Chapter Twenty Six: Matt's confession to Will

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Tras cuatro golpes sobre la puerta trasera no esperé a que abriera de inmediato porque no era común que usara la puerta de empleados y más si se trataba de nosotras.  Por eso fui paciente y continúe golpeando hasta que escuché como se abría el cerrojo dejándome ver a Will que tras tener una expresión de confusión cambió a una de sorpresa y horror, más que el verme ahí parada debió de ser por ver los moretones en mi rostro.
—Por dios ¿qué te pasó? ¿Donde estuviste en todo el...? ¿Quien te...? —se interrumpió a cada pregunta— Estas helada —acuso y de inmediato se sacó su cazadora para colocármela encima.
—Yo no... Yo solo quería —intenté decir aunque me costaba expresar las palabras— No sabía a quien más acudir Will —fue lo único coherente que pude decir.
—Ven, por favor entra —me pidió y me llevó hacia adentro del lugar— Dios, Theodora. ¿Qué pasó? —me pidió mientras acariciaba con su pulgar mi mejilla con una expresión de preocupación y aflicción.
Estaba por irse de mi lado cuando mi mano simplemente sostuvo la suya impidiéndoselo.
—Solo deja cierro y voy por el botiquín, volveré en segundos —me prometió sosteniendo mi mano con fuerza en un tono suave y delicado.

No dije nada, tan solo tragué grueso, asentí y solté su mano. En seguida se fue corriendo y como lo prometió, regresó sentándose frente a mí y abriendo el botiquín que puso sobre su regazo. No dije nada, tan solo me quedé quieta dejando a Will que pasara un pedazo de algodón con antiséptico sobre mi labio partido quien me miraba desconcertado y algo asustado.
Mis lágrimas comenzaron a salir en silencio pues me sentía abrumada y débil. Nunca antes había tenido la necesidad de acudir por ayuda con ninguno de mis amigos porque lo último que quería era involucrarlos en mi problemas familiares, además de que de nada servía compartir mi abuso por dos razones; una por vergüenza y la segunda porque sabía que de nada servía contarlo ya que aunque quisieran no habrían podido hacer nada. Tal vez en el fondo lo sabían y nunca se atrevieron a preguntarme por miedo a que me hicieran sentir mal o me enojara.

—No habría venido de no ser necesario —le hice saber aunque por primera vez desde que lo conozco lucia serio y enojado.
No sabía si era conmigo.
—Pudiste haberlo hecho desde siempre. Igual eso ya no importa. Estas aquí ahora —me dijo con su atención en mi herida— Todo este tiempo —dijo y negó on la cabeza en desaprobación— ¿Matt lo sabía? —se atrevió a preguntar y por un segundo rápido elevó sus ojos.
Asentí en un suave cabeceo respondiendo a su pregunta y este solo arqueó sus cejas como si lo sospechara.
—¿Crees que...? —comencé hablar aunque él continuara pasando el algodón por mi mejilla— ¿Crees que si de mi dependiera su vida...y decidiera sólo quedarme parada aunque sé que puede morir, eso me hace una terrible persona? ¿El saberlo me hace una asesina? —le pregunté a lo que Will detuvo sus movimientos para mirarme fijamente.
—Por algo en esta vida existen leyes y hay un sistema para lograr justicia. No podemos simplemente decidir por nuestra cuenta quien vive o muere como si fuéramos Dios —comenzó hablar e hizo una pausa rápida antes de proseguir—. Pero también se que existen muchas personas abusivas que cometen sus acciones sin obtener un castigo. Se que el sistema está podrido y las personas más buenas son las mas jodidas. Asesinas a alguien a sangre fría es como condenarte no a irte al infierno sino a ti mismo, pero hay veces en las que para sobrevivir lo mejor es defenderse. Si tras eso sientes culpa y algo de remordimiento entonces es porque muy en el fondo sabes que el peso es grande y no eres la clase de persona que disfruta hacerlo. Y si sientes un poco de alivio es porque sabes que sobreviviste.

Me eché a llorar cubriendo mi manos sobre mi rostro ante la impotencia que sentía en mi interior. Me desgarraba saber a lo que había llegado. De pronto sentí como las manos de Will atraía mi cuerpo al suyo rodeándome en un abrazo lleno de consuelo.

—Todo estará bien —me susurró mientras continuaba llorando.
—¿Qué fue lo qué pasó? —me preguntó en un tono bajo, casi delicado.
Yo negué.
—Todo, Will —respondí— Todo por lo que... Por lo que trabaje lo perdí. No tengo nada. No tengo familia. No tengo futuro. No soy nada.
—No es así.
—Lo es. Quise acabar con todo de una vez pero no fui lo suficientemente valiente como para atreverme —confesé con vergüenza.
Pude sentir como me pegaba más a su cuerpo.
—¿Desde cuando te has sentido así?
—No lo se —admití— tal vez siempre estuvo ahí pero me obligué a continuar porque  siempre creí que me iría lejos... Y todo lo que habría vivido no habría importado ¿sabes? Porque habría valido la pena.
—Y valdrá la pena —dijo con seguridad— ¿y sabes por qué? Porque no estás sola. Estoy yo y esta María quien te adora. Nunca te dejaremos sola.
Fue entonces que me aleje de su cuerpo levantándome y dejándolo perplejo ante mi brusquedad.
—¡Eso no es lo que quiero! ¡Se que están ahí! —señale con mi mano exasperada— Pero no quiero arrastrarlos conmigo. Yo no puedo.
—¡¿Arrastrarnos a donde?! ¡Por Dios! Somos tus amigos. ¡Apóyate en nosotros! —me grito de vuelta levantándose de su asiento y enfrentándome— Siempre te respetamos y esperamos a que algún día pudieras confiar en nosotros y que acudieras cuando lo necesitaras. Nunca dije nada porque no quería presionarte pues en algún punto se que nos buscarías. Pero cuando llegó Matt sentí alivio y algo de envidia, ¿sabes? —confesó y abrí ligeramente mi boca ante la sorpresa más no dije nada. Will llevó su mano a su frente ante la frustración— No me mal entiendas. Matt era un gran tipo. Agradezco que hubiera estado ahí para ti. Se notaba que te quería. Pero confiaste más en él que en mi. Eso me dolió un poco pero te veías bien, así que eso me hizo feliz. Merecías a alguien en tu vida que pudiera entender lo que estabas pasando y ese claramente fue Matt —confesó escondiendo su rostro de mi.
—La razón por la que nunca los busqué fue porque tenía vergüenza. Ustedes tenían una vida completamente diferente a la mía y no quería que tuvieran lastima de mi. Tenían sus propios problemas como para convertirme en una carga. El hablar con ustedes sin tener que exponer mi vida íntima me hacía sentir que no existía lo que vivía dentro de mi hogar. Trataba de mantener separadas ambas situaciones pues no quería que me alcanzara en la escuela también. No con mis amigos —le hice saber.
—Pero no habrías tenido que pasar por todo esto tú sola Theo.
—Estoy aquí Will. Vine aquí porque jamás me sentí tan consumida por el vacío que no podía dejarme arrastrar. Casi cometo una estupidez y entonces pensé en Matt y fue como si me frenara. Él no está y no sé si lo volveré a ver pero ¿debía rendirme por eso? Entonces pensé en ti y vine porque ya no podía cargar con todo yo sola. —dije y bajé el rostro ante la vergüenza de mis palabras.
—Entonces apóyate en mi, Theo —me pidió y cuando menos lo esperé volvió a rodearme en un abrazo el cual correspondí con fuerza aceptando en silencio.

CHANGES [Matt & Chris Sturniolo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora