seguida rodearlo en un abrazo.
—Mantente en contacto y no te aloques —le digo.
Este ríe por lo bajo.
—Disfruta esta nueva etapa...ambos lo merecen —me susurra en el oído y aprieto el agarre como si me costara soltarlo.
Mi hermano hace lo mismo.
Después nos apartamos y nos miramos con una sonrisa.
Theo se acerca y corre abrazar a Nick con tanta fuerza que lo hace destantear ante la efusividad de mi novia. No tarda en corresponder apoyando su mentón sobre su nuca aceptando el cariño.
—Ven a visitarnos —le pide ella.
—Por supuesto que si. De vez en cuando iré a irrumpir en su luna de miel —bromea sacándonos una sonrisa divertida.
Ambos se alejan y en seguida ella le entrega un pequeño regalo envuelto en papel periódico con un pequeño y fino lazo rojo. Nick me mira con extrañeza y yo lo miro con la misma expresión sin tener idea de aquel presente.
—¿Puedo? —le pregunta él a ella.
Theo asiente aguantando las lágrimas.
Nick no tarda en quitar el lazo y arrancar el papel para mostrar un marco negro y grueso con un sobre que se encuentra sellado. Junto mis cejas curioso al no ver bien la fotografía, pero la expresión de Nick es de sorpresa y al mismo tiempo de incredulidad. Mira a Theo sin poder creer lo que ven sus ojos y estoy impaciente por saber que le ha dado.
—¿Cómo? —le pregunta él a ella mirando el marco y luego a mi novia.
—¿Qué? —intervengo pero soy ignorado.
—Las encontré en los cuadernos de él. Supuse que te gustaría.
—Las creí pérdidas desde hace siglos —le hace saber aún emocionado.
—¿Qué? —vuelvo a cuestionar ahora impaciente.
En eso veo que los ojos de Nick se cristalizan y aprieta sus labios para contener el llanto.
Mi intriga aumenta y me cuestiono si se encuentra bien.
—Gracias. —le dice a Theo y la vuelve a rodear en un abrazo— Lo aprecio mucho.
—¡Bueno! ¡¿Que carajos es?! —exclamo rompiendo la dulce escena ante mi desesperación.
—¡Por un carajo! —grita Nick— ¡Te escuché! ¡Pero te estoy ignorando! ¡No estoy sordo! ¡Esto es para mi! ¡No para Chris maldito desesperado y entrometido! —me grita de vuelta a lo que comienzo a reírme ante su cólera.
Theo suelta un suspiro cansado.
—Ya llévatelo —le dice mi hermano a ella empujándome hacia el coche.
—¿Qué te dio? —cuestiono.
—¿Por qué siempre arruinas los momentos más lindos y emotivos? ¿No pudiste esperar un minuto maldito hijo de perra? ¡Un minuto!
—No era la despedida que me imaginaba —dice Theo apoyándose en el coche con sus brazos cruzados sobre su pecho.
Rio por lo bajo.
—Creo que no iré a visitarlos, no por ti cariño —mira a Theo— a ti te quiero, pero a este simio —me lanza una mirada con reproche.
—¡Enséñamelo! —le grito.
—¡No! —esconde el regalo detrás de él para después desviar su atención de mi a Theo— siento que tengas que aguantar a este niño de 5 años —se disculpa fingiendo culpa.
—Pídeselo bien Chris —me sugirió Theo en un tono suave y con una mirada de cariño.
Solté un suspiro de resignación.
—¿Puedo ver lo que Theo te regalo? —le pregunté ahora en un tono suave y fingido.
Nick pone los ojos en blanco.
—De todas maneras ya arruinaste el momento —dice Nick y me da el portarretrato.
Mi sonrisa divertida se desvanece al ver la fotografía.
Había pasado mucho tiempo desde la ultima vez que la vi. Pensé que no había quedado ninguna después de que hubiéramos decidido "eliminarlas". Matt siempre fue el que guardó vestigios y nos hizo creer que no le importaba perderlos pues estábamos aquí, aún así, tenía los juguetes, las fotografías...todo.
No dije nada, no hubo necesidad de. Le devolví el cuadro. Había sido un lindo detalle de parte de Theo por lo que me posicione a su lado y pase mi brazo sobre su cintura. Ella esbozó una débil sonrisa y sin decir nada, me devolvió el gesto. Era lindo saber que me entendía sin tener que decir una palabra.
El tener a alguien que apreciara a mi familia era algo que siempre busqué pues para mí es algo fundamental y más que lo quisiera aún sabiendo que no éramos como tal humanos. La acerque un poco más y le di un pequeño y corto beso en su nuca.
—¿Estas lista? —le pregunto.
—¿Listo? —me pregunta a lo que me hace sonreír.
Asiento y en eso nos incorporamos para meternos en el coche no sin antes volver a despedirnos de Nick.
Lo dejamos atrás junto a la casa en la que una vez nos resguardo en su seguridad y la calidez de la familiaridad. No sabía si alguna vez regresaría a este pueblo pero si era así, sería para volver a ese lugar que se convirtió en un hogar. No me arrepentía de nada pues cada decisión, cada error, cada lágrima de dolor, de tristeza o de felicidad me guiaron para estar en estos momentos al lado de ella. No me sentía con remordimientos, ya no más, y estaba seguro que ella sentía lo mismo pues nos teníamos el uno al otro.
Esto aunque fuera algo pequeño o momentáneo, me bastaba para sentirme completo aunque nada quitaría el hecho de ese pequeño vacío de la ausencia de mi hermano.
Tomé la mano de Theo que reposaba en su pierna y ella enseguida la abrió para entrelazar nuestros dedos mientras con mi otra mano sostenía el volante manejando por las calles del pueblo que ahora se veían como un recuerdo conforme avanzábamos. Mire de reojo y vi que mientras su mirada observaba atenta por la ventana, su mano libre acariciaba el guardapelo de plata que le había regalado. Sabía que se estaba despidiendo de aquellos momentos buenos que vivió. Aquellas vivencias que se convertirían en recuerdos.
Solo esperaba ser suficiente de la manera en la que ella lo era para mi.

CHANGES [Matt & Chris Sturniolo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora