Chapter Forty seven: C. O. S.

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Chris

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Chris

El lugar en el que crecimos eran tierras virgenes en su momento, con un bello lago a metros de distancia, árboles frondosos y gruesos en los que solíamos escalar. Estaba rodeado de vegetación no había casas cercas en su momento por lo que manteníamos nuestra privacidad y espacio como familia. Era calmado y silencioso solo para nosotros. Evitábamos regresar pues a veces aquellos buenos recuerdos que vivimos se convertían en culpa y remordimiento a lo que pudimos ser.
Cuando nuestros padres murieron los tres decidimos incendiar la casa hasta consumirse en cenizas. Abrimos dos huecos uno al lado del otro y pusimos los cuerpos. Plantamos petunias a los alrededores y con los años se convirtió en un bello campo de dichas flores en ese espacio. Pensamos que a Matt le gustaría estar a su lado pese a no tener un cuerpo como tal. Aunque simbólicamente todos nosotros morimos en aquella casa.
Optamos por excavar de noche y colocar las cosas que habíamos traído con nosotros. Ambos escribimos una carta que iría dentro, idea de Theo en realidad. Cada uno necesitó su tiempo a solas mientras las redactábamos en las hojas para poder tener nuestro momento íntimo. Las guardamos en un sobre y la sellamos par ser enterradas bajo tierra. Después colocamos el peluche de Igor que yo había elegido y un caballo de madera que nuestro padre nos había hecho tallado cuando éramos niños. Regreso de un viaje y regreso con esos lindos obsequios que pasó haciendo mientras se encontraba lejos de tierra.
Miré el objeto con admiración y cariño mientras lo tomaba entre mis manos pasando mis dedos sobre los detalles de la vieja madera.
—¿Donde lo encontraste? —le pregunté fascinado.
—En tu ausencia me puse a limpiar el sótanos en busca de viejas fotografías pero al final me encontré con pertenencia de él que guardó por años.
—¿Las encontraste? —pregunté.
Nick alzó sus cejas y después hizo un suave cabeceo negando.
—Oh. —solté con decepción.
—Pero encontré estos —me dice y de pronto saca de sus bolsillos dos juguetes de madera, un pájaro y un ciervo.
Mis ojos se iluminaron ante la fascinación y sorpresa de dichos juguetes. Volví mi atención a Nick sin poder creer lo que miraban mis ojos.
—¿Son...? ¿Nuestros? ¿Pero como...? —le pregunté mientras tomaba el ciervo entre mis manos.
Tragué grueso.
Nick se encogió de hombros con una débil sonrisa.
—Matt —fue su única respuesta.
Tensé la mandíbula y tragué grueso. Mis ojos se cristalizan y cierro de inmediato los ojos tratando de contener las lágrimas, aunque falló miserablemente.
—Ustedes son todo en mi vida —digo con la voz entrecortada— Solo quería que estuvieran bien... Ustedes son mi vida. —hago pausa y trago grueso intentando calmar mis emociones, en seguida siento la mano de mi hermano mayor tocarme el hombro— Nunca quise ser la carga de ninguno... —confieso y vuelvo apretar mis labios.
—Nunca has sido una carga para ninguno de los dos, Chris —me asegura Nick en un tono suave y amable como si se estuviera dirigiendo a un pequeño niño— El amor que nos tienes es el mismo que sentimos hacia ti. Hiciste más de lo que yo pude hacer para salvar a Matthew cuando moría. Siempre nos has cuidado a ambos. Lo que pasó fue decisión de él nos guste o no, y es algo que aunque nos duela debemos aceptar y continuar.
—Debió ser más egoísta —gruño por lo bajo.
—Pero Matt no es así y lo sabes. Fue fiel a sí mismo desde el inicio hasta el final. —me dice y aunque sé que sus palabras expresan veracidad, me cuesta asimilar que su historia finalizó cuando apenas estaba por comenzar.
No era justo pero sabía que aunque el dolor no se iría por un largo tiempo, buscaría la forma de que pagaran por esto.
Limpio mi rostro y elevo la cabeza mirando a Nick con seriedad.
—Tal vez se mantuvo fiel pero si no lo hubieran acorralado a ese acantilado, no habría caído.
Mi hermano se mantuvo en silencio pues sabía que tenía razón.
Esbozo una media sonrisa llena de amargura. Entonces me aparto de mi hermano para inclinarme y depositar con cuidado el objeto en el hueco junto con un sobre.
—Haré que pague —le prometo sobre su tumba, tomó tierra en mi manos para después levantarme y mirar a Nick.
Este me observa unos segundos en silencio para después desviar sus ojos e imitar mi acción.
—Hasta pronto Matt —se despide él en un susurro, toma un puño de tierra en su mano derecha y se levanta volviendo a quedar a mi altura.
Nos observamos por unos cortos segundos él y yo y sin decir una palabra soltamos la tierra sobre las pertenencias de Matt. Después tomamos las palas y comenzamos a llenar el hueco hasta plantar Sweet William para que con los meses floreciera sobre su tumba.
Cuando terminamos soltamos un suspiro.
Apoyo mi mentón sobre la madera de la pala observando la tumba de nuestro hermano.
—¿Y quien no enterrará a nosotros? —pregunta Nick rompiendo la armonía del silencio.
Le lanzo una mirada acusadora para después romperme en risas.
—Nosotros —bromeo y entonces Nick me lanza una expresión de fascinación. Junto mis cejas sin poder creerlo— Lo decía en broma.
—Pero no es una mala idea —protesta con una enorme sonrisa— ¡Estanos muertos! —aclara con efusividad.
Lo observo con extrañeza pues su actitud toda alegre me hace verlo como si estuviera demente, aunque tenga un punto a favor.
—Pero es extraño cabar nuestras propias tumbas. ¿Así o más patéticos? —le lanzo una mirada de reproche.
—Chris... No hay hijos o nietos para que se encarguen en buscarnos una cripta. Somos inmortales, creo que hacer nuestras propias tumbas es lo mínimo que podemos hacer por nosotros mismos. —me regaña.
Pongo los ojos en blanco y asiento con desgana.
—¿Y si yo hago la tuya y tú haces la mía? —le preguntó y Nick asiente— Literalmente nuestras tumbas estarán vacías, de haber sabido que me enterraría a mi mismo habría traído algo, una jodida envoltura de chicle o algo. —reniego en lo que comienzo a escarbar.
—¿Bueno, eres tonto o que? —me regaña a lo que lo miro ofendido— ¡Nuestro juguetes¡ ¡Aquel que tienes en el bolsillo de tu suéter!
Suelto una risa por la manera tan dramática que Nick lo dice.
—Cierto. ¡Pero solo depositaremos las cosas, llenaremos los hoyos y ya! No pienso decir ninguna estupidez a mi mismo o a ti! Es jodidamente extraño y retorcido hacer esto —digo y puedo ver como el cuerpo de Nick se ha detenido.
Lo observo y veo que me observa con una expresión de "¿en serio?".
—No eres real, Chris. ¡Nos alimentamos de cuerpos descompuestos y dices que ESTO es retorcido? —niega con la cabeza y vuelve a escarbar.
Dibujo una sonrisa intentando contener las ganas de reírme.
Aunque debía de ser un día emotivo me agradó estar con Nick pues él siempre sabía cómo convertir algo triste en algo divertido para aligerar el ambiente, y más porque yo tampoco deseaba que esto fuera un triste adiós sino un nos veremos siendo nosotros mismos, como si él aún estuviera aquí, se que le habría gustado eso.
Dejamos aquellas dos tumbas con los dos juguetes que alguna vez nos acompañaron en una vida de paz y humanidad que, contenía recuerdos de nuestra niñez y que debían de estar donde pertenecían; en aquel lugar que alguna vez fue nuestro hogar, junto a nuestros padres juntos.
Es cierto que no habíamos planeado esto último pero, no me arrepiento de haberlo hecho pues, aunque no esté físicamente ahí, mi alma si junto con la de mis hermanos.
Admiramos en silencio orgullosos y tristes por última vez aquel hogar. Para mi no era un cementerio sino mi casa.
—Vamos, hay alguien que te espera —me dice Nick con una débil pero sincera sonrisa.
Le sonrió de vuelta.
—¿Podrías adelantarte? No tardaré. —le preguntó a lo que él asiente yéndose del lugar y dejándome solo.
No es hasta que no siento su presencia que me acerco de nuevo a la tumba de Matt y me inclino.
—Se que tu deseo es que ella esté a salvo y créeme que mi prioridad es la misma que la tuya. Es solo que la amo tanto que nunca pensé que podría sentir esto por alguien más y lamento que sea ella. Se que significa mucho para ti y es por eso que estará a salvo, te prometo que será feliz. Cumpliré en alejarla de nuestro mundo. —hago una pausa en donde se me escapan unas cuantas lágrimas— Nos vemos, Matthew. —me despido y me levanto para después darme la vuelta y caminar lejos de aquel lugar.

CHANGES [Matt & Chris Sturniolo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora