Capítulo 18: Visita

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La noche siguiente...

Suspirando, la rubia se encontraba arreglando todo dentro de la florería, verdaderamente había sido un día no tan cansado, hubo personas comprando, eso sí, pero no le había resultado cansado.

Aunque una parte del día le había parecido algo extraña, y más porque fue Naruto quien llego sin previo aviso a la tienda, dijo un par de palabras que no entendió y, después, se fue sin más, apurado y parecía tener algo de vergüenza en él. No lo siguió puesto que debía trabajar, pero vaya que le preguntaría el por qué de esa actitud cuando lo mirara otra vez.

Pero, de pronto, y para su sorpresa, lo que parecía ser un cliente más, y justo cuando estaba por concluir del todo su día, vaya suerte.

–Buenas noches y bienvenido a la florería Yamanaka ¿en qué le puedo ayudar?– preguntaba.

Confundida, la mujer solamente sonrió.

–No vengo a comprar nada– decía, sorprendiendo a Ino... y aunque esta última estuvo a punto de hablar, el hecho de que la mujer le extendió un sobre, la intrigo bastante. –Un señor de cabello blanco me pidió de favor que te diera esto, ya que él tenía prisa en unas cosas, creo que su nombre era, eh, Jiraiya– comentó.

Así, y agarrando el sobre, Ino procedió a abrirlo.

–Me retiro entonces, fue un placer– comentaba la mujer.

Sin más, y siendo totalmente ignorada por la rubia, quien solamente se encontraba leyendo la carta, la mujer se retiró.

Aunque los ojos de Ino se abrieron en total sorpresa al leerla, y moviéndose rápidamente para lograr cerrar por completo esta vez, la joven Yamanaka se apuró.

–¡Mamá, saldré un momento, vuelvo en una hora, más o menos!– gritó.

Y saliendo de la habitación trasera, la madre de Ino estuvo a punto de hablar... solo para notar que, para su mala fortuna, Ino ya se había ido.

–¿A dónde irás, cari...?– se escuchó la voz de su mamá, solo para encontrarse con el hecho de que la rubia ya se había marchado. –Esta niña...– pensó.

...

Habiendo llegado lo más rápido que había podido al hospital, Ino se precipitó a entrar en la recepción, y mirando a la enfermera que estaba por la noche, se acercó.

–Señora, una pregunta ¿Uzumaki Naruto se encuentra aquí?– preguntaba.

Sonriendo, la enfermera miró en sus expedientes, y tras algunos segundos, miró nuevamente a la rubia.

–Ingresó hace un par de horas, Jiraiya-sensei lo trajo– comentó, sorprendiendo a la joven Yamanaka. –¿Tú eres su familiar?– preguntó.

–Yo, eh, no... soy su amiga– respondió.

Alzando las cejas, la enfermera pareció haber recordado algo.

–Jiraiya-sensei nos comentó que una chica llamada Ino podría venir ¿eres tú?– mencionó.

Ahora si se había sorprendido del todo, aunque le alegraba, sabía que, al menos de esa forma, si la dejarían ver a Naruto.

–Así es, soy yo– dijo.

Sonriente, la enfermera solamente le comentó la habitación en donde se encontraba Naruto, aunque antes de poner rumbo nuevamente, la voz de la rubia se escuchó de nueva cuenta.

–Una última pregunta, señorita– decía, captando la atención de la enfermera. –¿No ha venido nadie más a visitarlo?– preguntó.

Y mirando nuevamente el expediente del rubio, los ojos de la enfermera se centraron nuevamente en Ino.

Y Fue Él...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora