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Mijin Pov.

—La vida es tan dura, ya no quiero ser un adulto—. Murmuré con la cabeza recargada en la mesa mientras que con mi brazo derecho estaba estirada para sostener mi celular.

—Es que no somos adultas, adultas... Somos adultas chiquitas—. Aseguró Enid con una pequeña sonrisa en la videollamada.

—Enid tiene razón, pero... Si quieres arreglar tu coche e instalar lo que nos dijiste.... Bueno, tienes que hacer sacrificios—. Comentó Kuina con una leve sonrisa caminando por el gimnasio.

—Todo es tan caro... ¿Por qué no crecí en una familia millonaria o siendo la hija de una cantante? Seria todo tan fácil—. Murmuré con un leve puchero haciendo que ellas se rieran de mi.

—A veces la vida no es como queremos—. Dijo una voz varonil a mi lado haciendo que giré mi cabeza hacia el lado derecho.

—Hola, jefe... Solo charlo un poco con mis amigas—. Le dije mostrándole mi celular en donde ambas le saludaron con su mano.

—Hola, es un gusto verlas detrás de una pantalla pero Mijin, prepárate que saldrás en diez minutos, Robert llegará en media hora así que no estarás sola haciendo las reparticiones—. Me aseguró mi jefe con una sonrisa para luego irse provocando mi suspiro.

—Deja de quejarte y ve a trabajar—. Dijo Kuina haciendo que la viera tomar agua.

—Bien, pero antes de irme, ¿Cuándo te vas a reunir con Addams? Ya han pasado algunos días y ella parecía muy enojada y exigente con querer hablar contigo—. Pregunté muy interesada haciendo que Enid hiciera una pequeña mueca adorable.

—Este viernes, al parecer tuvo que salir a otro país por negocios y no podíamos vernos pero acordó que nos veríamos el viernes... Y Yoko parece que huyó la muy... Descarada—. Murmuró Enid haciéndome reír.

—¡Mijin!—. Gritó mi jefe haciendo que rodara los ojos.

—¡Ya escuché! Bueno, tengo que irme, nos vemos en la noche—. Les dije a mis amigas dándoles un guiño para luego colgar la videollamada.

Son las diez de la mañana y no se a quién demonios se le ocurre pedir una pizza a estas horas de la mañana, suspiré guardando mi celular en el bolsillo de mi pantalón para luego ver hacia la caja registradora, el local es mediano, aquí las pizzas son italianas por qué según mi jefe, su jefe es de ese país aunque lo poco que llevo aquí, no lo he visto aunque las pizzas son muy sabrosas y el lugar era bastante cómodo con su piso de loseta simulando madera, algo rustico.

Son las diez de la mañana y no se a quién demonios se le ocurre pedir una pizza a estas horas de la mañana, suspiré guardando mi celular en el bolsillo de mi pantalón para luego ver hacia la caja registradora, el local es mediano, aquí las pizzas ...

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La pizzería está ubicado en un buen lugar y siempre hay gente por la tarde, era cuando más estaban ocupados, está semana pedí trabajar casi todo el día para poder sacar un poco más de dinero mientras que los fines de semana trabajaría en el taller, por qué el maldito dinero no va a llegar solo, en serio... ¿Por qué no fuí hija de un artista? Quién sea, ni siquiera me importaba.

Love Story (Wenclair)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora