Chapter Fifteen: The other Necklace

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Miraba la cinta de cassette que sostenía en mis manos dándole vueltas como si fuera un juguete. Estaba consumida en mis pensamientos tratando de comprender el por qué de la ausencia de Matt en la hora del almuerzo. Sabía que algo había ocurrido desde la mañana cuando entrábamos a la escuela, pero confié en él y no quise insistir, tal vez debí o tal vez no sea nada y estoy sobre pensando las cosas.
Me debatí en todo mi horario laboral si ir o no a su casa para cerciorarme de que se encontraba bien. Me convencí de que debía de hacerlo no solo por él sino porque también debía de ver a Trevor. Agradecía en mi interior que Matt se hubiese encargado de acogerlo de lo contrario no tendría una excusa válida como para tocar frente a su puerta a las 8:30 de la noche.
Escuché el ladrido de Trevor en el interior de la casa a metros de llegar si quiera al jardín.  Aunque estaba decidida a tocar su puerta, la incertidumbre me invadió y me di la vuelta recriminándome por dejarme llevar por mis impulsos. Me sentí una tonta por casi importunar su noche, debía de pensar con mas claridad antes de hacer actuar y permitirle su espacio.
Metros lejos de su casa sin esperarlo, me cruce con Matt quien venía del sentido contrario al mío. Abrí un poco mi boca en sorpresa mientras que este al verme su expresión era de intriga y confusión como si tratara de reconocerme o no me esperara.
Estaba por abrir la boca cuando lo interrumpí antes de que pudiera decir algo.
—Matt, —lo saludé y su expresión aún no cambiaba. Parecía como si estuviera descifrando algo en su mente— ¿Está todo bien? Desapareciste en el almuerzo y no fuiste a trabajar...
Este por unos segundos pareció perdido y dudó antes de de responder.
—Si, no me sentía bien. ¿Qué haces aquí?
No me dio tiempo de contestar a su pregunta cuando este me interrumpió.
—¿Venias a verme? —aunque era una pregunta sonó más a una afirmación. Pude percibir un tono de coquetería.
Su actitud aunque me resultaba un poco desconcertante, lo dejé pasar. Si no fuera porque se encontraba parado justo delante de mí juraría que era alguien más.
—¿Qué te sucede? —le pregunté en un tono suave.
—No es nada. Solo...no me sentí bien por un momento —dijo esto con la mirada puesta a un lado.
—¿Quieres que me vaya? —pregunté con miedo a que su respuesta fuera positiva.
Matt elevó la mirada hacia mi.
—¿Quieres irte?
—Solo si tú quieres.
—¿Por qué te quedarías? —me cuestionó.
Junté mis cejas.
—¿Por qué? Creo que sabes por qué, Matt. ¿Qué te sucede en serio? Puedes decirme. Permíteme ayudarte si es que lo necesitas. No me iré a ningún lado.
—¿Eres mi novia? —me preguntó.
Junté mis cejas, lo miré confundida y avergonzada.
De pronto me quedé sin palabras y con la garganta hecha un nudo.
—¿Eso es para mi? —me preguntó con una media sonrisa señalando con el dedo el cassette que sostenía en mi mano izquierda.
Por inercia traté de ocultar el pequeño obsequio de sus ojos curiosos como si eso bastara para pretender que no tenia nada aunque fuera en vano.
Lamo mis labios y rasco mi ceja tratando de no perder la compostura.
—No. Bueno, si. Toma —le extendí mi mano tragándome la pena— Siempre estas escuchando mi música y pensé que sería bueno hacerte una playlist para que escucharas en tus momentos en solitario. Will me ayudó en realidad pero yo elegí las canciones. —Sonreí con nerviosismo.
Matt tomó el cassette en sus manos y lo observó curioso, después esbozó una sonrisa que mostraba sus dientes perfectos, era curioso porque desde que conozco a Matt siempre lo he visto sonreír y era la primera vez que genuinamente sonreía con felicidad.
Algo en él era diferente pero no sabría decir qué. Si no lo estuviera observando en estos momentos pensaría que se trata de alguien más coqueto, más vivaz y en cierto modo juguetón.
—¿Alguna vez me he atrevido a besarte? —me preguntó a lo que me dejó perpleja.
—¿Qué...? —vacile.
—¿Puedo? —me preguntó con una débil sonrisa.
Quería decirle que sí pero lo único que pude hacer fue asentir con un suave cabeceo. Mi corazón estaba latiendo tan rápido y tan solo a causa de una pregunta. Tragué grueso y conforme vi que comenzó acercar su rostro yo cerré mis ojos preparándome por sentir el contacto de sus labios.
Siempre imaginé en mi cabeza lo que sería besar a alguien, cómo seria y que debería hacer cuando pasara el momento. Nunca creí que podría estar tan nerviosa como lo estaba en este momento, sentía un horrible cosquilleo en mi estómago y una sensación de desesperación recorrer mi cuerpo.
Entonces pasó; pero tan solo fue un suave y delicado contacto por encima de mis labios. No llegó más que a eso y aún así, hizo que algo dentro de mí estallara de emoción. Fue como sentir una explosión inexplicable de emoción y felicidad nunca antes sentida. No sé cómo o por qué pero mi cuerpo actuó solo pues solo abrí mis labios acariciando solo una vez sus labios.
Dios, era tan dulce e inigualable pese a sentir sus labios fríos pero al mismo tiempo era cálido.
Matt se alejó suavemente rompiendo el contacto de ambos.
—Gracias por el cassette —me agradeció.
Asentí torpemente tratando de recuperar mi compostura.
—Si, espero te guste.
Matt sonrió de oreja a oreja con unas sonrisa cínica.
—Nos vemos pronto —se despidió y en seguida se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia su casa dejándome ahí parada.
Aún tratando de comprender lo que acababa de pasar me puse andar en sentido contrario tocándome mis labios mientras revivía el momento en mi cabeza.
Me recosté en la cama sintiendo aún mis latidos palpitar precipitadamente. Dios, me sentía tan única y valorada que me fue difícil conciliar el sueño. ¿Había sido mi imaginación o me pareció que Matt tenía el cabello algo largo? Con el gorro en su cabeza no estaba segura si me estaba confundiendo pues lo único que repetía en mi cabeza era nuestro beso.

CHANGES [Matt & Chris Sturniolo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora