Chapter Thirty Five: Distant Memories

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No puedo decidir qué debo hacer. Me cuestiono mucho si debería o no hacerlo. Hago una lista de pros mentalmente y lo única razón válida es porque es mi madre, y eso es todo. En algún punto de la madrugada me quedé dormida con Chris sentado en frente de mi, pero cuando desperté me encontraba yo sola. Pude sentir como las lágrimas escapaban de mis ojos en silencio y tan solo giré mi cuerpo hacia la ventana apretando la almohada que abrazaba. Había mucho silencio y lo único que hice fue ponerme los audífonos y reproducir la pista. Solo deseaba escuchar algo. Era todo.

Por segunda vez no tenía idea de que hacer. Cada momento que pasaba y que intentaba continuar, siempre había algo que me volvía hacer caer con fuerza cada vez más que la anterior. En serio hacía todo mi esfuerzo por resistir pero en este punto ya no sé si valga la pena. Estoy muy exhausta. Y no me gusta sentirme así. No quiero ser la clase de persona que se rinde, en serio no quiero. Quiero volver a levantarme de esta tonta cama, bañarme, ir a la escuela y después a trabajar. Aún necesito continuar ahorrando para poder ir a la Universidad aunque pause unos dos años en lo que vuelvo a juntar. Si trabajo turno completo o consigo otro trabajo que me ayude a solventar...

¡Carajo!

Comienzo a llorar en silencio cuando un recuerdo me viene a la mente.

Era Matt con su atención puesta en la televisión. Cada vez que salíamos del trabajo habíamos decidido en escoger una película para ver en casa, un día él y otro día yo. Esas eran nuestras noches, a veces había días en los que me ayudaba en las materias que se me dificultaban, o cuando había exposiciones él era mi público como aquella vez en la iglesia. También cuando él se ponía a escribir en su diario, yo lo acompañaba ya sea en el comedor o el sofá y escribía sobre una historia nueva. Esas noches eran las mejores. Tranquilas y con solo tener su compañía era como sentirme estar frente al calor de una fogata en el frío; abrazador y cálido.
Desde hace tiempo que siento un fuerte frío al grado de congelarme...hasta ayer.
Escucho suaves golpes en la puerta y antes de que pueda responder, suena el chillido de la puerta abrirse.

Limpio mi rostro sigilosamente y en seguida siento como el lado vacío de la cama se hunde lentamente.

—Lo siento —me dice y reconozco de inmediato la voz.
Abro los ojos sorprendida y giro de inmediato encontrándome con la expresión de pena de mi amigo.
—¿Will? Pero...¿qué haces aquí? ¿Como...? —trató de preguntar aunque me siento aturdida de verlo aquí en la casa de los trillizos.
Este baja la mirada moviéndola de un lado a otro.
—Chris —fue lo único que me dijo y lo comprendí— Lo siento tanto Theo. —se disculpó elevando la mirada con una expresión de arrepentimiento— Debí de notar que algo estaba mal ayer. En serio lo siento —volvió a bajar la cabeza.
—Will —lo llamé en un tono suave para después tomar su mano— ¿Cómo ibas a saberlo? Yo fingí porque en serio no deseaba pensarlo y tú me regalaste unos cuantos minutos de tranquilidad, lo cual en serio necesitaba antes de afrontar la realidad.
—Debí haber insistido —dijo en un gruñido más para el que para mí.
—Oh, Will... Me alegra que no lo hayas hecho. —le hice saber.
—¿Qué puedo hacer? —me preguntó levantando la mirada— Lo que sea.

Esboce una débil sonrisa y limpie mis ojos quitando todo rastro de llanto.

Nos fuimos a la sala y comenzamos a jugar Mortal Kombat 3 en el PlayStation de Chris donde la mayor parte del tiempo el y su hermano se la pasan jugando y a veces yo con este último. Will y yo pasamos la tarde jugando, y aunque estaba logrando distraerme, una pregunta constante interrumpía mi mente y era ¿dónde estaba Chris? Quería deshacerme de esa incertidumbre pero con cada minuto que pasaba y se convertían en horas, comenzaba a sentirme ansiosa. ¿A donde había ido? ¿Por qué no llegaba? ¿Donde estaban? Entonces no pude soportarlo más y me levanté una vez que Will me ganó. Este me miró curioso siguiéndome con la mirada.

CHANGES [Matt & Chris Sturniolo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora