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Una semana después...

Ann Pov.

Comencé a despertar poco a poco haciendo un pequeño estiramiento de todo mi cuerpo, talle por un segundo mis ojos para mirar a mi lado izquierdo, haciendo una mueca al no ver a mi hermosa novia, ¿Dónde se había metido? Me quite las cobijas para levantarme e ir directamente al bañó para hacer mis necesidades, luego de lavarme las manos, moje un poco mi rostro para quitarme alguna lagaña que tuviera, luego me arrastre por mi habitación mirando la hora en mi celular.

Miré algunos mensajes un tanto alterados de parte de Hari haciéndome reír, contesté diciéndole que se calmará un poco y que si, que ya tenía lo que había pedido y que llegará a tiempo a sus manos mientras que Merlina decía que era una paranoica y que nos veía más tarde, dije mi celular a un lado y salí de mi habitación para ir en busca de Kuina, camine por los pasillos bajando las escaleras hasta llegar al primer piso y encontrarla en la cocina.

Me recargue en la barra de mármol para observar fijamente a mi novia, la cual al parecer no se había dado cuenta de mi presencia ya que tiene puesto un poco de música, mordí un poco mi labio inferior al ver a mi Kuina con su hermoso cabello suelto, estaba completamente descalza y solo tenía una camisa azul mía que apenas y le llegaba muy por debajo de su trasero, la vista era muy hermosa y sensual para mí, aún más al ver qué estaba preparando algo de desayuno en la estufa.

Me recargue en la barra de mármol para observar fijamente a mi novia, la cual al parecer no se había dado cuenta de mi presencia ya que tiene puesto un poco de música, mordí un poco mi labio inferior al ver a mi Kuina con su hermoso cabello suelto...

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Asi que no pude resistirme y con paso ligero para no alertarla de mi presencia, me fui acercando hasta que la tuve a unos centímetros de mi, rodeé su cintura con mis brazos para luego acomodar mi mentón en su hombro derecho provocando un pequeño gritito de susto de su parte y una pequeña risa de mi parte.

-Buenos días, mi amor-. Le dije atrayendola más a mi, sintiendo como se relajaba en mi abrazo.

-¡Ann! ¡No vuelvas hacer eso! Me vas a provocar un paro al corazón-. Murmuró y yo reí quitando su cabello de su lateral para poder dejar un beso en su mandíbula.

-No lo creo, eres joven, deportista y cuidas tu salud, así que no, estás en perfectas condiciones-. Le susurré haciendo que negara con la cabeza divertida para empujarme un poco.

-Si, no importa, cariño, si sigues aferrándote así, voy a quemar nuestro desayunó-. Gruñó empujandome con su trasero pero yo la apreté fuertemente para luego abrir un poco su camisa y besar su hombro.

-¿Y por qué no mejor desayunamos otra cosa?-. Le pregunté curiosa y mi Kuina se rió bajando la intensidad del fuego y girando para verme.

-Tal vez después de que coma algo, soy una mujer hambrienta y no voy a servir si no tengo nada de sustento en mi estómago-. Confesó y yo reí colocando mis manos en su rostro para besar sus mejillas.

Love Story (Wenclair)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora